En 2021 no hay ninguna obra en Lanzarote del millonario convenio de carreteras entre Canarias y el Estado, pese a los casi 26 millones que se incluyeron en el presupuesto de la comunidad autónoma, que los propios responsables públicos de la Isla son conscientes de que se esfumarán.

Lo que sí es previsible es que a finales de año se pongan sobre la mesa los tres proyectos –el tramo norte a partir de Guatiza, la entrada a Arrecife desde el sur y la circunvalación de Puerto del Carmen- cuya elaboración ha contratado el Gobierno de Canarias. De los diseños que se elijan dependerá que partes importantes de Lanzarote sigan manteniendo su identidad.

Ese es el gran reto al que se enfrenta la obra pública en la Isla, de forma especial en tiempos de pandemia, cuando el estímulo de la inversión se configura como uno de los elementos de la receta para afrontar la crisis económica, con el paro marcando récord histórico: en la frontera de los 20.000 desempleados y un incremento superior al 55 por ciento, más del doble que la media regional.

“El problema de Lanzarote es que desde 2010 no se ha licitado ningún proyecto, y lo primero que debemos tener son esos proyectos, siendo conscientes de que en algunos casos conllevan una tramitación ambiental compleja que es también necesario agilizar”, señala Gustavo Santana, viceconsejero de Infraestructuras y Transportes del Gobierno de Canarias.

En efecto, los trámites administrativos son largos: entre el anuncio de licitación para diseñar un paquete de ocho carreteras en el Archipiélago, incluidas dos en Lanzarote, y la adjudicación, pasó un año y se consumió todo el ejercicio 2020.

Otra cuestión es si existe el suficiente debate sobre qué hacer con cada proyecto: ni en los plenos de los ayuntamientos ni en el del Cabildo se suelen abordar los detalles de cada inversión. Y un foro de participación, como el Consejo de la Reserva de la Biosfera, todavía no se ha convocado en los casi dos años que van de mandato, aunque recientemente se han renovado sus miembros.

Estos son los proyectos que se están ya gestando y sus principales riesgos:

NORTE. En estos momentos se está cocinando el “acondicionamiento” de la carretera LZ-1, entre Guatiza y Órzola, un proyecto cuya elaboración se adjudicó por 244.000 euros. Según el Gobierno, se trata de un tramo que presenta “deficiencias importantes” en seguridad vial, con “intersecciones” y trazados “peligrosos”, así como “carencias” en los “sistemas de contención de vehículos y motoristas”. La evacuación de las aguas “no se realiza de forma correcta” y se aprecian “irregularidades en la superficie del firme existente”.

Entre lo que el Gobierno identifica dentro de la categoría de “principales problemas” de la carretera del norte se encuentra buscar “una nueva ubicación” para el “monumento realizado por César Manrique”. El Cangrejo de César, emplazado en una isleta, es uno de los elementos característicos de la red viaria en el norte de la Isla y anuncia la proximidad de los Jameos del Agua, a unos 700 metros de distancia. En las bases de la contratación no se aportan estadísticas ni datos de accidentes que justifiquen que sea peligrosa su actual ubicación.

En el listado de “soluciones” que debe abordar el proyecto, según el Gobierno, también se encuentra la intersección de los Jameos. Hace prácticamente una década, la Consejería de Obras Públicas del Cabildo, entonces en manos de Sergio Machín (CC), planteó una rotonda de 50 metros de diámetro. En aquel momento, el PSOE cuestionó la “presunta inseguridad y desorden del tráfico en ese tramo” que se argumentaba para ejecutar la rotonda y, cuando unos meses después, Machín desistió de la idea, los socialistas aplaudieron su “sabiduría”.

Otra de las necesidades en la LZ-1, entre Guatiza y Órzola, insiste ahora el Gobierno, es la “creación de un carril bici que discurra paralelo a la actual carretera, para la celebración del Ironman Lanzarote”, una prueba deportiva privada que se celebra un día al año. Al final de Punta Mujeres comienza el Monumento Natural de La Corona, que se superpone con el Sitio de Interés Científico de Jameos. Unos ocho kilómetros de la LZ-1 atraviesan espacio natural protegido, hasta casi llegar a Órzola, en una zona valorada por su malpaís.

ARRECIFE. La entrada a Arrecife desde el sur es uno de los puntos calientes del tráfico en la Isla. El Gobierno ha contratado por 222.000 euros el enlace entre la LZ-2, desde Playa Honda, con la LZ-3, la Circunvalación de la capital.

Uno de los riesgos en la entrada a Arrecife es fragmentar las urbanizaciones

El estudio técnico que se llevó el contrato se ha fijado en un hipotético “año horizonte”, 2042, teniendo en cuenta que “el crecimiento de los últimos nueve años”, entre residentes y turistas, antes de la pandemia, ascendió al 11,2 por ciento.

Uno de los principales desafíos es no solo canalizar el tráfico en una de las zonas con más intensidad de vehículos de la Isla, sino también prever las conexiones con tres grandes bolsas de suelo localizadas en el entorno para la expansión de la ciudad. Se trata de los sectores de suelo urbanizable de la playa de El Cable (208.451 metros cuadrados), La Bufona inferior (210.507 metros) y Capellanía (152.610 metros).

En la adjudicación, el Gobierno valoró que el estudio ganador se refiriese a la “problemática a resolver” de “las entradas y salidas adicionales que dan acceso a la urbanización El Cable”, pero el crecimiento natural de Arrecife va más allá y se dirige hacia el sur. Con una intervención dura, tipo scalextric, como la que se llevó a cabo en el otro extremo de la Circunvalación, en la zona de Los Mármoles, las futuras urbanizaciones quedarían aisladas.

Un ejemplo de la falta de permeabilidad para peatones y ciclistas se aprecia con claridad a pocos metros, en la Circunvalación, que supone una barrera entre los barrios de un lado (San Francisco Javier y Titerroy) y los del otro (Argana y Maneje).

¿Son posibles soterramientos parciales en Lanzarote, como se pide en Playa Honda? “En el caso de vías de alta capacidad, lo que se puede hacer es un estudio de alternativas, del que saldrá la mejor opción técnica, pero ninguna que mejore el tráfico debe ser descartada”, señala Santana.