SECTOR PRIMARIO

La difícil lucha de la viña contra el abandono

El bajo rendimiento económico de la viña, sus elevados costes de mantenimiento y la falta de relevo generacional requieren de una compensación para mantener un paisaje agrario único

Fotos: Manolo de la Hoz.
M. Riveiro 10 COMENTARIOS 17/10/2019 - 05:10

“La Geria es un paisaje volcánico único en el mundo”, con “viñedos espectaculares”, “hoyos cónicos excavados en capas naturales de grava volcánica en el que se planta la vid” que produce “excelentes vinos blancos y dulces”.

De esta forma tan sugerente promociona la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias el paisaje protegido de La Geria, epicentro de la producción vitivinícola de la Isla. Tras la enumeración de tópicos se esconde una realidad llena de dificultades para un sector que vive una peligrosa paradoja: ahora es cuando más se cotiza el vino lanzaroteño, pero desciende el número de hectáreas cultivadas y hay menos viticultores que mantienen una actividad tradicional pero de complicada viabilidad económica.

Estas son las claves de la compleja situación del sector y las propuestas que podrían ayudar a garantizar su futuro:

LA SINGULARIDAD. Ser distinto a lo común es un valor, pero en ocasiones, como en el caso del cultivo en La Geria, también entraña una dificultad añadida. Los terrenos en el paisaje protegido están cubiertos por la capa más gruesa de arena volcánica de Lanzarote. Excavar en los característicos hoyos para retirar de su interior la arena que se mete durante el año, como consecuencia del viento o del trasiego para el cuidado de la viña, supone un coste que no compensan los 1.485 euros por hectárea de subvención del programa europeo POSEI.

La ayuda está destinada a las vides con las que se produce vino con denominación de origen protegida, sin importar el tipo de cultivo del que se trate y sin primar la forma tradicional. La consecuencia se percibe en el paisaje: cada vez más hoyos lucen abandonados y, en numerosas parcelas, de forma paulatina se ha ido sustituyendo el modo centenario de cultivo por otras formas más productivas pero nada singulares.

El tiempo necesario para la labor de excavar una hectárea en La Geria puede llegar a las 460 horas, casi dos meses de trabajo de una persona, lo que “encarece notablemente el cultivo de la vid” en el espacio natural protegido.

Así lo evidencia un estudio elaborado por la Mesa Vitícola de Lanzarote, compuesta por técnicos del Cabildo, del Consejo regulador de la denominación de origen Vinos de Lanzarote y de varias bodegas.

El estudio también subraya que, en La Geria, la densidad de parras por hectárea es muy inferior a otras áreas de la Isla. Por ejemplo, en la zona de Diama, con hoyos de 13 metros de diámetro y 2,7 metros de profundidad, apenas había unas 64 plantas por hectárea.

En El Chupadero, con hoyos de 10 metros de diámetro y dos metros de profundidad, el número de parras se elevaba a 112 por hectárea y en el entorno de la ermita de La Caridad, con hoyos similares, se contaban unas 160 parras por hectárea. En otras áreas, como en Conil o Masdache hay entre 600 y 1.000 plantas por hectárea, mientras que en Tinajo se llega a las 1.500 parras por hectárea.

LAS CUENTAS. Cuando los viticultores echan números, es difícil que salgan las cuentas. Tanto instituciones como profesionales concluyen que “es fundamental ayudar al mantenimiento del cultivo en La Geria, ya que constituye un paisaje agrícola peculiar”, que lo convierte además “en un importante recurso turístico” por su paisaje y como elemento de promoción de la Isla en el exterior. Lo difícil es pasar de esa filosofía del paisaje a la rentabilidad económica que facilite su conservación.

En un informe sobre la necesidad de revalorizar la viña en La Geria se concluye que las labores de cuidado que lleva una parcela típica en el espacio natural suponen unos gastos de 2.600 euros

En el corazón de La Geria, la producción por hectárea oscila entre los 1.100 y los 1.500 kilos, mientras que en la zona de cultivo el rendimiento se multiplica hasta por seis, llegando a los 7.000 kilos recogidos por hectárea.

En un informe sobre la necesidad de revalorizar la viña en La Geria, que incluye un análisis de los sobrecostes del cultivo y su menor rendimiento, se concluye que, tirando por lo bajo, las labores de cuidado que lleva una parcela típica en el espacio natural suponen unos gastos de 2.600 euros.

A 1,90 euros el kilo de malvasía -a pesar de que ha aumentado el precio de la uva en los últimos años- con una producción normal prácticamente no se cubren ni los costes. “La escasa rentabilidad hoyos” supone un serio inconveniente para su mantenimiento. De hecho, la estampa de hoyos llenos de aulagas ha ido ganando terreno en los últimos tiempos.

COMPARATIVA. En el sector se defiende que es preciso compensar económicamente el bajo rendimiento de la viña en La Geria, en la zona de mayor valor paisajístico, para luchar contra la desatención de los hoyos tradicionales y evitar otras formas de cultivo menos características de la Isla.

