Hace unos años, algo más de tres meses después de unas elecciones locales, cunado era el grupo de gobierno y no la oposición quien convocaba ruedas de prensa para hacer balance de los cien primeros días de gobierno, asistí a una declaración de principios involuntaria porque en realidad se trataba solamente de un gazapo más, de un caso más de considerar que hablar bien en público requiere decir cosas que el portavoz no entiende.

Fue un alcalde (o alcaldesa) quien dijo que había convocado esa rueda de prensa por haber llegado “al ecuador de los cien primeros días”, aunque hacía cincuenta días que habían pasado ya los primeros cincuenta. La cosa pasó más o menos desapercibida y la única explicación que encuentro, (además de que evidentemente no sabía lo que significaba ecuador) es que confundió la línea imaginaria del ecuador con un concepto imaginario de línea, hito o tope.

No he encontrado la carpeta, pero la encontraré. Apuntaba algunos de estos gazapos, principalmente de los políticos de la Isla, por puro entretenimiento o por venganza (porque entonces iba a muchas ruedas de prensa). Y recuerdo alguno más: aquel que había ganado las elecciones y contestaba con qué fuerza política iba a empezar a negociar para formar gobierno. “Empezaremos de mayor a menor, indudablemente”, y añadía: “O de menor a mayor”. Indudablemente. O el de un concejal de Arrecife que decía que los cargos públicos estaban de paso. Y sentenciaba: “Aquí nadie está in pectore”. O aquel que decía que había dejado las ventanas herméticamente abiertas (esto no es seguro) y que los periodistas le estábamos poniendo “entre la espalda y la pared” con nuestras preguntas.

Si se cumple el plazo del estado de alarma con sus dos prórrogas correspondientes, hemos llegado ya a la mitad del confinamiento, al ecuador. Aunque, como en el caso anterior, es un concepto difuso porque es un ecuador hipotético, porque no volveremos a la calle de golpe y porque la situación económica será mala para muchas personas. Pero aún así, hemos llegado al ecuador.

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