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Juan Pablo Díaz: “Arrecife da la espalda a su historia marinera”

El presidente de la Asociación por la Memoria Pesquera e hijo de Ángel Díaz prosigue la batalla por la apertura del Museo del Mar, que podría establecerse en otra isla ante la desidia lanzaroteña

María José Lahora 3 COMENTARIOS 18/11/2022 - 06:59

Juan Pablo Díaz ha heredado el legado marinero de su padre, Ángel Díaz. Un conjunto de documentos, fotografías, material y enseres relacionados con la historia marinera de Lanzarote y Arrecife del que su predecesor hizo acopio durante su vida con la esperanza de crear el Museo del Mar.

A la muerte de Ángel Díaz, sus herederos crearon la Asociación social y cultural por la Memoria Histórica Pesquera de Lanzarote ‘Ángel Díaz’, con el propósito de continuar el proyecto que en vida no pudo ver realizado.

Más de un millar de documentos relacionados con la historia de Arrecife con el mar y la pesca, en torno a 3.000 fotografías, así como todo tipo de elementos marineros que llegaron al alcance de Ángel Díaz se encuentran albergados en un almacén en la zona conocida como Morro Angelito en Arrecife, a la espera de que alguna institución encuentre un espacio para su exhibición al público, una aspiración que lejos de hacerse realidad se antoja cada vez más difícil, al menos en la capital de la Isla, según explica Juan Pablo Díaz.

Sería el de mayor calado a nivel nacional, asegura. “Museos en España que puedan disponer de la cantidad e importancia de piezas como las que tenemos creo que hay pocos”, dice. “Si Lanzarote y sus políticos se deciden a llevarlo a cabo tendríamos algo de referencia nacional”, añade. “Solo en Francia y Países Bajos se le está dando más importancia a las embarcaciones de vela”, en las que está especializadas el catálogo de la familia Díaz.

La falta de respuesta de las administraciones públicas local e insular durante las últimas décadas ha sumido en la desesperanza a los familiares de Ángel Díaz. Sin embargo, sí se han interesado por el proyecto estudiosos de las universidades de La Laguna o Las Palmas de Gran Canaria, de la Península e incluso de la localidad vasca de Bermeo (Bizkaia) de la mano del investigador Juan Antonio Apraiz Zallo, no en vano mucha de la flota fue adquirida allí, y cada vez que visita la Isla llama a Juan Pablo para volver a revisar los fondos del Museo del Mar. “Todos coinciden en señalar que cómo puede seguir esto guardado en un almacén”.

“En Arrecife damos la espalda al mar, como si diera vergüenza decir que tu familia fue costera”, tal y como le han transmitido los veteranos marineros de los que Juan Pablo Díaz ha escuchado que era una profesión considerada como algo despectivo. “Sin embargo, de no ser por el legado marinero no habríamos tenido nada en Lanzarote. Arrecife progresó gracias a la bahía que tenía y donde fondeaban estos barcos”, sostiene Juan Pablo. “La historia de Lanzarote arranca por la pesca”, uno de los sectores que permitió la evolución histórica y económica junto a la agricultura.

Tampoco se le está confiriendo el valor que merecen las mujeres que estuvieron relacionadas con el sector pesquero y las conserveras, esas esposas y madres que debían sacar adelante a sus familias durante casi un año mientras sus maridos estaban enrolados, o las que trabajaron en las fábricas “echando horas y horas”, comenta el presidente de la asociación para la recuperación de la historia marinera.

Interés de Promotur

Pero cuando todas las puertas se cierran una ventana se abre. Promotur Turismo de Canarias ha iniciado conversaciones con la asociación para poder rescatar el pasado marinero de Lanzarote. Su director, Ciprián Rivas, ha manifestado a Díaz la intención de poner en valor todo este material a través del proyecto Ecoáreas y Buenamar que desarrolla la sociedad de promoción canaria para difundir la pesca como producto turístico.

Juan Pablo Díaz no descarta que al final la propuesta del Museo del Mar de Lanzarote acabe en otra isla a fin de que pueda ser una realidad ante la negativa de las administraciones local e insular de activar el proyecto de Domingo Delgado Morín, cuando era responsable de Pesca, para el que se propuso las antiguas naves de Frigorsa y que finalmente no se ha llevado a efecto.

Al respecto, señala que el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología podría ser uno de los enclaves, fuera de Lanzarote, para exhibir la historia marinera de Canarias, tras las reuniones mantenidas con el director general de Promotur y también miembro del patronato del centro museístico de Las Palmas de Gran Canaria.

“Si Lanzarote y sus políticos se deciden a ejecutar el museo sería un referente”

También estudia Promotur adquirir para uso turístico uno de los tres últimos navíos que aún existen con más de cien años de antigüedad construidos en Lanzarote: La Rosa, actualmente en Malta para uso recreativo y que se encuentra a la venta. Las otras dos embarcaciones son La Bella Lucía, propiedad del empresario Juan Francisco Rosa y que se puede ver en Puerto Calero, y el balandro Aldeano, actualmente en Mauritania, que junto al Correíllo de La Palma permitirían disponer de una flota para uso educativo y turístico.

Durante sus años de servicio, La Bella Lucía era una embarcación de cabotaje destinada al transporte de pasajeros entre la costa y Lanzarote. Dan fe de ello numerosos documentos, como los que obran en propiedad de Daniel Rodríguez Zaragoza y que edita nueva publicación el próximo año, según adelanta Juan Pablo.

