El auge de los ‘esports’ en Lanzarote
La Liga de Videojuegos Canaria nace en la Isla de la mano de la comunidad online Toshigame
La industria de los videojuegos en España, al igual que en el resto del mundo, se ha visto afectada por la pandemia. Sin embargo, 2021 se presentó ya como el año de recuperación de un sector que llegó a facturar casi 1.800 millones de euros en el conjunto del país, según la Asociación Española del Videojuego. Del montante total ingresado, 34 de ellos están directamente relacionados con los esports, una modalidad que ha sido impulsada en Lanzarote de la mano de Toshigame y Boncho producciones.
Para entender el origen de esta comunidad online de gamers que organiza torneos y que se encuentra dirigida por Josué Duarte y Samuel Rodríguez, hay que remontarse a los inicios de la pandemia. Con la llegada del Covid y la afluencia de iniciativas online, la gente comenzó a jugar desde casa y a olvidarse del ámbito presencial. Esta falta de contacto, producida por las evidentes restricciones, provocó que se dieran “pasitos para atrás”, ya que dio como resultado una menor sociabilización en los videojuegos.
“Vengo de una época en la que los gamers nos sentábamos unos al lado de otros a jugar. Le tocabas al vecino y jugabas con él a la Play. Era todo mucho más cercano, más personal. Era más sociable el videojuego y jugar”, recuerda Josué. Por este mismo motivo nace Toshigame, la ciudad del gamer -toshi en japonés significa ciudad y game significa juego en inglés-, un proyecto que “busca fomentar la presencialidad, el sentimiento de pertenencia a un club, donde conoces gente a la que le gusta lo mismo que a ti”, explica Duarte.
Según Josué, los esports competition nacen “como una necesidad”. En primer lugar, de que exista un sistema clasificatorio, pues no existía ningún organismo que certificase las victorias, que fueses el campeón de tu municipio o ascender de categoría. “Como no lo había, lo hicimos nosotros”, dice Josué.
Empezaron en Arrecife en 2020. No solo por crear un ecosistema y “dignificar la industria de los esports y videojuegos en Canarias”, sino también por las necesidades de socializar, “dentro de los límites que nos marcaban por estar en pandemia”. El director de Toshigame recuerda que tomaron “muchísimas medidas frente al Covid” pues, al final, tenían “una responsabilidad ante la enfermedad”.
En definitiva, los esports competition organizados por Josué y Samuel a través de la Liga de Videojuegos Canaria (LVC) buscan valorar a los jugadores de deportes electrónicos del Archipiélago, que siempre parece que son “los últimos de la lista” porque son “menos que en la Península”. Entendían que había que fomentarlos desde abajo: “Somos jugadores de la periferia, los grandes eventos de videojuegos en Canarias tienen lugar en Tenerife y, si acaso, en Gran Canaria. Existía la necesidad de traer los esports al ámbito más local posible”, explica.
Estos torneos, de carácter municipal, dan la oportunidad a los gamers de competir y convertirse en el mejor jugador del municipio y representar al mismo frente a otros para alcanzar el título insular y, quién sabe, más adelante, aspirar a campeón provincial y regional. “Esa es una oportunidad que vamos a dar porque antes no estaba y es algo que hemos padecido previamente como jugadores”, señala Josué.
La primera edición, la celebrada en Arrecife durante la pandemia, fue un “éxito tremendo”, asegura Duarte. Cientos de personas hicieron cola en la Casa de la Juventud de la capital de Lanzarote para participar. La gente se llevó sus propias consolas portátiles para jugar entre ellos allí mismo. “¿De verdad esto existía en aquí?”, reconoce haberse preguntado Samuel ante la gran cantidad de personas interesadas en los esports en la Isla.
El esports Arrecife se sigue celebrando en la actualidad y espera vivir una nueva edición el próximo mes de diciembre. “Lleva años haciéndose y hablamos de 200 o 300 personas que no solo se pasan por allí, sino que van a competir”, indicia un Josué que agrega que la diferencia es que no ponen “una consola para que los chavales se entretengan” sino que se les da “la oportunidad de luchar por un título”.
Desde entonces, son varios los municipios que se han adherido a la Liga de Videojuegos Canaria. Yaiza y Tinajo se han sumado al municipio capitalino para elegir al mejor jugador en juegos como FIFA, Clash Royale o League of Legends, entre otros. De hecho, como anécdota, Josué y Samuel recuerdan la primera edición celebrada en Tinajo, donde se llegaron a agotar las inscripciones presenciales para participar en la competición celebrada en el teleclub. Fue el primer esports competition celebrado sin pandemia, sin restricciones y tuvo “una gran acogida”, resalta Samuel. Fueron 60 participantes: “Una gozada de esports, ver a los chiquillos atentos en las charlas”, señala Rodríguez, que valora el evento como “una experiencia inolvidable”.
2021 se presentó como el año de recuperación de la industria de los videojuegos
Para Josué, ir a municipios más pequeños “es una sorpresa”, pues te encuentras “chavales de allí que juegan muy bien” y se llega a dar casos en los que jugadores muy jóvenes se enfrentan y ganan incluso a gamers mayores. “Al final, te das cuenta de que hay talento y que hay que dar oportunidades”, añade.
