Se ha abierto el debate sobre la principal puerta de entrada a la Isla. El nuevo Plan Director del aeropuerto César Manrique-Lanzarote ha generado una batería de críticas, tanto institucionales como empresariales. En el punto de mira se encuentran las previsiones de crecimiento de pasajeros: se llega a contemplar que se alcancen los 14 millones, prácticamente el doble del récord histórico. Estas son las principales claves:

SOBREDIMENSIONADO. Si en algo coinciden las principales objeciones que se han hecho al nuevo planeamiento del aeropuerto es en la previsión de pasajeros. Se plantean tres escenarios: el primero, de 8,5 millones de pasajeros, el segundo de 9,7 millones –que es el que Aena considera el “previsible”- y el tercero, de 11,1 millones de usuarios. Y un último horizonte, considerado el “máximo desarrollo posible”, con los citados 14 millones de pasajeros.

La cifra es relevante porque el pico máximo de pasajeros se alcanzó en la Isla en 2017. También al año siguiente se superaron los 7,3 millones de pasajeros. La Cámara de Comercio destaca que esas “proyecciones de aumento de demanda, tanto interna, por población, como de turistas”, desde su punto de vista están “sobredimensionadas”.

El ente cameral resalta en sus alegaciones, a las que ha tenido acceso Diario de Lanzarote, que “en la situación económica en la que nos encontramos no se prevé que durante los próximos años se vaya a producir un aumento muy significativo de la población”, que se ha estabilizado en torno a los 150.000 habitantes.

Tampoco se espera que el flujo de turistas experimente “un aumento muy significativo” en los próximos años 10 o 15 años, por lo que “hacer proyecciones que llegan incluso a duplicar la capacidad del aeropuerto” de Lanzarote “resulta realmente innecesario”.

En la misma línea, pero de forma más contundente, el Ayuntamiento de San Bartolomé subraya en sus alegaciones que las cifras de pasajeros que baraja Aena se basan en un “indeseable” escenario “desarrollista” para la Isla. “Aprobar un documento estratégico con las previsiones actuales será un muy mal mensaje a la sociedad”, afirma el Consistorio presidido por Alexis Tejera (PSOE).

Para el Ayuntamiento, generaría “desapego y desconfianza” en la población local e “incertidumbre turística” que los potenciales visitantes a la Isla pudiesen leer “propaganda negativa” como que “Lanzarote contempla un crecimiento de hasta 11 millones de pasajeros”.

El “horizonte máximo expansivo” de pasajeros, según la Cámara de Comercio, podría estimar un aumento de alrededor del 20 por ciento sobre la cifra de mayor movimiento, unos 8,8 millones de pasajeros como tope. Una estimación similar plantea el Ayuntamiento de San Bartolomé como máximo, sobre los 8,5 millones de pasajeros al año.

LA PISTA. La ampliación de la pista del aeropuerto ha sido un asunto recurrente en los contactos entre el Cabildo y el Gobierno central desde la primera década de este siglo. El punto de partida era que sus dimensiones -2.400 metros de longitud y 45 metros de ancho, con posibilidad de despegar hacia el mar o hacia el interior de la Isla- se quedaban pequeñas para captar vuelos de largo recorrido, además de que ese reducido tamaño penalizaba la carga máxima de los aviones, que está vinculada a las características de la pista.

Así, se planteó una pista de 3.000 metros, que necesariamente tenía que ampliarse hacia el mar. En 2009, tanto el Cabildo como las organizaciones empresariales escenificaron un consenso al respecto.

En la misma línea, cinco años después, el entonces presidente del Cabildo, Pedro San Ginés (CC), exigía a la ministra de Fomento, Ana Pastor, que diese vía libre a ampliar la pista porque su actual longitud suponía “una severa amenaza para la proyección y competitividad de Lanzarote como destino turístico, además de frenar nuestras intenciones de expansión y diversificación de mercados turísticos, cuya previsible vía de conexión se materializará con aeronaves que requieren infraestructuras de las que Lanzarote carece”.

Sin embargo, un par de años después desde el Cabildo ya se decía que había que reconsiderar la postura sobre la pista. E incluso desde el Partido Popular, su último senador, Joel Delgado, decía hace cuatro años que no tenía “ningún sentido gastar 160 millones de euros” para ampliar la pista hacia el mar, “ni que destrocemos una playa para que vengan aviones de más lejos”.

