Expansión de Lidl, ALDI y otros supermercados en Lanzarote: cómo cambia la cesta de la compra

0 COMENTARIOS 09/12/2025 - 19:12

En Lanzarote, ir al supermercado es mucho más que una tarea rutinaria: es uno de los momentos en los que se nota con más claridad cuánto se ha encarecido la vida en la isla. La llamada doble insularidad hace que la cesta de la compra sea más cara que en Gran Canaria o Tenerife, mientras que los sueldos medios son más bajos, según los datos del propio Istac recogidos por Diario de Lanzarote.

En ese contexto, la llegada y expansión de grandes cadenas como Lidl, ALDI, Mercadona o Hiperdino está transformando el mapa comercial de la isla… y también la manera en la que los lanzaroteños llenan la nevera.


Más supermercados, más competencia

En los últimos años, la isla ha vivido un goteo constante de aperturas y anuncios de nuevas superficies:

  • Lidl ha reforzado de forma clara su presencia. En febrero de 2024 se inauguró su cuarto establecimiento en Lanzarote, en Argana (Arrecife), con más de 1.440 metros cuadrados de sala de ventas y una inversión de 4,7 millones de euros, como recogió el reportaje «Lidl abre su cuarta tienda en Lanzarote, tras una inversión de 4,7 millones de euros».
  • ALDI ha pasado en muy poco tiempo de no estar presente en la isla a contar con varios puntos de venta. Primero llegó a Playa Honda, en San Bartolomé, con una tienda de más de 1.200 metros cuadrados y 27 trabajadores.
  • En enero de 2025, la cadena dio un nuevo paso con la apertura de su establecimiento en Yaiza-Playa Blanca, su tercera tienda en la isla, con más de 1.200 m² y 19 empleados, reforzando su apuesta por Canarias y por el producto local.

A esto se suma el papel histórico de cadenas como Hiperdino o SPAR, y la presencia de Mercadona, que hace años rompió el monopolio de algunos operadores en la isla, introduciendo su marca propia y una política de precios ajustados.

El resultado es un escenario que, visto desde fuera, podría resumirse en una frase: por fin hay competencia real en casi todos los municipios.


Una isla cara para vivir… pero con más alternativas

Pese al aumento de la oferta, la realidad sigue siendo tozuda: vivir en Lanzarote es objetivamente más caro que hacerlo en otras islas del Archipiélago.

El estudio citado por Diario de Lanzarote sobre la doble insularidad señalaba que, por cada 95 euros que gasta una familia de Gran Canaria en su compra semanal, una familia con hábitos similares en Lanzarote tiene que desembolsar más de 101 euros.

Esa diferencia se explica por varios factores:

  • Costes de transporte de mercancías.
     
  • Dependencia de proveedores de fuera de la isla.
     
  • Menor tejido productivo local.
     

La entrada de operadores como Lidl y ALDI no elimina esos sobrecostes, pero sí introduce más presión competitiva:

  • obligan a ajustar precios en categorías básicas,
     
  • generalizan la marca blanca como alternativa de calidad a menor precio,
     
  • y multiplican las promociones semanales y quincenales para atraer clientes.

Cómo cambia la forma de hacer la compra

La expansión de las grandes cadenas no solo redibuja el mapa comercial; también influye en los hábitos de los consumidores.

De “ir al súper de siempre” a comparar opciones

Hace una década, muchas familias estaban prácticamente “atadas” a uno o dos supermercados. Hoy, con más tiendas repartidas por la isla, es cada vez más habitual:

  • combinar la compra grande en un discounter con compras puntuales en otros establecimientos,
     
  • desplazarse a otra localidad si la diferencia de precio compensa el viaje,
     
  • mirar las ofertas de varios supermercados antes de decidir dónde llenar el carro.
     

La percepción de que en determinadas cadenas la cesta de la compra puede ser varios euros más barata por semana ha calado hondo en la población, que mira con lupa los folletos y las promociones.

El peso del producto local

Otra de las patas de esta transformación es el producto local. Lidl y ALDI, por ejemplo, destacan en sus campañas su colaboración con proveedores canarios y la presencia de referencias de la isla (quesos, vinos, batatas, frutas o snacks elaborados en Lanzarote o en el resto del Archipiélago).

Eso introduce un elemento interesante: el consumidor puede, en algunos casos, ahorrar y a la vez apoyar la producción local, algo especialmente sensible en un territorio que vive del turismo pero lucha por mantener su identidad agrícola y ganadera.


El papel de los folletos y las herramientas digitales

Con tantas cadenas compitiendo por el mismo cliente, la batalla se libra también en el terreno de la información.

Los folletos que antes llegaban al buzón se han trasladado a la pantalla del móvil: ofertas de semana, rebajas en productos frescos, promociones 2x1, descuentos en droguería…

Cada vez más lanzaroteños consultan estas promociones antes de hacer la compra, y aquí entran en juego portales especializados como Ofertero.

En webs de este tipo, el usuario puede:

  • ver de un vistazo los folletos vigentes de grandes cadenas que operan en Canarias,
     
  • comparar ofertas por categoría (alimentación, bazar, droguería…),
     
  • y decidir en qué supermercado le compensa hacer la compra grande esa semana.
     

En una isla donde el coste de llenar la cesta está por encima de la media regional, contar con una herramienta que centraliza las ofertas se convierte en un aliado más del bolsillo.


Oportunidad para el consumidor, reto para el comercio local

La otra cara de la moneda es la preocupación de parte del comercio de proximidad. La expansión de grandes superficies en zonas como Argana, Playa Honda o Playa Blanca reabre el debate sobre:

  • el impacto en las pequeñas tiendas de barrio,
     
  • la movilidad y el tráfico en torno a los nuevos polos comerciales,
     
  • y el riesgo de que ciertos núcleos se queden sin comercio de cercanía.
     

Las autoridades locales se mueven en un equilibrio delicado: por un lado, celebran la llegada de inversión y empleo; por otro, tienen que gestionar la convivencia entre grandes cadenas y pequeño comercio, así como el urbanismo asociado a estas aperturas.


¿Hacia una cesta de la compra más asequible?

Es pronto para medir con precisión qué efecto tendrá a medio plazo esta ola de aperturas en el bolsillo de los lanzaroteños. Lo que sí parece claro es que:

  • hay más competencia que hace diez años,
     
  • el consumidor dispone de más información para decidir dónde compra,
     
  • y herramientas digitales como Ofertero facilitan aprovechar las promociones de forma ordenada, sin vivir persiguiendo cada oferta.

En una isla marcada por la doble insularidad y por una cesta de la compra históricamente cara, la expansión de Lidl, ALDI y otros supermercados abre una ventana de oportunidad: que, poco a poco, llenar el carro deje de ser un lujo y vuelva a ser lo que debería ser siempre… un gesto cotidiano, y no un motivo de angustia a final de mes.