Mery es de Andorra pero vive en Lanzarote desde hace cinco años con su pareja, que es de la Isla. Se ha pintado estas palabras para salir este sábado a la calle: ‘Una isla digna’. Ha usado su cuerpo como pancarta, su barriga, para que la reivindicación sea conjunta: dentro de unos meses nacerá Tindaya. Dice que acude a la manifestación para “tener un futuro digno” y para poder conseguir una vivienda asequible.

Como ella, miles de lanzaroteños (9.000 según la Policía Local y más de 9.000 según fuentes de la Delegación del Gobierno) han salido este sábado a la calle a protestar, como en el resto de las islas, bajo el lema ‘Canarias tiene un límite’. Y como ella, cientos y cientos han elaborado sus propias pancartas, de cartón, de tela o de madera, con cientos de lemas. Los más comunes, los referidos a la Naturaleza, la masificación, la falta de agua o la falta de vivienda.

Entre los lemas que se pudieron ver: ‘Por nuestro patrimonio cultural y natural’, ‘Canarias for sale’, ‘Por una mejor gestión y un mundo mejor’, ‘Lanzarote se muere de éxito’, ‘Nuestra biodiversidad se acaba’, ‘Éramos pocos y parió la avaricia’, ‘Canarias es increíble pero no es infinita’, ‘El agua de las piscinas para las batatas’, ‘Menos hoteles y más viviendas’ o ‘Canarias ya no es un paraíso’.

La manifestación arrancó a las 12:10 del Parque Ramírez Cerdá de Arrecife y llegó pasadas las 13:30 al Cabildo de Lanzarote con una marcha lenta pero constante. No hubo ningún incidente y se vivió un ambiente tranquilo pero festivo. Cuando la cabeza de la manifestación estaba en la rotonda del Arrecife Gran Hotel, la cola de la protesta se encontraba aún en el antiguo Parador de Arrecife. La Policía Local señalaba que después la marcha llegó a ocupar 1,3 kilómetros de recorrido. Mucha gente se fue uniendo directamente al final del recorrido, en el Cabildo.

No ha sido la manifestación más multitudinaria en la Isla, ya que no supera por número de asistentes a las convocatorias contra las prospecciones petrolíferas de 2014, pero ha estado a la altura de la histórica manifestación de septiembre de 2002 bajo el lema ‘Ni una cama más’. Pero, en este caso, con una campaña mucho más reducida y sin que estuviera convocada por ninguna asociación local. A la marcha, no obstante, sí que acudieron organizaciones como la Fundación César Manrique, Pueblo Maho, asociaciones ecologistas o el comité de empresa de los Centros turísticos, entre muchos.

Estos fueron algunos de los cánticos coreados: ‘La isla se merece respeto y protección’, ‘Gobierno de Canarias es una inmobiliaria’, ‘Basta ya, ni una cama más’, ‘Canarias no se vende, se ama y se defiende, ‘No es turismofobia, es canaricidio, ‘Menos cemento y más fundamento’, ‘Tu negocio nuestra miseria’, ‘Canarias dice basta a su destrucción’, ‘Sin ecología no hay economía’, ‘No es turismofobia, es inteligencia’, ‘El agua pa’ las papas, no pa’ las psicinas’, ‘Tu especulación me sube el alquiler’, ‘Esto solo acaba de empezar’ u ‘Oswaldo escucha, Lanzarote está en la lucha’, en referencia al presidente del Cabildo de Lanzarote.

Al final, cuatro mujeres, Kadiva, Arima, Cristina y la niña Zoe leyeron un manifiesto coreada por los asistentes. Fue un acto emotivo. La lectura hizo referencia a la unión frente a las diferencias. Comenzaron diciendo que “Lanzarote ya no se sostiene” y no soporta más de tres millones de turistas al año. “Está colapsando social y medioambientalmente”.

Esta situación ha creado diversos problemas, entre los que citaron la pobreza y exclusión social, con uno de los peores índices de toda España, uno de los mayores índices de pobreza severa y un turismo masivo y empleo precario “que crecen al mismo ritmo”. “De la vaca de la que mamamos, la leche se la reparten entre muy pocos”.

Vivienda y servicios públicos

Señalaron que la carga poblacional crece pero y se deterioran los servicios públicos , que está sobresaturado el sistema de salud, que es el segundo peor valorado de España, que una de cada tres viviendas son adquiridas por capital extranjero. Dijeron que solo se encuentran siete viviendas de larga estancia en Idealista por debajo de 800 euros pero hay 4.320 en Booking para alquiler vacacional. “¿Dónde vamos a vivir en Canarias?”, se preguntaron.

“No se atreven a atacar el problema de raíz, porque hay una emergencia medioambiental pero los políticos se enriquecen del turismo y el turismo vive del pueblo”, señalaron. También hicieron referencia al agua porque “un turista consume seis veces más agua que un residente”. Pidieron apoyo para el sector primario para reducir la dependencia del exterior.

Los manifestantes exigieron una reformulación del modelo turístico, la actualización de los instrumentos de ordenación, mayor accesibilidad a la vivienda “no necesariamente construyendo más, sino gestionando mejor”, más protección del patrimonio cultural, natural y arqueológico y una limitación del número de turistas a través de una moratoria. Terminando proclamando que “ha llegado el momento de parar”, parafraseando el Manifiesto de César Manrique de 1985.

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