Si en El Hierro el rendimiento máximo admitido en la denominación de origen es de 15.000 kilos por hectárea, en el valle de Güimar oscila entre los 10.000 y los 30.000 kilos, en Lanzarote, incluyendo zonas vitivinícolas fuera del espacio protegido de La Geria, está fijado en apenas 7.000 kilos.

Por su peculiar sistema de cultivo, el rendimiento en el espacio natural lanzaroteño llega a ser hasta 11 veces menor que en otras zonas de Canarias. Las cifras del sector vitivinícola empiezan a encender las luces de alarma. A mediados de la década pasada había unas 1.900 hectáreas que estaban acogidas al Programa comunitario de apoyo a las producciones agrarias de Canarias, el conocido POSEI, con casi 1.600 viticultores.

En el último año, el número de hectáreas se redujo a menos de 1.600 y el de viticultores inscritos no llega a 1.300, a pesar del aumento en el precio de venta de la uva a las bodegas, que se ha incrementado en torno a un 65 por ciento en la última década. Las bodegas venden fuera de la Isla la mitad del vino, cuando hace 10 años casi siete de cada 10 litros se consumían en Lanzarote.

Cómo combatir la injusticia en el reparto de ayudas

Lanzarote es también Europa, aunque a veces no lo parece. Como Región Ultraperiférica, el Archipiélago canario recibe una inyección económica para fomentar la producción agraria y ganadera, para tratar de paliar los inconvenientes de la lejanía o de un clima seco. Cada año, Canarias recibe unos 260 millones de euros a través del programa POSEI.

Con un reparto justo, a la Isla le corresponderían unos 40 millones de euros. La realidad es que recibe apenas tres millones, y para el mantenimiento de la viña llegan poco más de dos millones de euros.

Según las fuentes del sector consultadas, Lanzarote debería aspirar a recibir al menos cuatro veces más de lo que percibe en ayudas, unos 12 millones de euros, que seguiría siendo apenas el cinco por ciento del total.

El sector demanda multiplicar lo que se percibe para la producción agrícola y primar de forma específica el cultivo de la vid en hoyos

En Canarias, el grueso de las ayudas europeas las acapara el plátano, con 141 millones de euros, por tan solo 7,6 para las vides (y cinco de los millones correspondientes a la denominada “financiación adicional”, con problemas en ocasiones para el cobro). No en todas las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea se cultiva plátano, cuyos productores defienden que tienen un estatus especial heredado.

Por ejemplo, las islas de Reunión o Azores no reciben ningún tipo de ayuda al plátano y las subvenciones que reciben siguen siendo cuantiosas: 111 millones en el caso de la primera y 76 millones en el de la segunda.

Desde el año 2006, es el Gobierno de Canarias el responsable de la distribución de los fondos europeos. Desde el sector se plantea que el reparto de fondos se efectúe en función de las necesidades de cada Isla para evitar los desequilibrios actuales.

La creación de una cooperativa de agricultores “fuerte y bien organizada” y una propuesta específica para que las ayudas a la producción de uva diferencien el tipo de cultivo son otras de las opciones posibles.

Así, sería más equitativo que, por ejemplo, la plantación en espaldera, que ha proliferado en los últimos años, reciba la subvención actual de 1.450 euros por hectárea, pero que la plantación en zanja con muro o en semicírculo pueda recibir 2.000 euros, la plantación en hoyo de menos de un metro de profundidad llegue a los 3.000 euros, y los que superen esa profundidad puedan llegar hasta los 5.000 euros por hectárea.

Otro cultivo tradicional, que al igual que las parras configura un paisaje característico de Lanzarote, es el de la cochinilla. El Gobierno de Canarias anunció antes del verano que solicitaría su inclusión en el programa POSEI pero todavía no es una realidad.

“La falta de motivación entre los agricultores está provocando su abandono. La gente mayor se aburre y los jóvenes tienen que buscarse un futuro”, señala Pedro Juan González, uno de los pocos cultivadores que quedan. Lanzarote cuenta con 196 hectáreas dedicadas a la cochinilla y es la Isla con mayor superficie potencial, tal y como reconoce un estudio encargado por la Consejería regional de Agricultura.

Las salinas tradicionales, de las que Janubio es su principal emblema en Canarias, llevan años de batalla para que su producto, la sal marina, sea considerado un producto agroalimentario y no minero, y que puedan acogerse en igualdad de condiciones a ayudas europeas. La reivindicación ha conseguido el apoyo del Parlamento de Canarias hasta en tres ocasiones, la última en el pasado mandato.

