“El ecosistema del sebadal que encontramos en la zona de estudio se encuentra en estado de regresión”. El Ayuntamiento de Yaiza encargó otro estudio sobre las jaulas marinas de Playa Quemada, en esta ocasión a la empresa Innoceana, para conocer cómo afecta esta actividad al entorno de la localidad. Una de las conclusiones de este estudio es esa: que en los sebadales se ha encontrado “una gran cobertura de cianobacteria” que apuntaría a que los nutrientes que existen en esa zona aceleran el crecimiento de estos organismos microscópicos formando auténticas masas de cianobacteria que crecen sobre el sebadal.

Los sebadales están considerados como una especie vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. El estudio, o pre-estudio, como lo denomina la propia empresa, señala que si la cartografía histórica es correcta, indicaría que ha desaparecido el gran parche de sebadal que reflejaba dicha cartografía. En las inmersiones realizadas, los buceadores han encontrado “parches discontinuos de sebadal en estado de regresión, con alta presencia y cobertura de cianobacteria”.

El estudio concluye que “el rápido crecimiento del número de jaulas de las piscifactorías junto con el cambio de especies de cría, está impactando negativamente al medio circundante, marino y terrestre”. Esos nutrientes podrían proceder de tierra o del mar, pero se descarta la primera opción ya que tan solo hay una población de unas 150 personas y no existe industria en el pueblo. “Una población tan pequeña con sistemas de aguas residuales funcionando por filtración no puede aportar una alta cantidad de nutrientes al medio marino”, dice el informe.

La hipótesis de este informe entregado al Ayuntamiento de Yaiza es que los nutrientes hacen que se acumule fango en el fondo marino y fomentan el crecimiento de cianobacterias en esta zona provenientes principalmente de los excrementos de las jaulas de lubinas y doradas. “Dado que las piscifactorías se ubican en una zona donde la corriente marina baja su velocidad, y en ocasiones se producen corrientes circulares, es improbable que los nutrientes sean diluidos y transportados mar adentro”, dice el informe.

Entre las recomendaciones que recoge está el cambio de enclave, algo que ya ha solicitado el Ayuntamiento en numerosas ocasiones. También recomienda llevar a cabo un estudio exhaustivo y detallado del estado de salud del sebadal de la zona, así como de la calidad de sustrato y aguas circundantes a las piscifactorías para averiguar la cantidad y naturaleza de los nutrientes que generan el crecimiento de cianobacterias. Y recomienda evaluar de nuevo el estudio de impacto ambiental existente que se realizó previamente a la colocación de las piscifactorías.

Las playas de la zona no están catalogadas como playas de baño, por lo que no existe información sanitaria sobre la calidad de las aguas, a pesar de que son frecuentadas por bañistas. “El pre-estudio que se presenta en este documento ha de servir como documento de conclusiones preliminares de cara a un estudio completo y de una estacionalidad al menos de un año. Al tratarse de un pre-estudio de impacto ambiental, las conclusiones tomadas no se pueden considerar como absolutas”, advierte el informe.

Bandera negra

Ecologistas en Acción otorgó por segundo año consecutivo la bandera negra a esta zona por la contaminación y pidió al Gobierno de Canarias “que solucione esta situación” y que lleve a cabo “la retirada de las jaulas de la ubicación actual”.

El informe de Ecologistas en Acción destaca que desde 2013 los vecinos de Playa Quemada se han quejado de cambios en el color de las aguas costeras, presencia de restos de aceite y piensos. Los ecologistas también reclaman una “real y mayor vigilancia” de la acuicultura en Lanzarote y proponen una revisión del Plan Regional de Ordenación de Acuicultura, una planificación que contempla piscifactorías desde Costa Teguise a Puerto del Carmen, “un proyecto desfasado y sobredimensionado”.