SOCIEDAD

El Perola, el rey del ventorrillo

“Ahora no me vería por fuera del ventorrillo, al otro lado de la barra”, dice. Pese a no parar en toda la noche, “dentro se vacila mucho”

María José Rubio 0 COMENTARIOS 10/09/2022 - 08:51

A Orlando Duque nadie lo conoce por su nombre sino por su apodo: El Perola. De pequeño era bajito y gordito como un caldero, le empezaron a llamar así y así se quedó. Eran otros tiempos. Su particular don de gentes y su fidelidad a la Caleta de Famara le han convertido en uno de los rostros más reconocibles del pueblo. Su ventorrillo, que ha ido evolucionando a lo largo de los años, es una parada obligatoria en las fiestas. Acaban de terminar las de este año y ya hay quien está pensando en las próximas para que regrese.

El ventorrillo Ca’Perola lleva su sello, pero la afición le viene de herencia familiar. Su padre ya montaba ventorrillos en Famara. “Fue uno de los pioneros”, cuenta. De pibe, con 14 años, ya empezó a participar en las fiestas y allá por 2017 lo jubiló.

Uno de los signos distintivos del ventorrillo de El Perola son sus vasos, que tienen su cara impresa y se pueden reutilizar. En el merchandising es insuperable: en el ventorrillo también se podían encontrar camisetas con su imagen, su nueva aportación en el regreso de las fiestas de la Caleta de Famara tras dos veranos de pandemia, y la popularidad en redes sociales ha amplificado su marca de forma notable.

Con el regreso de las fiestas, los patrocinadores también han llegado a los ventorrillos. El Grupo Chacón le ha ayudado a estampar su cara en camisetas. “Yo fui a ellos y ellos vinieron a mí”, dice El Perola. En la cartelería también ha ido innovando.

-¿Es cierto que la gente viene a la Caleta de Famara buscándote?

-Me llaman, pero a veces no puedo atender a todo el mundo-, comenta.

Preparar un ventorrillo no es coser y cantar. “Desde marzo o abril estoy ya moviéndome”, explica El Perola. “Después de dos años de pandemia, es un poco diferente… uno ha perdido un poco la práctica”, ironiza. “Algunas casas de bebidas me echaban de menos”, dice entre risas.

Si la bebida que más se sirve es el ron blanco, sin ningún lugar a dudas el plato más conocido de Ca’Perola es la famosa carne de cochino que hace su padre. “Con una receta secreta que no voy a desvelar”, advierte. En forma de tapa o de bocadillo, a medianoche ya era difícil conseguir una ración.

Entre todos los ventorrillos, el de El Perola sobresale. No hay quien no lo distinga. “Las redes sociales han sido un impulso”, destaca Vicente Rivera, amigo de El Perola y estrecho colaborador en el ventorrillo.

Su equipo suele ser siempre el mismo, pero si alguien quisiera trabajar en próximas ediciones, “tiene que dejar el currículum y pasar unas pruebas”, dice riéndose.

“Algunas casas de bebidas me echaban de menos”, dice entre risas

Uno de los habituales es el humorista Kike Pérez, quien hizo sus primeros pinitos en las fiestas de la Caleta de Famara. En la verbena del agua el público estaba expectante a que se subiese al escenario para cantar, a ritmo de King África, aquello de: “Yo me llamo Kike, soy amigo de El Perola, somos de Famara, pero no cogemos olas... ¡salta, salta, salta, salta sin parar!”.

El Perola también es el protagonista de uno de los monólogos más recordados del humorista, en el que parodia una situación aparentemente ficticia, pero muy real: el caso de un amigo de toda la vida al que no llamas nunca por el nombre.

¿Ha habido un deterioro en las fiestas de la Caleta? “Sí y no”. Mucha gente a veces ni llega a la verbena. “La verbena del agua tal vez sí ha cambiado”, tercia Vicente.

Lo que está claro es que Ca’Perola tiene cuerda para rato: “Ahora no me vería por fuera del ventorrillo, al otro lado de la barra”, dice. Pese a no parar en toda la noche, “dentro se vacila mucho”.

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