Comentarios

El paisaje del que habla el artículo ya ha sido alterado por las bodegas, los hoyos se están perdiendo y se planta en hileras y con espacio para el tractor. Las bodegas cada vez son propietarias de más viñedos, se quedarán progresivamente con los mejores y el resto desaparecerá. Lo industrial está ganando sobre lo paisajístico. ¿Tienen permiso las bodegas para hacer los cambios?
Pues si no tiene avenida, lo llevan mal.
Menos historias y más ganas de trabajar. No todo en esta vida se arregla subvencionando al personal, a ver si ponemos todos algo de nuestra parte. Ayudaría mucho más que a las bodegas no se las persiga por ampliar sus instalaciones, que puedan hacer almacenes y edificaciones accesorias en la Geria sin temer que las quieran meter en la cárcel [...].Eso ayudaría mucho más
Que la trabajen los empresarios y políticos. La Feria se la han ido cargando poco a poco, llenandola de coches, todo tipo de cartelera, radares, pivotes, turismo MASIVO, bodegas induatriales que tendrian que haber estado fuera de ahí. De verdad que esta isla da asco, por culpa de unos políticos ignorantes y unos empresarios carroñeros.
Temuco. Las bodegas industriales y sus accesorios FUERA DEL PAISAJE AGRARIO. ¿Dónde has visto tu un paisaje agrario lleno de bodegas industriales?. En Lanzarote. Reserva de la Biosfera en el papel.
Feudalismo puro. Esta isla es una ruina, con políticos incompetentes y cobardes que no defienden los intereses de los agricultores de Lanzarote sino los suyos propios. De todo el dinero que nos envían de Europa para mantener nuestra agricultura y nuestro paisaje, nos llega una miseria, el resto nos lo están robando. Y para darnos una limosna incluso nos humillan como a vasallos.
¡Que vergüenza, de 260 millones de Euros que mandan para Canarias, a Lanzarote llegan 3, así nos va con nuestra agricultura abandonada y los políticos con sueldos cada vez mayores.
Ya está bien de que la gente y los políticos se carguen nuestro patrimonio, y me importa un carajo si la ley lo protege o no lo protege. Las hileras que han hecho las bodegas son un atentado contra nuestro patrimonio agrario y deben prohibirse y restaurarse exactamente a su condición anterior. Como pretenden vender vino caro si destruyen lo que nos hace únicos en el MUNDO? A la mierda con su cortoplacismo que se beneficia del patrimonio agrario que hemos heredado todos. La única forma de proteger la Geria es protegiendo lo que la hace única. Los políticos quieren que la gente abandone sus fincas para que el amiguete de la bodega pueda comprarlas mas baratas y luego arrasar con todo para plantar las tres variedades de siempre en hileras feas y genéricas. BASTA! Eso se protege y se restaura si queremos dejarle algo a los que vienen detrás. Con hileras rectas no podemos vender el vino tres veces mas caro y pagarle 5 veces mas al agricultor. Si queremos porteger la Geria, hay que ponerse serios y protegerla como si fuese un cuadro de Da Vinci, restaurando lo destruído y extender La Geria para que incluya todas las fincas que usen el sistema de hoyos. Pero no hay cojones por mucho que celebremos el centenario de César.
Mucho sabría agradecer sobre la fe de bautismo de mi abuelo José Ramírez.  Quien de acuerdo al año de nacimiento de mi padre (1904) el abuelo tenia 47 anos, por lo que asumo el nació el 1857; en lanzarote isla canaria. Dos hermanos vivieron con el a Venezuela  Juana  Ramírez de Betancourt. (Casada con Francisco Betancourt, quien murió de 23 años de edad en el año   1879) en la guaira.Esta hermana murió en Venezuela a la edad de 72 años, en el año 1932. Juana tenia aproximadamente 9 año  cuando enviudò. También vivió en Venezuela  otro hermano de mi abuelo, llamado Eduardo Ramirez, se cree que vino al Venezuela de 24 años   De edad. Murió en la guiará a la edad de 50 años, el año de 1915. Según la defunción de Juana y Eduardo sus padres eran Juan  Ramírez  y Otila Vera. Otra información pertinente para ubicar el lugar donde vivieron en lanzarote, es que según ellos eran campesinos que labraban viñedos que dejaron abandonados. Mi padre decía que el mejor vino, era el castellano gandolfo
Mucho sabría agradecer sobre la fe de bautismo de mi abuelo José Ramírez.  Quien de acuerdo al año de nacimiento de mi padre (1904) el abuelo tenia 47 anos, por lo que asumo el nació el 1857; en lanzarote isla canaria. Dos hermanos vivieron con el a Venezuela  Juana  Ramírez de Betancourt. (Casada con Francisco Betancourt, quien murió de 23 años de edad en el año   1879) en la guaira.Esta hermana murió en Venezuela a la edad de 72 años, en el año 1932. Juana tenia aproximadamente 9 año  cuando enviudò. También vivió en Venezuela  otro hermano de mi abuelo, llamado Eduardo Ramirez, se cree que vino al Venezuela de 24 años   De edad. Murió en la guiará a la edad de 50 años, el año de 1915. Según la defunción de Juana y Eduardo sus padres eran Juan  Ramírez  y Otila Vera. Otra información pertinente para ubicar el lugar donde vivieron en lanzarote, es que según ellos eran campesinos que labraban viñedos que dejaron abandonados. Mi padre decía que el mejor vino, era el castellano gandolfo

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