DIARIO DEL CORONAVIRUS (XXIX)

Economía

Saúl García 0 COMENTARIOS 13/04/2020 - 20:22

Dicen que Jean Claude Juncker era un cachondo. Quizá sea un eufemismo. Una vez abandonó una rueda de prensa en una cumbre entre Sudáfrica y la Unión Europea porque una azafata le avisó de que llevaba un zapato de cada color. Hace dos años, en una cumbre de la OTAN, caminaba tambaleante, como esos mandatarios que le dan la mano al mismo dos veces, y dijo que tenía un ataque de ciática. Leyendo una entrevista que se publica hoy mismo da la impresión de que se ha tragado un bono de optimismo o es que sigue de juerga. Dice que “la Unión Europea no está amenazada ni en su esencia ni en su cohesión”. “Creo que al final de la crisis, cuando se imponga definitivamente el principio de solidaridad comúnmente aceptado por todos los Estados miembros nos habremos convertido en mejores europeos”. También dice que no cree que la Unión Europea adolezca de una falta de liderazgo. La entrevista tiene este titular: “Los ‘coronabonos’ se abrirán paso, pero hace falta tiempo”.

No tengo ni las más remota idea de economía. Es una cosa que tengo en común con la mayoría de los economistas, pero yo lo reconozco. Para no hacer más enemigos de los necesarios, acotaremos esta provocación solo para esos gurús, analistas económicos, que a veces aciertan y a veces fallan. Fallan cuando dicen lo que va a pasar y aciertan cuando dicen lo que ha pasado. Fallan cuando, analizando lo que ha pasado antes, te explican lo que va a pasar después y aciertan cuando reconocen que quién se iba a imaginar que iba a ocurrir eso. La culpa no es del análisis, sino de las personas, que hacen cosas inesperadas. Me recuerdan a Menotti, el mítico entrenador argentino de fútbol, que decía: “Yo a mis equipos los coloco bien en la cancha, lo que pasa es que cuando empieza el partido, los jugadores se mueven”.

Hace días que escucho hablar de los eurobonos o coronabonos, como una de las posibles claves para la salida a esta crisis por parte de la Unión Europea. Parece que serían un mecanismo de solidaridad europeo. O no tanto. Da mucha confianza, en cualquier caso, la postura de Holanda y la de Alemania y la carrera de tonto el último por ver quién le compra más mascarillas a China, además del gran apoyo que tuvo Grecia hace años.

Pero si hablamos de economía hay que reconocer que el problema no es de los economistas, sino del resto de los mortales que exigimos saber lo que va a pasar porque consideramos que se trata de una ciencia exacta. También al estudio de la política se le llama ciencias políticas. Y ustedes dirán…

La tercera de las acepciones de la RAE de la palabra economía es esta: “Es la ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos”. La primera es aún peor: “Administración eficaz y razonable de los bienes”.

Parece que en la RAE son aún más optimistas que Juncker. O que son unos cachondos.

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