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Gran Canaria abraza a César Manrique como Hijo Adoptivo

“Los pueblos necesitan símbolos y referentes que alumbren y señalen los caminos”, señaló Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria, en la entrega de distinciones

José Juan Ramírez, presidente de la Fundación César Manrique.
Gregorio Cabrera 4 COMENTARIOS 16/03/2019 - 12:33

Sucedió allí, entre los muros del Auditorio Alfredo Kraus, un faro de músicas e ideas, donde el océano golpea el litoral de arena y roca con el mismo ímpetu con el que César Manrique usó su talento y sus ansias por crear nuevos mundos e islas mejores. El artista lanzaroteño es desde la noche del pasado viernes, 15 de marzo, Hijo Adoptivo de Gran Canaria, distinción que recogió entre sus manos el presidente de la Fundación César Manrique, José Juan Ramírez, en el acto oficial de Entrega de Honores y Distinciones del Cabildo insular.

El Cabildo de Gran Canaria reconoce de este modo la huella y la inspiración del creador conejero, que dejó su firma en los murales del Hotel Folías, pionero del turismo del sur grancanario, y del Riu Palace Meloneras y en el Juguete del Viento instalado en 1992, tras su fallecimiento, en el otro extremo de la Playa de Las Canteras, en la Puntilla. Una escultura que, por cierto, permanece en proceso de restauración a la espera de girar de nuevo mirando hacia el Atlántico, la bahía capitalina y El Confital, el espacio natural antaño atestado de chabolas donde él soñó con un espacio emblemático que no llegó a cristalizar.

La corporación insular grancanaria acoge a César Manrique como Hijo Adoptivo, a título póstumo, “por su compromiso con el arte y con la naturaleza, y por su defensa del paisaje y de los valores en los que poder reconocernos en cada momento”, según se lee en la revista oficial de la que se hizo entrega a los invitados e invitadas al evento.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, apuntó en su discurso que “los pueblos necesitan símbolos, referentes que alumbren y señalen los caminos, y el acto y los reconocimientos que compartimos transmiten la identificación entre nuestro Cabildo y la comunidad a la que representa a través de organizaciones sociales y de hombres y mujeres elegidas para ser distinguidas por su aportación a la construcción de la historia de la isla que queremos”.


Ramírez saluda a Antonio Morales.

“Son muchas las claves para entender nuestra realidad insular, pero entre el centenario que finaliza de la Escuela Luján Pérez y el del artista César Manrique que comienza, debo resaltar la frase que orientó a nuestro lanzaroteño universal, y que tomó de otro grancanario, nuestro inmenso Néstor Martín-Fernández de la Torre, quien tuvo como lema hacer de la vida una obra de arte”, subrayó Morales.

El novelista Emilio González Déniz, galardonado con el Can de Plata de las Artes, manifestó que “una isla como la nuestra, que da nombre a este archipiélago de la Macaronesia Atlántica, debe tener conciencia de sí misma y de su lugar en el mundo, esa mirada que se engrandeció con Viera, Galdós, Rumeu, Manrique, Kraus y otras personas, mujeres y hombres, que fueron mortales pero se hicieron espejos en los que mirarse”.

“Es obligado dar las gracias al Cabildo de Gran Canaria, porque cada año, pasea en la cuádriga del César a personas y entidades para la sociedad se vea a sí misma. No se trata de premiar, sino de dar reconocimiento colectivo a algo que ya es sabido por todos”, añadió el escritor.

El Cabildo de Gran Canaria, en su justificación del honor otorgado a Manrique, concluye que “un artista no solo crea Si no hay algo más, una búsqueda, un compromiso, una reivindicación de las emociones o algo distinto a lo que vemos a diario, esa creación casi siempre desaparece con el tiempo, no está viva. La obra de César Manrique, de quien este año se cumple el centenario de su nacimiento, sí que ha quedado entre nosotros, tan viva como cuando fue creada, tan emocionante como cuando César la dio por terminada, tan comprometida con el paisaje que casi podríamos decir que éste, sobre todo el de Lanzarote, no se entendería sin las distintas actuaciones de Manrique”.

“En su obra”, prosigue la argumentación, “hubo siempre una unión del arte y de la cultura, de la búsqueda de la estética, sobre todo en las actuaciones paisajísticas, rastreando desde la propia esencia de lo que miraba, rebuscando más allá de cada piedra, de cada montaña o de cada malpaís que iba encontrando en sus búsquedas cotidianas. Para muchos, el legado de César Manrique también es el legado de un ecologismo que no rechaza las infraestructuras turísticas, ni el propio turismo que sostiene buena parte de nuestra economía. Pero esas actuaciones siempre eran defendidas por Manrique con la mirada de quien busca la belleza y de quien piensa en todo momento en quienes vendrán más adelante a desarrollar su vida en el lugar en el que hoy habitamos nosotros”.

Comentarios

Pero si César Manrique no hizo nada en Gran Canaria. Y menos vivió en la misma. ¡¡ Vaya ironía. Como se ve que estamos en precampaña ¡
muy bien por el heredero de cesar y su representacion
Muy merecido
Una inspiración su obra

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