Los 13 ocupantes adultos de un pesquero marroquí que fue robado en Agadir, el ‘L'eglantiné 2’, quedaron en libertad después de que se les denegase el asilo, al no haberse tramitado su entrada irregular de la misma forma que con las pateras.

Lo habitual hubiera sido que se hubiesen efectuado los mismos trámites de devolución y expulsión que se efectúan con los migrantes que llegan de forma irregular a la Isla por vía marítima, pasando al centro de atención temporal de extranjeros.

Sin embargo, con el pesquero que arribó al muelle de Los Mármoles el pasado 17 de junio, los máximos responsables de la Policía Nacional instaron al jefe del Puesto Fronterizo, con competencias sobre el Puerto y el Aeropuerto, a que llevara a cabo un simple trámite administrativo de “denegación de entrada”, en contra de su criterio.

De la investigación se confirmó que el barco marroquí no había venido faenando hasta Lanzarote, que no tenía autorización de entrada en el Puerto de Arrecife y que no tenía ningún consignatario que lo representase.

A su llegada, los 14 ocupantes, uno de ellos menor de edad, saltaron a tierra. Carecían de documentación y de cartilla de marineros. Según las fuentes policiales consultadas, con la legislación de extranjería en la mano, entraron de forma irregular en territorio español, al igual que los migrantes que llegan de forma habitual a las costas de la Isla.

Las fuentes consultadas no entienden la razón de que a este barco se le diese un tratamiento distinto al de una patera, “que también es una embarcación pesquera” y que han venido llegando por sus propios medios desde hace décadas.

Al parecer, cuando llegaron a Lanzarote, los ocupantes del pesquero declararon que algunos eran marineros y otros no, que su propósito era alcanzar Canarias y ninguno reconoció que era el patrón del barco, sino que todos habían participado en el manejo del buque.

No obstante, de sus declaraciones se concluyó que la mayoría de ellos había pagado por el trayecto entre 4.000 y 5.000 euros, unas cantidades más elevadas que las que pagan habitualmente los migrantes que se suben a una patera.

Sin tratamiento de patera

Según ha podido saber Diario de Lanzarote, mientras que el jefe del Puesto Fronterizo de la Policía Nacional consideró que el barco tenía que ser tratado como una patera, con los consiguientes trámites de devolución y expulsión para los migrantes que había entrado de forma irregular, sus mandos le desautorizaron.

Las fuentes consultadas señalan que le instaron a seguir otro trámite, el de denegación de entrada, como si se tratara de un barco de línea o que navega con plena legalidad, considerando tripulantes a los migrantes.

Esta fórmula se aplica a las aeronaves o embarcaciones a las que le falta algún requisito documental a algún pasajero o tripulante, y se les retiene en frontera durante 72 horas, hasta que la compañía aérea o el consignatario del barco se hace cargo de su retorno en otro avión o buque que les lleva de vuelta.

El pesquero marroquí no se encontraba en esas circunstancias: los ocupantes no eran tripulantes, el barco no tenía permiso pesquero ni consignatorio y el armador, tras su llegada a Lanzarote para recuperar el barco, denunció que se lo habían robado del muelle de Agadir.

Trámite “inútil”

Los migrantes ingresaron en la sala de rechazados del Puesto Fronterizo, para que en un plazo de 72 horas regresaran a su país de origen. Sin embargo, se sabía que nadie se iba a hacer cargo de ellos y que no iban a regresar por sus propios medios, de tal manera que el trámite administrativo que se le realizó fue “inútil”.

Las fuentes policiales consultadas resaltan que esa forma de proceder anuló  la posibilidad de abrir una investigación bajo control judicial, para averiguar qué mafia se encontraba detrás de la llegada del pesquero.

Al haber pedido asilo, la estancia de los migrantes en el Puesto Fronterizo se alargó unos días más, pero finalmente los 13 ocupantes adultos del pesquero tuvieron que ser puestos en libertad, al no poderse legalmente alargar su internamiento.

Tampoco se les pudo ingresar en un centro de internamiento de extranjeros, ya que el Juzgado considera que, desde una denegación de entrada, que es un mero trámite administrativo, dicha medida no procede.

Las fuentes consultadas entienden que este episodio ocurrido puede abrir la veda a que se produzcan más robos de barcos de pesca que terminen en Lanzarote, por el antecedente ocurrido con el ‘L'eglantiné 2’,

Advertencia

Según fuentes policiales, el jefe del Puesto Fronterizo fue obligado por sus superiores una medida errónea que el funcionario, con más de 20 años de experiencia en esas funciones, advirtió que iba a ocurrir.

“Después del incidente, al funcionario se le ha pretendido responsabilizar del desenlace por parte del comisario de Arrecife, José Luis Gutiérrez, y se ha tenido que coger una baja por afectar la situación a su salud mental”, recalcan las fuentes consultadas.