La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzga el miércoles de la próxima semana a I.L.L., acusado de haber violado a una mujer en Costa Teguise, aprovechando que estaba bajo los efectos del alcohol, para luego robarle con violencia.

Según el escrito de acusación de Fiscalía, el acusado, natural de Guinea Conakry, se encontraba en la madrugada del 24 de julio de 2019 en Costa Teguise, en las inmediaciones del Pub Jesters, en la Avenida de Islas Canarias de la localidad turísticas.

“En compañía de otros tres individuos no identificados, con ánimo de mantener relaciones sexuales y satisfacer así su ánimo libidinoso”, abordó a una mujer, que se encontraba bajo la influencia de bebidas alcohólicas, con merma de sus facultades.

Así, el Ministerio Fiscal señala que se aprovechó de la situación de la víctima para llevarla hasta una playa cercana, obligando a la mujer a mantener relaciones sexuales. Primero, “la cogió fuertemente de la cabeza, acercándola hasta su pene y manteniendo sexo oral”.

La mujer se resistió y el agresor “la tumbó con la cabeza en la arena de la playa, le retiró la ropa interior que vestía y la penetró vaginalmente durante un tiempo no determinado, levantándola a continuación y golpeándole la cabeza contra un muro”.

La Fiscalía señala que, inmediatamente después, le robó un teléfono Iphone, así como una mochila, una chaqueta vaquera, un monedero y dos pares de gafas de sol.

La víctima, que tenía un nivel de alcoholemia por encima de 1,88 gramos por litro de sangre y unos síntomas “compatibles con la tercera fase del estado de embriaguez, donde predominan los síntomas narcóticos”, sufrió diversas lesiones y daños morales.

La venta del teléfono

Más de dos años después de la violación y el robo, el teléfono que había sido sustraído se intentó vender, por parte de I.L.L., en un establecimiento comercial dedicado a la compra de artículos de segunda mano en la calle Fajardo de Arrecife.

La Fiscalía ha pedido de forma expresa que, en caso de que recaiga condena en el acusado, no se sustituya la pena por la expulsión del territorio nacional

En ese momento se comprobó que era el mismo teléfono que había sido robado a la víctima. El acusado intentó vender el aparato por apenas 40 euros.

La Fiscalía solicita una condena de 15 años de prisión por un delito de agresión sexual, así como 10 años de libertad vigilada.

Por el delito de robo con violencia o intimidación, el Ministerio Fiscal pide una pena de cinco años de cárcel.

Expulsión al final

La Fiscalía ha pedido de forma expresa que, en caso de que recaiga condena en el acusado, no se sustituya la pena por la expulsión del territorio nacional, hasta que el mismo acceda al tercer grado o le sea concedida la libertad condicional.

También pide que se la prohíba el regreso a España durante un plazo de 10 años y, como responsabilidad civil, una indemnización de 50.000 euros a la víctima por los daños morales.