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Famara: De 25.000 camas a 740

El trabajo de la geógrafa Famara Guadalupe pone en valor el PIO de 1991 y la decisión de aplicar un modelo de contención. Estudia el caso de la costa de Famara, donde se eliminaron hasta 10 proyectos de urbanización sin pagar indemnizaciones

Infografía de los proyectos urbanísticos de carácter turístico en Famara.
Saúl García 15 COMENTARIOS 24/03/2019 - 08:42

“La zona de Famara es un ejemplo de buena práctica, pues permite constatar cómo la incorporación de criterios de sostenibilidad, el esfuerzo en materia legislativa, el control y coordinación de las distintas administraciones implicadas y, en suma, la buena gobernanza permiten priorizar la conservación de los recursos naturales y culturales frente al proceso urbanizador que provocaba el modelo de desarrollo turístico establecido entre 1960 y 1987”. Así describe Famara Guadalupe el desarrollo de la costa de Famara, el que fue y el que pudo haber sido. “Siempre hay un discurso muy derrotista pero pudo haber sido mucho peor”, dice.

Su trabajo Planificación territorial y modelo de desarrollo turístico: Famara (Lanzarote), un viaje al pasado… o al futuro elaborado para un Congreso internacional de ordenación del territorio, junto a Emma Pérez-Chacón y Faustino García Márquez revela lo que pudo ser, porque en Famara se aprobaron planes urbanísticos que si se hubieran desarrollado en su totalidad sumarían más camas turísticas de las que tienen Yaiza o Teguise y solo 3.000 menos de las que tiene el municipio de Tías.

Famara es geógrafa y Máster en Patrimonio Histórico, Cultural y Natural. Presentó su trabajo el pasado mes de enero en La Caleta, dentro del Aula abierta de los colegios de la Biosfera. “La mayoría de los vecinos no sabía que existieron esos planes”, señala. Y tampoco que no desaparecieron por arte de magia o por un ciclo del mercado, sino por la aparición de la ley de planes insulares, por el consenso político, por el empuje social… y por el PIO de 1991. “Se alinearon los astros”, señala.

El PIO de 1991 convirtió las casi 25.000 camas previstas en 740 sin tener que acudir a indemnizaciones. El objetivo general del trabajo es el de proponer “una reflexión sobre el papel que ha jugado la planificación territorial, o su ausencia, en la producción de algunos espacios turísticos de Lanzarote”.

De esta forma se contrastan dos modelos de ordenación, uno basado en la suma de planes parciales aislados, con una orientación claramente desarrollista, y otro que, sustentado en criterios de sostenibilidad, considera la isla de manera integrada. En el trabajo analiza el papel de diferentes planes de ordenación en la evolución del espacio turístico de esa zona entre 1960 y 1991.

Hasta 1970, Lanzarote carecía de planeamiento municipal o supramunicipal y la implantación del turismo se había producido “mediante planes oportunistas, extraños al sistema creado por la Ley del Suelo de 1956: los planes especiales de ordenación turística creados por el Ministerio de Información y Turismo, o los proyectos de urbanización sin plan previo”.

En la costa de Famara llegó a haber once proyectos de urbanización turística, de los que dos corresponden a la década de los sesenta, ocho a los setenta y uno a los ochenta. Los primeros que se tramitan son Island Home (Los Noruegos), que es el único que finalmente se desarrolló, y Playa del Perejil, que fue suspendido por la Comisión Provincial de Urbanismo por incumplir las Normas Complementarias y Subsidiarias del Planeamiento.


Plano de El Perejil en 1971.

A partir de 1970 comienzan a aprobarse proyectos de grandes complejos mediante la figura de los planes especiales de ordenación turística. En apenas seis años se preveía pasar de urbanizar 36 hectáreas ocupadas a ocupar casi 300 en la base del Risco.

Esos proyectos estaban en un terreno que hoy está catalogado como suelo rústico de protección natural. En 1970 se habían aprobado las Normas Subsidiarias y en 1973 el Plan Insular, aunque solo parcialmente y transformado en unas Normas Subsidiarias de ámbito provincial, pero los inicios de la protección y la ordenación territorial fueron posteriores.

“En la década de los ochenta, el proceso de transformación del espacio insular seguía siendo de carácter expansivo y las previsiones indicaban que se intensificaría la tendencia. Se seguían aprobando planes urbanísticos sin contar con una previa planificación de conjunto, y sin incorporar criterios de sostenibilidad”, señala Famara Guadalupe.