Asimismo, Juan Pablo Díaz aplaude la reivindicación de la historia marinera que desde su creación ha realizado la Sociedad Torrelavega. La celebración hace ya dos décadas de las jornadas Arrecife, el hombre y el mar sirvió de espaldarazo al proyecto del Museo del Mar. Más de 20 años después, la entidad rendía nuevamente homenaje al legado de Ángel Díaz con un reconocimiento en un acto bajo el título Lanzarote y la Pesca que formaba parte del programa del 75 aniversario de la sociedad capitalina, que no ha dudado a lo largo de su historia en ofrecer sus instalaciones en la calle Triana para difundir el pasado marinero de Lanzarote.

También defiende el heredero del Museo del Mar la relación de uno de los socios fundadores del Torrelavega, el artista César Manrique, con el pasado marinero de Lanzarote. “Fue uno de los primeros que intentó hacer un museo de la pesca en el Islote del Amor, donde se encontraba varada la embarcación La Dolores, La Lola para el escultor, con la intención de que se convirtiera en un centro visitable y que ardió a consecuencia de un incendio intencionado”.

A oídos de Juan Pablo ha llegado también que el artista se paseaba por Puerto Naos a la caza y captura de cualquier resto que pudiera servir para su proyecto museístico, al igual que se pueden contemplar los murales de la Sección de Náutica, Máquinas y Radioelectrónica Naval de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de la Universidad de La Laguna, entre los que destaca el inmenso mural de 1966 titulado Anatomía de un barco. Asimismo, en el Real Club Náutico de Arrecife puede verse otra de sus creaciones, sin olvidar que en Jameos del Agua también se conservan piezas de embarcaciones recogidas por Manrique.

El legado de Ángel Díaz ha impulsado además recientemente el cortometraje del alumnado de la Escuela de Arte Pancho Lasso Arrecife, Museo del mar, documental que hace un recorrido por la historia marinera de la ciudad de Arrecife a partir de estos fondos y que logró el Premio al mejor documental del certamen Cinedfest 9.

Orígenes

Ángel Díaz trabajó en la herrería de su padre en Puerto Naos, que ya estaba en pie en los años cincuenta cuando nació el ideólogo del Museo del Mar. Desde pequeño, estuvo enredado en barcos y todo lo relacionado con la mar, relata Juan Pablo. Así fue como su progenitor inició la colección de herramientas y enseres de calado marinero. Hasta el punto de que precisó de un almacén para exponerlas de forma ordenada, que es como se pueden ver en la nave familiar de los Díaz en el barrio del Morro Angelito en Arrecife.

“La época de la pesca en vela tuvo una gran importancia y nadie se acuerda”

A raíz del declive de la pesca en Lanzarote, Ángel Díaz comenzó con más ahínco a coleccionar estas piezas, visitó varios museos en la Península y de ahí surgió su afán por crear el de Arrecife con la vista puesta en difundir y mantener el recuerdo de la historia de los barcos de vela, que pudo vivir en primera persona. Una época en la que frente al esplendor vivido con la pesca de la sardina, fueron muchos los padeceres de los profesionales del mar con zafras de hasta nueve meses que obligaban a los marineros a estar enrolados durante largas temporadas lejos de su hogar y su familia.

“Es la gran olvidada. La época de la pesca en vela tuvo una gran importancia y nadie le confiere el valor que merece”, comenta Juan Pablo. En Lanzarote era donde se construían por aquel entonces los barcos que más tarde surcarían la costa en busca de las capturas. En la Isla y, en concreto, en Arrecife existían todo tipo de oficios relacionados con el mundo de la navegación: Herreros, maestros carpinteros, carpinteros de ribera…

Más tarde, cuando la explosión de la industria conservera, las embarcaciones procedían de armadores andaluces ya experimentados en la pesca de la sardina y atuneros que establecieron en Lanzarote su puerto base. En documentos, se calcula que pueden estar en poder de la familia Díaz más de 1.000, entre matrículas, contratos de trabajo, de compra-venta, telegramas, roles de las embarcaciones... Con respecto a fotografías, se encuentran expuestas actualmente más de 1.500 y otras tantas están guardadas hasta alcanzar casi alrededor de 3.000. “Todo relacionado con barcos de Lanzarote”, puntualiza Juan Pablo.

“Parece como si de la pesca nadie se acordara y no hace tanto que vivíamos de ella”, insiste. Desde la época de las conserveras, con la sardina como principal ingrediente, hasta los atuneros de los que actualmente quedan seis y cuyo auge se extiende hasta los años noventa.

Imágenes

Comentarios

Para los lanzaroteños o conejer@s ,eso es una cosa esencial para la isla , es un espejo donde nos vemos, y recordar k no es solo turismo sol y p k aya
Creo que se debería construir un museo para esta colección en el Solar de Ginori. Sería el lugar ideal y mucho mejor uso que un aparcamiento.
Es increíble la desidia de la clase política, cómo dejan escapar las oportunidades para un Arrecife más auténtico que despierte el interés de vecinos y visitantes. Parece mentira que, mientras las universidades de fuera se interesan por nuestrahistoria, nuestros políticos se dedican a enterrarla o, en este caso, quizás, incluso dejar que se lleven nuestro legado a otra isla. Hay derecho a tener que soportar a esta banda de oportunistas, que lejos de hacer algo por la ciudad, se dedican a pelear entre ellos a ver quién se lleva más sobres llenos a casa ???Totalmente vergonzoso, que vean cómo nuestra capital se hunde en la miseria mientras ellos siguen a lo suyo .....

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