Manolo Zerpa siempre ha sido un apasionado de las abejas. Leía todo lo que llegaba a sus manos al respecto y aunque en un principio le faltaba de tiempo para adentrarse en esta aventura, ahora lleva más de ocho años con colmenas y ha impulsado la asociación de apicultores de Lanzarote. Cansado de dedicarse por completo a su trabajo de mecánico emprendió el camino a su pasión: la apicultura.

Le acompaña en el proyecto su mujer, María del Mar Tavío, de la que dice es la parte comercial de Haría Miel. En tan sólo un año y medio, después de adquirir las primeras colmenas, comprobó que la aventura traería sus frutos y se dio cuenta de las dimensiones de la producción. “Cuando en un principio creí que eso no iba a funcionar por lo seca que es esta tierra”, aunque contaba con el privilegio de residir en Haría, una zona que le daría mejores resultados.

La sorpresa fue cuando se percató de que el resto de colmenas que tiene repartidas por la Isla, hasta sumar 150, estaban produciendo “una miel de una calidad increíble”, según los resultados de la analítica realizada en la Casa de la Miel en Tenerife, donde asegura que “se quedaron asombrados” con el alto nivel lanzaroteño.

Contribuye a ello “el bajo grado de humedad y la variedad que ofrecemos, con hasta seis mieles distintas”. En ocasiones “son las propias colmenas las que ofrecen variedades distintas porque van a floraciones diferentes”, explica Manolo Zerpa, quien destaca la alta variedad de floración en época de lluvia.

Cuenta con colmenas en la zona de Malpaso, Ye, Órzola y Guinate hasta sumar un total de 150 que confía en ampliar hasta las 200 en un futuro. Sin embargo recuerda que exige mucha dedicación y más cuando la familia es la que produce sus propias cajas, extrae la miel de los paneles, funde la cera para reutilizarla y envasa el producto final en su propia residencia de Haría para finalmente llevarla a los establecimientos.

Haría Miel recolectó en el último año 400 kilos de miel que ha sacado a la venta, aunque no ha sido un año bueno por el clima. El anterior superó los 600 kilos. Trabaja con envases de 250 y 500 gramos y la distribución alcanza a toda la Isla. Se muestra satisfecho por la alta acogida entre los consumidores: “Está toda vendida”, señala. Es una producción que comenzó buscando una alternativa para su hija alérgica y que ahora toman todos en la familia a diario.

Tras el éxito de Haría Miel y de comprobar que la apicultura podía ser una empresa rentable decidió crear la Asociación de Apicultores en la que estaría la docena de apicultores de la Isla. El colectivo se encuentra en fase incipiente y aunque ya cuenta con todos los registros para su funcionamiento falta convencer al sector para unirse como socios. “El reto es que todos los apicultores de la Isla sigan la línea de la producción ecológica. Ya que somos pocos lo podemos conseguir” y anima a los apicultores lanzaroteños a sumarse al proyecto.

Fue gracias a unos cursos del Cabildo de Lanzarote como se iniciaron los nuevos apicultores. Mediante esta labor formativa se llevó a cabo también el traslado de los núcleos de abeja negra, raza autóctona, a la Isla. Se ofrecieron dos cursos de iniciación a la producción de miel y crianza de abejas por parte del Área de Agricultura y que concluyeron con prácticas en la finca de Haría. Esta iniciativa promovida a través de la Granja Agrícola Experimental tenía por objetivo fomentar la producción de miel, además de contribuir a la diversificación de la producción del sector primario.

Destaca Manolo Zerpa que el principal problema de la apicultura es la varroa, un parásito procedente de África para el que se emplea un tratamiento químico, que no se usa en el caso de una producción ecológica, como es la suya. Como alternativa emplea elementos naturales que “a lo mejor no mata la varroa, pero finalmente no convive con ella”.

La ventaja de la Isla para apostar por la cosecha ecológica es el hecho de contar con menor número de colmenas y que aún no está afectada por este parásito como otras Islas, donde no tienen más remedio que combatirlo con un tratamiento, aunque según le han explicado desde la Casa de la Miel este hecho no influye en la calidad final del producto porque no quedan residuos de los productos químicos empleados en miel o cera. “Pero algo de distinción habrá”, comenta.

Miel cruda

En el caso de Haría Miel, el proceso de elaboración es sencillo. “Se trata de miel cruda y va directamente de los panales al envase, sin darle ninguna temperatura”. Asegura que si se le agrega alguna temperatura la miel puede perder hasta un 30 por ciento de sus propiedades. Es un método recurrente para mantenerla siempre líquida, cuando por el contrario representa una merma en su calidad. La miel cruda se solidifica en poco tiempo. La creencia habitual es al contrario. “Pocos son los que trabajan con miel cruda”, señala Manolo Zerpa.

Zerpa cuenta con colmenas en la zona de Malpaso, Ye, Órzola y Guinate hasta sumar un total de 150 que confía en ampliar hasta las 200 en un futuro

El envasado se realiza en las instalaciones de que dispone en su hogar de Haría, donde cuenta con una centrifugadora para extraer la miel de los panales. Explica el apicultor que cada uno de ellos ha sido rellenado por las abejas en tan sólo dos días. En Haría Miel se aprovecha todo el trabajo de las abejas. Así también recupera la cera una vez extraída la miel.

Sobre la calidad de la producción apícola lanzaroteña, Manolo Zerpa mantiene que, afortunadamente, en Lanzarote la gente se ha informado y no hace falta convencerles: “La gente está empezando a entender de la miel”.

Así lo demuestran las continuas solicitudes que les llegan. Respuesta que hace que valore las posibilidades de aumentar la producción, para ello tendrían que ampliar las colmenas hasta doscientas e inscribirse en la categoría profesional. Aunque no cree que llegara a sobrepasar las 200.

Otra ventaja con la que cuenta el mayor apicultor de la Isla es que es el único que reproduce abejas reinas en Lanzarote. “Es importante que se produzca un cambio genético para depurar las colmenas”, explica este estudioso de la apicultura que durante todos estos años ha visto la evolución de sus colmenas e investigado cómo mejorarlas.