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El gofio nuestro de cada día

M.J. Tabar 4 COMENTARIOS 10/09/2013 - 07:51

Hay pocas cosas sagradas en la vida de la gente común. Pocas, pero importantes. Marcial Arráez Guadalupe no sacraliza el gofio, pero lo eleva a la cota de desayuno diario, que no es poco. “Es nutritivo, tradicional y no engorda. La harina de millo es la más sana de todas las que podemos encontrar hoy”.

Este será el vigésimo quinto año que vaya a la Feria Insular de Artesanía de Mancha Blanca, un evento que nació a la par que ‘Los del gofio’, un cuarteto de amasadores de gofio, integrado por Tomás Morales, Ángel Arráez, José Morales y él mismo, que pasean las posibilidades de este cereal básico por cónclaves de artesanos y tour operadores, por celebraciones canarias y turísticas.

Todo nació de la añoranza, el amor y una cierta indignación. Marcial Arráez se embarcó hace años en el negocio de la hostelería, siendo propietario y cocinero de La Perla del Atlántico (Órzola).  “Cuando ofrecías unas pellas de gofio a los clientes, poco más o menos cómo que se sentían insultados porque lo consideraban un alimento para pobres. Y no. Preferían gambas con champiñones”, cuenta.

Desde entonces, este lanzaroteño del Norte se ha empleado en usar gofio en la elaboración de platos tradicionales y no tanto. Desde el maridaje con queso tierno, hasta la base de pizza, las magdalenas, la lechefrita, el helado o las históricas pellas, pero mezcladas con aguacate o fresas. Hasta pasta fresca. Así, ha acumulado 33 recetas con gofio que están por ver editorial que las publique.

Lleva toda su vida desayunando leche con gofio y tiene por cierto que “no es ni de pobres, ni de ricos”, sino un alimento muy saludable, rico en minerales y sin grasa ni gluten. En Japón lo saben y usan uno tinerfeño en sustitución de la harina de kinako. Y así, contra la insensatez del boom turístico crustáceo, Marcial siguió sirviendo el plato de pejines, queso y gofio de toda la vida.

En las demostraciones, elaboran las pellas en la tradicional batea que usaban los marineros cuando estaban embarcados (y lo más cómodo era usar un cuarto de barrica de vino sin vino para apañar un mordisco de supervivencia). Pero tradicionalmente, en tierra firme, se usaba el zurrón hecho con piel de baifo.

Durante unos años utilizaron el ‘Molino de San Bartolomé’, gofio local elaborado en el municipio lanzaroteño. Pero al tiempo cambiaron a ‘Molino de Fuego, marca grancanaria, “porque tiene un tueste más adecuado”. Su primera demostración de amasado en Antigua (Fuerteventura) fue tal éxito que no han dejado de amasar y servir pellas desde entonces.

Receta: PELLAS DE LOS DOLORES

Se añade en un bol (o recipiente circular) 1 kilo de gofio de millo poco tostado, ¼ de queso tierno de cabra, ¼ de almendra de granillo (las puede machacar usted mismo, o sustituirlas por nueces), ¼ de pasa ‘sultana’ (la variedad más pequeña y con menos pipas), 100 gramos de coco rallado, 1 plátano maduro, 1 aguacate en el mismo estado  y ¼ de azúcar. Es el momento de mezclar y amasar sin fatiga hasta que todos los ingredientes se hayan ligado a la perfección. Cuando ‘tiente’  la masa y la vea lista, añada los ingredientes líquidos: 150 miligramos de miel de palma (o de Lanzarote), ¼ de aceite de oliva, un chupito de ron miel y otro de licor de plátano. Vuelta a amasar. Poco a poco, y para finalizar, añada leche al gusto muy despacio y siga mezclando hasta conseguir la textura que más le guste.

Comentarios

Ñoh, suena de escándalo. Copio la receta. Gracias
Gracias por este artículo, e muy intresante
muchas gracias
venga cartucho eres el mejor

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