Además de llevar unas cuantas ediciones a sus espaldas en la isla de los volcanes, la Liga de Videojuegos Canaria también ha llegado a Fuerteventura. La primera experiencia de la LVC en la Maxorata tuvo lugar en la Casa de la Juventud de Corralejo en junio de 2021, con la celebración de La Oliva esports competition. “Es tremendo, al final La Oliva no es como Puerto del Rosario, que es más céntrico, y aun así fue bastante gente. También fue en mitad de la pandemia”, recuerda Josué.
Sin embargo, la edición de este verano celebrada en Puerto del Rosario tiene el récord de participación en un esports competition. Según relata Samuel Rodríguez, codirector de Toshigame y jefe de monitores de la LVC, esperaban a unas cien personas, pero, cuando abrieron las puertas y comenzó a entrar la gente, vio que no cabían. “Tuvimos que buscar sillas para que la gente se sentara. Fue un momento de caos, pero pudimos resolverlo y salió todo muy fluido”, cuenta Rodríguez.
No obstante, por regla general hay que limitar la cantidad de participantes para poder controlar el evento. “Tengo monitores que son árbitros y que están verificando que esas competiciones están siguiendo la normativa, no puedo tener a tropecientas personas correteando por ahí. Se acota mucho y, aun así, nos vemos desbordados. Eso quiere decir que la gente tiene ganas, que la gente quiere y que hacía falta esto”, deduce Josué.
Centro ‘gaming’
Toshigame, desde un principio, estaba pensado para ser un centro gaming, un punto de encuentro y un club de personas que comparten afición y en el que se refuerzan valores o conceptos como el trabajo en equipo. “Ese proyecto inicial se verá culminado dentro de poco, espero. Y será el primer centro gaming de la isla de Lanzarote”, resumen orgulloso Josué. Además, se trata de algo muy esperado: “Te puedo decir que cada vez que vamos a un evento y comentamos la idea, la gente se vuelve a escuchar”, añade Samuel.
Los ‘esports competition’ surgen para crear un ecosistema competitivo
Pero no está siendo fácil ponerlo en marcha, explica Duarte. “Cuesta mucho iniciar una actividad comercial y más aún en plena inflación, pero cada vez que pienso en qué estoy haciendo cuando podría estar en mi casa tan tranquilamente, pues tengo mi trabajo, me encuentro con alguien que pide que abra ya el centro”.
Este punto de encuentro para gamers, en Arrecife, está pensado de tal forma que para poder entrar y hace uso de las instalaciones has de estar registrado en la comunidad, con una tarjeta de usuario. Una vez la tengas, abonas una cantidad con la que tienes una hora de pc gaming, pero también podrás hacer uso de consolas o juegos de mesa. “Difiere un poco de lo que es un centro gaming”, relata Duarte, pues “normalmente tú solo pagas por jugar. Sin embargo, aquí está pensado más como un club, con normas”.
Toshigame se ideó como un proyecto exportable a cualquier lado, para llevar los esports hasta el lugar “más recóndito y pequeño posible”, explican los directores. Sin duda, esta próxima apertura ayudará a dar un salto adelante en los deportes electrónicos de la Isla al permitir, incluso, la creación de un equipo de esports que represente a Lanzarote. “Vamos a hacer todo lo posible para que así sea”, indica un Josué que, además, le pasa la responsabilidad al codirector Samuel, pues como team manager del club adquirirá responsabilidades en esta área.
“Nuestra idea es aprovechar el centro para que sea espacio de entrenamiento para nuestros jugadores y que reciban formación, como un impulso para decirles que nos importan y queremos que mejoren, y que con trabajo y constancia se puede llegar lejos”, explica Rodríguez.
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Charlas para una comunidad sana
Una de las vertientes en las que hace hincapié Toshigame es la organización de charlas relacionadas con los videojuegos. Por un lado, que sean educativas, para inculcar valores, porque “los videojuegos y los ‘esports’ no se entienden si no hay disciplina en el juego, si no hay trabajo de equipo, si no hay un punto de vista absolutamente feminista y absolutamente diverso”, explican.
Pero también las hay informativas, que son impartidas por profesionales de una industria “muy verde, que se profesionalizó hace una década, pero en que está en absoluto auge”, añaden. En ellas, los expertos explican lo que significa ser un jugador o un caster -comentarista de videojuegos- para darles “un baño de realidad a los jóvenes y que entiendan que tienen que estudiar”, resumen.
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La Liga de Videojuegos Canaria ha venido para quedarse y su futuro pasa inequívocamente por la ampliación. Con un sistema clasificatorio municipal, provincial y autonómico, buscará ampliar fronteras por las diferentes islas del Archipiélago. “Lleva su tiempo y evidentemente Lanzarote y Fuerteventura han demostrado mayor interés al ser islas periféricas y ver en nosotros una oportunidad”, indica Josué, que reconoce estar negociando con municipios de Gran Canaria y Tenerife para realizar próximos eventos.
En cambio, esa búsqueda de llevar los ‘esports’ a cada rincón de Canarias, por pequeño que sea, trae consigo un análisis del ‘gaming’ en esos municipios. Para Josué, hay grandes jugadores en las islas no capitalinas y cree que algunos “son mejores de lo que ellos piensan y quizás se han sentido doblemente infravalorados, por un lado, por ser canarios y porque hay organizaciones de Canarias que no fomentan la canariedad”. Samuel, por su parte, añade que dentro de la comunidad hay gamers que han llegado a ser profesionales de World of Warcraft y que “nunca se les valoró”. “A los jugadores hay que buscarlos bajo las piedras y decirles que pueden salir, jugar y ser los mejores”, sentencia.
















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