En el nuevo Plan Director del César Manrique-Lanzarote se contempla ampliar la pista hacia el mar, pero solo en el caso de que se buscase llegar al umbral de los 14 millones de pasajeros. Es decir, Aena no lo considera una prioridad, entiende que no es necesaria con el “desarrollo previsible” del aeropuerto y ni siquiera llega a presupuestar cuánto costaría el proyecto.

Ni la Cámara de Comercio ni el Ayuntamiento de San Bartolomé abordan en sus alegaciones la ampliación de la pista. Sí lo hace el Ayuntamiento de Tías, presidido por José Juan Cruz (PSOE), que sugiere a Aena que “elimine toda mención a la posible ampliación de la pista del aeropuerto hacia el mar, aunque sólo se haga en términos hipotéticos y como improbable máximo desarrollo posible”.

En el caso de que se ejecutase la ampliación de la pista hacia el mar, Aena apunta que se prolongaría 400 metros por la cabecera del litoral, mientras que en la cabecera interior se desplazaría el umbral 180 metros. “De esta forma”, explica Aena, “la distancia entre umbrales sería de 2.620 metros”.

Eso sí, implicaría la intervención en “la línea de costa para ganar espacio al mar, afectando a unos 800 metros” del litoral. También se prolongaría la calle de rodaje paralela a la pista, se construiría una calle de salida rápida para el aterrizaje desde el interior, y se desplazaría la calle de rodadura de acceso a la plataforma militar, lo que implicaría la ocupación de terrenos en las que se encuentran “diferentes instalaciones militares”.

TERMINALES. Entre las previsiones de inversión que recoge Aena en el nuevo planeamiento, unos 139 millones, la más elevada es la ampliación de la terminal de vuelos nacionales e internacionales, por más de 82 millones. Aena detalla que se ocuparían 15.764 metros cuadrados adicionales para ampliar la Terminal 1 y otros 6.205 metros para ampliar la Terminal 2.

San Bartolomé solicita un aparcamiento específico para trabajadores

En cambio, en sus alegaciones, San Bartolomé considera que la ampliación de las terminales debe estar relacionada con el número de pasajeros y que, si la proyección de aumento de la demanda es errónea, el resultado final será equivocado. De esta manera, señala que bastaría con unos 6.060 metros para la Terminal 1 y 823 para la Terminal 2.

Otro déficit que desde Lanzarote se plantea corregir es que las dos terminales no forman parte del mismo edificio. Para la Cámara de Comercio, resulta “fundamental” que “estén interconectadas sin tener que salir de un recinto para entrar en el otro”. En la actualidad hay un paseo exterior, que no resuelve la carencia: “El aeropuerto necesita que ambas terminales estén físicamente unidas, tal y como sucede en todos los aeropuertos de tamaño y tráfico similar”.

Por ello, el organismo que representa a los empresarios de la Isla solicita que, “aunque cada una mantenga sus aparcamientos y controles de acceso, internamente no exista separación entre las terminales”.

Las terminales del aeropuerto lanzaroteño también han caído en la estandarización. El Ayuntamiento de Tías reclama que se contemple lo que ya establecía el Plan Insular de Ordenación (PIO) de 1991 para el aeródromo: que, como criterio general, las instalaciones estarán en armonía “con el paisaje de la Isla” y el “carácter” de sus edificaciones. Los empresarios son más elocuentes y se refieren a la “estética y personalidad” que tuvo el antiguo aeropuerto de Guacimeta: “En los años setenta y ochenta, el aeropuerto de Lanzarote llamaba la atención por su carácter singular, con una decoración y ambientación propia de la Isla”.

Sin embargo, “las últimas ampliaciones y reformas” le han hecho perder su encanto. Reclaman una “estética más acorde y diferenciada”. “La principal puerta de entrada de pasajeros de la Isla debe ser el comienzo de la experiencia de visitar Lanzarote”, apostillan. San Bartolomé reivindica también “un aeropuerto diferente, con personalidad propia, la de Lanzarote”, y convertirlo en “un hito arquitectónico mundial”, que “esté en consonancia con su nombre, el de César Manrique”.