El auge de los deportes emergentes en destinos insulares

0 COMENTARIOS 23/08/2025 - 13:30

No se sorprenderá nadie cuando afirmamos que en los lugares que se encuentran rodeados de mar, el deporte es algo más que una afición, se encuentra impregnado en la cultura popular y es para el turista de la salud, y que gusta de las actividades deportivas, una excusa perfecta para tomarlo como destino. Madeira, Azores, Cabo Verde y, por supuesto, Lanzarote llevan tiempo atrayendo a gente que no se conforma con sol y tumbona. En estos espectaculares rincones naturales lo que realmente seduce son los volcanes como telón de fondo, las olas que parecen no tener fin y las rutas imposibles que serpentean entre acantilados.

En los últimos años, estas islas han aprendido a vender su paisaje como un estadio, como un terreno de juego o un lugar para entrenar a cielo abierto. Carreras de trail running que atraviesan barrancos, pruebas de triatlón que combinan calor, viento y kilómetros interminables, o campeonatos de kitesurf en playas donde el viento nunca descansa. Y para quienes no pueden estar en primera fila, la emoción no se pierde. No son pocos los que gustan de vivir estas competiciones desde casa, para ellos también existen sitios de apuestas que siguen de cerca este tipo de actividades, y que han encontrado en estos eventos un nicho realmente interesante y divertido en el que apostar.

Islas que convierten el deporte en bandera

Madeira es un buen ejemplo gracias al Madeira Island Ultra Trail que hace tiempo trascendió a la simple carrera para convertirse en una cita anual que llena hoteles, bares y senderos. En las Azores, el triatlón y el surf se han colado en la agenda anual, aprovechando que allí el mar está limpio y los paisajes parecen sacados de una postal antigua.

Lanzarote lleva ventaja. Aquí, en nuestra isla, el Ironman se ha convertido en tradición, pero también se cuida lo de siempre, por ejemplo con la popular Regata Internacional San Ginés que une Lanzarote con Gran Canaria, y que sigue siendo un hito que mezcla competición y herencia náutica. En los muelles, todavía hay veteranos que cuentan cómo eran las primeras ediciones, mientras nuevas tripulaciones llegan con tecnología punta y ganas de dejar huella.

Cabo Verde, en cambio, ha hecho del viento su mejor aliado. El kitesurf y el windsurf atraen a profesionales, mientras que las escuelas locales invitan a cualquiera a probar. Un turista puede llegar por curiosidad y marcharse con un nuevo deporte en la mochila.

El éxito de estas islas se explica tanto por su belleza como por su logística, inversión y visión a largo plazo. Para los eventos hay calendarios cerrados con años de antelación, coordinación con aerolíneas y paquetes turísticos que incluyen desde la inscripción a la prueba hasta visitas culturales.

Para el visitante, la experiencia es doble, puesto que compite, o anima a competir, en un entorno único y, de paso, tiene la oportunidad de descubrir la gastronomía, historia y tradiciones del lugar. Para las economías locales, el beneficio es claro: hoteles llenos, taxis con más carreras y comercios que venden desde camisetas técnicas hasta recuerdos artesanales.

Lo cierto es que el deporte en las islas se ha convertido en algo más que actividad física. Es un hilo que une al vecino, al viajero y al espectador que sigue cada metro desde la pantalla y también desde el lugar de los hechos. Y, si todo sigue así, ese vínculo no hará más que crecer.