Sin embargo, en 1987, la mera formulación del PIO “paralizó los planes parciales que no contaban con aprobación definitiva y los que se encontraban en situación administrativa irregular”. “Esto supuso un cambio sustancial en la dinámica del crecimiento turístico de la Isla y el inicio de una nueva etapa, en la que se reconocía institucionalmente la necesidad de ordenar el crecimiento urbanístico mediante medidas de ámbito insular, y de reclamar el cumplimiento de las etapas programadas por los planes urbanísticos”.

El equipo redactor de Fernando Prats planteó un informe jurídico que permitió desclasificar sin indemnizaciones gran parte de ese suelo. Ese informe contiene un apartado por cada una de las iniciativas urbanizadoras, como los planes de Tilama, Vegavista, Dehesa de Famara (primera y segunda fase), Marina de Famara, Playa de Famara y Playa del Perejil.

Como nunca se ejecutaron se consideraron deslegitimados y reclasificados como suelo rústico. Otros estaban dentro de los límites del Parque Natural de los Islotes y el Risco de Famara y también se eliminaron, mientas que Island Home se había desarrollado, así que se respetó lo ejecutado pero limitando los distintos usos y actividades. Por lo que respecta al plan parcial Cortijo de Bajamar, el Plan sostenía que no había sido objeto de aprobación definitiva, por lo que no contemplaba tampoco derechos indemnizatorios.

“Lo sucedido en Famara es una muestra de la fuerte presión que el desarrollo turístico ha generado en las costas insulares. La evolución posterior de la costa de Famara habría sido muy diferente de no haber sido por el importante papel que jugaron los procesos políticos y la creciente conciencia ciudadana de los actores locales, y su reflejo en la planificación territorial en la década de los 80 del siglo pasado”, indica el trabajo.


Planos de los complejos Dehesa de Famara I y II.

“Tal vez valdría la pena revisar las políticas expansionistas, el marco legal en construcción y el sistema y el modo de planeamiento que viene”

Las diferencias son demoledoras. Se pasó de unas posibles 25.000 camas a 740. En consumo de agua se preveían 300 litros por habitante y día, un 800 por ciento más de lo que se consumía entonces en Arrecife. En cuanto al suelo, se hubieran perdido 7,6 millones de metros cuadrados de alto valor ecológico y paisajístico a escasos cien metros de la costa.

También se habría alterado el sistema de playa-duna, tanto por el efecto barrera de las edificaciones, que hubieran bloqueado la entrada de sedimentos desde el mar, como por la previsible extracción de jable destinado a la construcción. Hubiera supuesto la desaparición paulatina del jable y la ocupación del 30 por ciento del litoral de Famara, entre otros efectos.

Entre las conclusiones que recoge el trabajo, presentado en un momento muy distinto a 1991 con la nueva Ley del Suelo en vigor, están “que la ejecución de los planes turísticos habría supuesto la artificialización, directa o indirecta, de una gran parte de la costa de la Bahía de Penedo, en Famara”.

Además, “las consecuencias ambientales habrían sido muy altas, especialmente en lo relativo al consumo de recursos externos a la Isla y al consumo de suelo”. El modelo que se impuso, frente al desarrollista, “al incorporar criterios de sostenibilidad, considerando la Isla en su conjunto, hizo posible la conservación de uno de los paisajes más emblemáticos de Lanzarote”.

“La transformación que ha experimentado el litoral de Famara, durante las últimas décadas, pone de manifiesto que los resultados en el territorio de los planes de ordenación están subordinados a los objetivos y criterios con los que éstos se elaboren. Y que ello, a su vez, depende de la autoridad que formula las políticas públicas sobre el territorio y dirige y controla las instituciones, y de la sociedad que lo respalda o lo permite”, señala.


Presentación del trabajo en la Caleta de Famara.

Este trabajo también pone de manifiesto que las políticas y los planeamientos territoriales expansivos “pueden comprometer ingentes recursos económicos públicos, si posteriormente resultara necesario contener el crecimiento e indemnizar por las inversiones realizadas o las expectativas creadas”.

“En el caso del Plan Insular de Lanzarote de 1991, la inacción de los promotores, la justeza del marco legal vigente y el depurado estudio jurídico realizado, permitió reconducir la situación sin cargas para el erario público”, explica. “Tal vez valdría la pena, justamente ahora que estamos a tiempo, revisar las políticas expansionistas, el marco legal en construcción y el sistema y el modo de planeamiento que viene. Para que no haya que estudiar Famara de nuevo, en el futuro”, concluye.

