Locales por viviendas: un cambio en auge en Lanzarote
La dificultad para poner en valor los locales comerciales y la escasez de vivienda disparan los cambios de uso de unos inmuebles en otros
Es una estampa cada vez más habitual. Donde antes había una ventana ahora hay una puerta. Donde había un escaparate, una ventana; donde había un local vacío, una obra. La transformación de locales comerciales en viviendas, sobre todo en Arrecife, es cada vez más común.
Para que se produzca este fenómeno creciente hay que sumar varios factores que han coincidido en el tiempo. A la escasez de vivienda y la carestía del suelo hay que añadir la dificultad para colocar el local comercial en el mercado, ante el exceso de locales y el traslado de negocios a centros comerciales. El tercer elemento es la aprobación por parte del Gobierno de Canarias del Decreto Ley 1/2024, de medidas urgentes en materia de vivienda.
En el año 2022, el Colegio de Arquitectos de Lanzarote visó ocho expedientes relativos a cambios de uso: siete en Arrecife y uno en Tinajo. Gracias a esos expedientes se acabaron construyendo 22 viviendas. La cifra del año siguiente fue muy similar: 23 viviendas en once expedientes visados, seis de ellos en Arrecife, tres en Yaiza y dos en san Bartolomé.
En 2024 esa cifra se multiplicó por tres. Ya fueron 67 viviendas en 28 expedientes: uno en Teguise, tres en San Bartolomé, cuatro en Tías, uno en Yaiza y el resto, 19, en Arrecife. Son casi cien viviendas (97) en tres años que se han incorporado de esta forma al mercado: una modalidad que no va a resolver el problema de la vivienda en la Isla, pero que revela la dificultad para resolver esta situación de alta demanda y escasa oferta. La mayor parte son locales comerciales pero también hay garajes, almacenes y oficinas. Son mas de 11.000 metros cuadrados transformados en viviendas en estos tres últimos años.
En la práctica, los locales convertidos en viviendas son muchísimos más, según fuentes del sector, aunque no haya datos de su transformación, ya que muchos se han convertido de forma irregular, sin proyecto y sin solicitar un visado del Colegio de Arquitectos. La mayoría, de hecho, están a la vista.
En los últimos tres años son casi cien locales los que han cambiado de uso
El presidente de la demarcación lanzaroteña del Colegio de Arquitectos, Alberto Lasso, dice que esta modalidad “puede ir a más”. “Tenemos un problema en la construcción, y en la sociedad, con la vivienda. Hace falta vivienda y hace falta mano de obra”, señala. No hay suficientes viviendas en el mercado para alquilar y “hay constructoras y hasta empresas turísticas interesadas en comprar locales para transformarlos en viviendas, en algunos casos para sus propios trabajadores”, apunta Lasso. La escasez de vivienda afecta a todos los sectores, también curiosamente a los posibles trabajadores en la construcción de esos inmuebles.
Muchos de los locales comerciales del centro de Arrecife ya no son locales de negocios de proximidad, ya que el centro también se ha ido despoblando desde hace décadas, y quedan muchos locales vacíos, muchos de ellos en manos de propietarios que no tienen necesidad de ponerlos en el mercado, pero que tampoco bajan el precio.
La inversión media para transformar un local en vivienda “no es demasiada, o en todo caso es similar a una reforma integral de una casa”, asegura Lasso. “Es un tema de acabados porque la estructura está hecha, se necesita iluminación y ventilación”. Para que se autorice el proyecto, el inmueble tiene que cumplir los parámetros de habitabilidad y las condiciones y la superficie mínimas, que son 25 metros cuadrados.
Para que se autorice, el inmueble tiene que cumplir los parámetros de habitabilidad
Desde que entró en vigor el Decreto Ley de medidas urgentes en materia de vivienda, que habla de “emergencia habitacional”, es más sencillo convertir un local en una casa. El decreto reúne otras medidas y se aprobó con el objetivo de hacer frente a la crisis habitacional en Canarias, para simplificar ciertos requisitos y procedimientos. Una de esas medidas es el cambio de uso para convertir oficinas y locales comerciales en casas.
Respecto a la recalificación de edificaciones ya existentes para destinarlas a vivienda, se exige que en su cambio predomine el uso residencial sobre suelo urbano. Si se trata de edificios completos, deberán llevar más de un año cerrados y pasar a ser totalmente residenciales, con la mitad de las viviendas protegidas. También se permite dividir inmuebles existentes para crear viviendas nuevas, entre otras medidas.
Proyectos
Según los datos que aporta el Colegio de Arquitectos, en los dos últimos años, 2023 y 2024, el Colegio visó 243 y 289 proyectos, respectivamente con un aumento de casi el 16 por ciento. Esa cifra supone la suma de modificados y de certificados de final de obra. En esos dos años, con el cierre de datos a finales de septiembre en cada uno de esos ejercicios, en la Isla no se visó ni una sola vivienda protegida. En el mismo periodo se visaron 256 y 388 proyectos, respectivamente, de viviendas libres. Las viviendas rehabilitadas de forma integral fueron solo 459 en ese periodo de dos años y las rehabilitadas de forma parcial, 107.
En esos dos años, respecto a la superficie rehabilitada en edificios por usos distintos al residencial, el uso comercial fue el primero con mucha diferencia, con más de 15.000 metros cuadrados en total, frente al uso turístico, el equipamiento y otros usos, y con una gran diferencia a favor de 2024 respecto a 2023. En cuanto a la superficie construida de nueva planta de usos distintos al residencial, en 2024, fue al contrario. El uso turístico, los equipamientos y otros usos superaron el uso comercial, mientras que en 2023 el uso comercial fue el que más superficie ocupó.
Los datos del Instituto Canario de Estadística arrojan que en 2024, de un total de más de 68.000 empleados, los puestos en la construcción fueron 4.309, menos del siete por ciento del total. Tanto desde el Colegio de Arquitectos como de fuentes del sector de la construcción coinciden en que hay una gran escasez de mano de obra en el sector y eso está repercutiendo en el ritmo de algunas promociones. “Hay obras paradas porque no hay mano de obra”, explican.
De la misma forma, hay pequeñas empresas de construcción que tienen varios encargos, pero solo asumen uno de forma simultánea porque van llevando a los trabajadores de una obra a otra, cuando finalizan. “Ahí hay una ralentización”, señala Alberto Lasso, que también apunta a los plazos que pueden tardar algunas administraciones para dar el visto bueno a algunos proyectos. Un promotor de la Isla destaca que después de la pandemia se ha intensificado la escasez de mano de obra y que “es un problemón”.
“Hay mucho trabajo pero no hay personal”, tanto para albañilería como del resto de oficios necesarios para una obra, desde fontaneros, pintores, electricistas, transportistas, carpinteros, alicatadores o maquinistas, entre otros. También señala que se pide personal al Servicio de Empleo y no se consigue.
Comentarios
1 Tierra Mar, 11/02/2025 - 05:50
2 Tierra Mar, 11/02/2025 - 05:51
3 Hugo Mar, 11/02/2025 - 08:32
4 Claroquesi Mar, 11/02/2025 - 09:12
5 Yo Jue, 13/02/2025 - 16:33
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