SOCIEDAD

Fran Pérez: “En Lanzarote falta planificación social”

“Hay que invertir en las personas”, de forma especial en los jóvenes, defiende Pérez, quien subraya que el modelo económico está generando “precariedad social”

Foto: Felipe de la Cruz.
M. Riveiro 0 COMENTARIOS 25/03/2018 - 08:37

Cada año, las instituciones suelen tener claros sus listados de inversiones en obra pública. No sucede lo mismo con la inversión necesaria para mejorar el tejido social y robustecerlo. “En Lanzarote falta planificación social”. Así lo destaca Fran Pérez, antropólogo e impulsor de Tágora, que nació como un proyecto de autoempleo de un grupo de profesionales vinculados a la investigación e intervención social y acaba de cumplir ya nueve años. “Hay que invertir en las personas”, de forma especial en los jóvenes, defiende Pérez, quien subraya que en Lanzarote “hay una falta de expectativas” y se carece de un “ecosistema para la emprendeduría”. Se necesita dedicar esfuerzo para transformar esa realidad, explica.

Pérez considera que “hay que actualizar los conceptos sobre la pobreza”, que no se reduzcan a parámetros económicos, y entren en juego otros factores sociales. En Lanzarote, señala, “la gran mayoría de trabajadores se ve obligada a dejar hasta las cinco de la tarde a sus niños, que tienen acogida temprana, comedor, recogida tardía...”. La franja de edad que va de los 12 a los 18 años es clave, recalca. “Hay un montón de pibes que se están criando solos porque sus padres tienen empleos precarios” y, detrás de esa realidad económica, se encuentra la “precariedad social”, explica. Para hacerle frente, considera que el barrio, el entorno más cercano, tiene que disponer de instrumentos, a modo de “colchones”, que amortigüen esa realidad.

Los colegios e institutos, señala, “tienen que reconvertirse en centros de atención social”, con profesionales que hagan de “puente” entre profesores, alumnos y familias

Fran Pérez pone el acento en dos equipamientos habituales cuyo funcionamiento habría que revolucionar: los centros educativos y los ‘teleclubs’. Los colegios e institutos, señala, “tienen que reconvertirse en centros de atención social”, con profesionales que hagan de “puente” entre profesores, alumnos y familias. “Hay que integrar el conflicto, evitar la exclusión y la marginación, no expulsar” del sistema “al incómodo”, porque “esa persona luego se termina convirtiendo en un problema social”, explica.

Sobre los ‘teleclubs’, reflexiona Pérez, se deberían articular “unidades de atención social” con profesionales que se desplacen a los barrios, efectúen un análisis de las necesidades y se puedan desarrollar programas útiles por las tardes. “Uno de los principales problemas de Lanzarote es la fragmentación social. Eso es lo que desea quien no quiere que haya intereses y objetivos colectivos como sociedad”, recalca. En cambio, apunta, cuando “la toma de decisiones es compartida” se genera una “construcción colectiva del conocimiento” y se fortalece la sociedad.

Tágora, a pie de calle

Después de nueve años “con la oreja puesta en la calle”, Tágora sigue prestando servicios de consultoría para la intervención social y también ha evolucionado, ampliando el abanico de actividades para dar respuesta a las necesidades que han percibido: desde servicios educativos a actividades formativas y extraescolares o centro de estudios.

Tienen experiencia en el desarrollo de proyectos sociales, educativos y de participación ciudadana en Lanzarote, Fuerteventura o Tenerife. Uno de esos proyectos es el de ‘Colegios de la Biosfera’, una experiencia con 14 centros educativos de la Isla con el que tejer redes de participación y tanto las instituciones como la comunidad escolar empiece a “tomar decisiones”. De ese intercambio surgen ideas valiosas, subraya Pérez.