CULTURA

Lanzarote y Fuerteventura se unen en un ‘Divino desierto’ de danza

Acerina H. Toledo y Roberto Torres dirigen un espectáculo inspirado en la naturaleza de las Islas, junto al bailarín majorero Juan Cabrera

Lourdes Bermejo 0 COMENTARIOS 10/05/2019 - 09:55

La bailarina y coreógrafa lanzaroteña Acerina H. Toledo es una de las responsables de la revitalización de la danza en la Isla en los últimos tiempos. La apertura de la Sala Cúrcuma, hace menos de dos años, ha impulsado las enseñanzas y la “visibilidad” de este arte escénico, que era uno de los objetivos del proyecto profesional de Acerina. La artista quiso “crear un espacio donde se pueda crear, mostrar, formar y divertirse teniendo como herramienta diferentes disciplinas que se complementan y donde iniciarse en el arte o perfeccionarse en la forma de moverte o expresarte”. Y parece que lo ha conseguido.

Tras propuestas como 60 pulsacciones y Traslación, que se han desarrollado en Teguise y Arrecife, Acerina presenta ahora, a través del área de Cultura del Cabildo y en el teatro El Salinero, el próximo 11 de mayo, Divino desierto, una producción propia que reflexiona sobre la naturaleza de las islas orientales, “un justo homenaje a este espacio que nos ha hecho ser como somos, que forja nuestro carácter”, dice la bailarina, que asegura tener la sensación de que “hay que valorar” este Divino desierto, este elemento de tan fuerte presencia en la personalidad de los isleños orientales.

Con esta premisa de partida, Acerina y Roberto Torres dirigen una coreografía, creada junto al también bailarín Juan Cabrera, de 55 minutos de duración, arropada por “el ambiente musical o los elementos escénicos que trasladan la fragilidad natural”. Profesionales reconocidos han contribuido con la propuesta, como la coreógrafa Paloma Hurtado “que nos ha ayudado a removernos, a salir de nuestros patrones adquiridos”; Shelma Zebensuí “con su diseño de luces”, el compositor Samuel Aguilar, que ha creado la banda sonora o la figurinista Yaiza Pinillos, que trabaja para el Ballet Nacional de España y que ha creado un vestuario alegórico, “donde se representa desde ramas de palmera, unidas a mis brazos, que mueve el viento; a cestas de mimbres, que van soltando jable en cada movimiento de cabeza”. El equipo lo completan Íñigo Labarga (asistente de producción), David GP (fotografía e imagen) y Amanda López y Yudeismis Acosta (comunicación).

El espectáculo es “un justo homenaje a este espacio isleño que nos ha hecho ser como somos, que forja nuestro carácter”

Acerina cree que “nadie saldrá indiferente del teatro” y agradece al Cabildo su apoyo a la iniciativa, “porque contar con un presupuesto previo nos ha permitido apostar fuerte”, aduce la también empresaria, acostumbrada siempre a correr riesgos. Por ello, subraya su agradecimiento, “sobre todo a la Consejería de Cultura del Cabildo y a la Concejalía del área de Teguise, que son las dos instituciones que nos han apoyado hasta ahora”.

Aunque la afición a la danza contemporánea está aún en sus albores en Lanzarote, los impulsores de Divino desierto animan a la población local a acudir como espectadores a esta obra.

“Mostrando el apoyo a este tipo de espectáculos podemos demostrar a los responsables públicos que es posible llevar a cabo acciones culturales de calidad, que además, se inspiran en nuestro entorno”, explica la coreógrafa.

Desde Sala Cúrcuma, Acerina y el resto de profesores de diversos estilos de danza y teatro continúan su labor, en una sala perfectamente acondicionada, con una tarima profesional para baile, con linolium tipo dancefloor, que mitiga los choques bruscos en los saltos que pueden afectar a las articulaciones.

Este proyecto empresarial que ha provocado que Acerina “se niegue” a volver atrás en las condiciones en las que imparte sus enseñanzas, ofrece también un espacio para la experimentación y el encuentro de varias disciplinas. También se favorece la posibilidad de mostrar el trabajo realizado en espacios adecuados y alternativos y a través de proyectos originales que salen de la sala, como los citados Traslación y 60 pulsacciones, que cumplen la premisa de que Lanzarote necesitaba un espacio para crear, recibir y mostrar arte.

Como vocal de la Asociación de artistas del movimiento de Canarias Pie de base, Acerina insiste en que “en la danza necesitamos ser visibles, asociarnos y estar unidos. Y ello debe ser un objetivo no solo de las salas y artistas, sino también de las instituciones”, sentencia. 

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