DIARIO DEL CORONAVIRUS (XXXIV)

Incumplimientos

Foto: Adriel Perdomo.
Saúl García 0 COMENTARIOS 18/04/2020 - 20:50

Con cautelas, sin prisa, poco a poco, gradual, por grupos, solo para caminar, un poco los niños, sin nada abierto… y lo que quieran, pero el caso es que ya se empieza a oler a desconfinamiento. No se me hubiera ocurrido nunca poder escribir esta frase y que los lectores la entendieran. E incluso que algunos la compartan: ya huele a desconfinamiento.

Dicen los asesores del Gobierno que “no es lo mismo un pueblo o una isla que una gran ciudad”. Cuánto saben los asesores. En Lanzarote, el mes de abril ya tiene más días que casos nuevos detectados. Y algún día tendremos que empezar a salir. Si les soy sincero, yo ya estoy empezando a echar de menos hasta algunas cosas que no he hecho nunca. De las que hacía prefiero no acordarme para no deprimirme. Hoy ha llovido con ganas y no me hubiera importado nada empaparme.

Ya sé que la salud es lo primero. En eso hemos mejorado un poco. Hasta hace algo más de un mes, la economía era lo primero, por delante de la salud y del medio ambiente, entre otras cosas. Veremos lo que dura. Sin entrar en la cuestión sanitaria, durante este confinamiento hay actos y hechos esperanzadores y otros muy tristes, como las amenazas a sanitarios o los llamados policías de balcón. Y los va seguir habiendo.

Cuando empecemos a salir habrá desconfianza. Así que puede que sea buen momento para recordar que las medidas excepcionales de control o de seguridad son para garantizar la salud. Que si se vigila para que la gente no salga es para no expandir el virus. Nada más. El abogado José María de Pablo decía en El Confidencial que “la gravedad de la situación no puede justificar algunos de los excesos policiales que se están produciendo” y que “las fuerzas de seguridad no pueden imponer prohibiciones que no están previstas en el texto del decreto".

El ejército intentó imponer en Fuerteventura 23 sanciones sin tener competencias. En Valencia, la Guardia Civil publicó un listado de productos que justifican ir a la compra y otros que no, excediéndose también de sus competencias. Si el confinamiento se alarga se van a multiplicar los casos de incumplimiento porque muchas personas están en el límite. Así que hace falta mano izquierda.

Ayer multaron a un alemán por bañarse en el Charco del Palo, que fue localizado en helicóptero. Estamos matando moscas a cañonazos. Si está prohibido pues está prohibido, pero es que la Guardia Civil dice en la nota de prensa que “este tipo de imprudencias y acciones dolosas generan un riesgo para el que las comete así como el resto de la población”... ¿De verdad? ¿En el agua? ¿En el Charco del Palo?

El otro día, en Arrecife, Cruz Roja y Protección Civil fueron a felicitar a uno de sus voluntarios. Y está bien, es una buena iniciativa. En las imágenes se pueden ver a unas 25 personas participando en la felicitación, con mascarillas y con distancia. Perfecto. Pero hay gente viviendo en pisos de sesenta metros, y si se trata de salud, el virus no distingue entre un baño prohibido y un cumpleaños autorizado.

***

 

Añadir nuevo comentario