Comentarios

Gracias, necesitamos gente con formación y conocimiento que ponga en valor los grandes hitos de esta isla. Tanta mediocridad política y social nos ahoga en la nada. Gracias por tu aportación Famara.
¡No tenía ni idea!, Gracias a la autora por su trabajo. Parece que en otros tiempos tenían más cabeza los que nos gobiernan. Desentenderse de la política es dar rienda suelta a los caníbales del suelo. Lanzarote es lo que es gracias a que no se ha convertido en un parque de atracciones infestado de edificios. Vayan al sur de Tenerife por ejemplo, que horror es ver todo aquello masificado. El día que lo repliquen en Lanzarote, se acabó la gallina de los huevos de oro.
Qué bien habla esta chica.
Muy buena información. Me gustaría saber si hay posibilidad de acceder a la exposición o si hay un artículo o libro en donde se desarrolle los avatares que tuvo que pasar Famara.
Esta claro que con unas políticas adecuadas si se puede construir un proyecto de futuro para Lanzarote sostenible y respetuosa con el medio!! Esta claro que CC está en las antípodas de este tipo de políticas y del tipo de políticos que se necesitan para llevarlas a cabo.
No son comparables los terrenos de Famara y Yaiza por ejemplo . Parten de una base errónea. Y por cierto , aún valorando el trabajo , la población crece y hay que ubicarla lo mismo que el turismo de lo que vive ( y se olvida ) la isla.
Al 6. La población tiene que crecer, no a costa de destruir el territorio. Lo que tiene que plantearse ya de una vez por todas es una ley de residencia que limite la entrada de personas a la isla, y no de puertas abiertas como ahora.
Ya estaba todo preparado, los viales, algunas aceras.. Siento asco cuando lo veo, al igual que la unica urbanización que se construyó en el risco de Famara. Desgraciados.
La realidad de esos proyectos aunque crean que no hubo impacto , e incluso se planteó la idea del aeropuerto en las laderas y la peña del burro ,fue la venta de las parcelas que se realizaron a muchos canarios por lo que hubo un beneficio económico muy alto a sus nuevos propietarios y una gran ayuda al suspender los proyectos en base al cuidado y respeto de nuestra tierra ,pero si que hay muchos isleños con el papel de compra venta de estos parajes y hay más pero para otro dia
No pagaron indemnizaciones pero vendieron parcelas a los canarios ,sin indemnizar ,esperamos que esto no sea una vía para convencer al pueblo que es opcional e incluso positivo la ampliación del pueblo frente a la playa del Perejil como intentaron en el PRUG suspendido y que la asociación y 3500 personas estamos pendientes para que no se lleve tal destrucción del paraje único en canarias y en España Charge .org Cámara en peligro
No pagaron indemnizaciones pero vendieron parcelas a los canarios ,sin indemnizar ,esperamos que esto no sea una vía para convencer al pueblo que es opcional e incluso positivo la ampliación del pueblo frente a la playa del Perejil como intentaron en el PRUG suspendido y que la asociación y 3500 personas estamos pendientes para que no se lleve tal destrucción del paraje único en canarias y en España Charge .org Cámara en peligro
Lanzarote, sus políticos, sus ciudadanos, sus técnicos, supieron, en gran medida, preservar el paisaje de la isla. La pena es que la isla hermana, Fuerteventura, no tuviera el mismo enfoque, que su gente no tuviera la misma visión, que sus políticos fueran tan cortos de mira y no vieran el mal ejemplo de Gran Canaria. El que conociera Morro Jable en los años 80 o el magnífico el Cotillo de esa época, y lo conoce ahora, sabe de lo que hablo.
¿Solo 25.00 camas Famara Guadalupe? A mi me salían 55.000 camas (páginas 7-6): https://issuu.com/masscultura/docs/masscultura-018_48bd31cce4688f
Ese plan incluía la urbanización de La Graciosa. Ocupaba los llanos de Famara y hasta Caleta Caballo. Era una locura!! Esta isla se vendió al urbanismo puro y duro! Algo que ahora vemos en Yaiza. No todo tiene que ser para el turismo, hay que defender lo nuestro antes de que nos echen de nuestra isla. De que acaben con nuestra cultura, de la que ya queda poco
Si la población crece se quedan los de aquí , no porque crezca vamos a construir todo , esto no es Japón. Si Cesar Manrique estuviese vivo se ríe del Urbanismo usurero que existe hoy en día.

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