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Doble abandono animal

La ausencia de ayudas pone el borde del cierre a la protectora Sara mientras Huella a Huella cesa su colaboración con Teguise y para su actividad

Obelesa juega con Kush, recientemente operado tras sufrir un atropello y ser abandonado por su dueña. Foto: Manolo de la Hoz.
María José Lahora 4 COMENTARIOS 14/06/2019 - 07:11

“Las instituciones tienen que involucrarse en la protección animal porque es su competencia”, señala Obelesa Hernández, portavoz de la protectora de animales Sara, en relación a la “obligación municipal” de salvaguardar el bienestar de los ejemplares que acaban abarrotando su albergue. Casi 500 calcula que atiende en la actualidad el colectivo. Mascotas a las que debe alimentar, pasear y tratar con la única colaboración de socios y voluntarios. Las instalaciones de Sara albergan a cerca de 300 gatos y casi 200 perros. La mayoría de las jaulas están compartidas por hasta tres “compañeros” cuando lo ideal sería como mucho dos.

“Las protectoras deberían ser sólo un refuerzo”, recuerda Obelesa. “Cada municipio tiene la obligación de tener sus instalaciones en buen estado para acoger a los animales y su propio veterinario y, sin embargo, los vecinos nos los traen aquí porque desde los ayuntamientos no les responden. Las perreras deberían ser una prioridad más en los presupuestos municipales, pero parece que las tienen olvidadas. Los consistorios tienen que ponerse las pilas”, comenta con indignación.

“Nuestra veterinaria no es la veterinaria universal de Lanzarote, porque no podemos atender toda la demanda cuando las instituciones tienen muchos más medios que nosotros para disponer de su propio personal”, añade. Tan sólo el Ayuntamiento de Arrecife cuenta con veterinario propio, en situación de baja. Al tiempo que las “irregularidades” en la perrera de la capital han sido motivo de denuncia por parte de partidos políticos y voluntarios en los últimos meses.

Sara, con tres décadas de trabajo a sus espaldas, se encuentra ahora ante una situación de doble abandono: el que sufren las mascotas que llegan al albergue y el institucional. “Sólo el Ayuntamiento de Tías ha cumplido”, explica Obelesa en relación a las subvenciones municipales. También reciben colaboración del Cabildo de Lanzarote, aclara.

Aun así, el sustento de la protectora llega, principalmente, desde las donaciones, las cuotas de los alrededor de 300 socios, el mercadillo, eventos para recaudar fondos, como la reciente muestra fotográfica benéfica realizada por Justin Kerswell en el Real Club Náutico de Arrecife donde el público puede colaborar con la compra de las imágenes expuestas, el “muchísimo” trabajo de los voluntarios, y “muy poco de las instituciones, a pesar de que le hacemos su trabajo”, concluye.

Sara, con tres décadas de trabajo a sus espaldas, se encuentra ahora ante un doble abandono: el que sufren las mascotas que llegan al albergue y el institucional

La “efímera” ley de protección animal les mantiene también en vilo. “Muchas denuncias quedan en papel mojado”, explica. Recuerda el único logro alcanzado después de la sentencia del perro King que condenó a los agresores.

El hecho de que se considere a los animales como “objetos” en lugar de como seres vivos es uno de los inconvenientes con el que se topan para que las denuncias fructifiquen. Como la que han realizado para salvar la vida del perro Kush de raza mix stafford, un animal tranquilo y juguetón y con apenas tres años de edad. Llegó al albergue un domingo, hace un mes y medio, tras ser atropellado con una herida que precisaba intervención quirúrgica.

Gracias al chip pudieron identificar a su propietaria, pero se negó a hacerse responsable del animal. “No tuvimos más remedio que denunciar para poder operar porque al tener dueña no podíamos intervenir sin su autorización y, finalmente, rehusó y pudimos hacerle la cirugía. De lo contrario, sería omisión de socorro”, comenta Obelesa. Asegura que este caso continuará en los Juzgados al igual que el del perro Yago, fallecido recientemente, por el estado de abandono en el que les llegó. “Fue brutal”, enfatiza Obelesa.

Huella a Huella

Mientras tanto, la asociación Huella a Huella, encargada de la labor preventiva para garantizar el bienestar animal, anunciaba el cese de la colaboración con el Ayuntamiento de Teguise ante la falta de respuesta del mismo para introducir las propuestas sugeridas que garanticen un futuro mejor para los animales. “Desde diciembre de hace dos años hemos transmitido un informe para mejorar las instalaciones municipales de acogida animal y no se ha hecho nada”, comenta una desilusionada Nuria Cárdenas, responsable de la asociación.

Recuerda que Huella a Huella nació para trabajar en la labor preventiva asesorando a los ayuntamientos pero han comprobado que, “conforme pasa el tiempo”, las recomendaciones caen en saco roto. Antes de Teguise ya suspendieron el acuerdo con los ayuntamientos de Tinajo y Yaiza por similares motivos. “La Isla no está preparada para lo que nosotros queremos hacer desde la prevención como primer paso para garantizar el bienestar animal”, añade.

“La Isla no está preparada para lo que nosotros queremos hacer desde la prevención como primer paso para garantizar el bienestar animal”, señala Huella a Huella

“No se realiza una labor de prevención real y quienes tienen el poder, que son los ayuntamientos, no la están desarrollando. La prevención comienza con la labor de concienciación que, principalmente, realizan las protectoras y luego las campañas de identificación que son poquitas y, finalmente, cuando la concienciación y la identificación no funcionan el último paso es la sanción y no se está aplicando. Actualmente, las sanciones suponen una cuarta parte de lo que deberían”, comenta. Principalmente, por casos de abandono y maltrato.

Esta falta de respuesta institucional obliga, a su juicio, a que protectoras, como Sara, se vean saturadas por las malas condiciones en las que se encuentran los animales, “porque no hay nada que evite esta situación”, explica. Señala que durante sus seis años de trabajo se han conseguido muchas cosas, “las más sencillas”.

En un principio, se crearon ordenanzas y, en algunos casos, se han mejorado instalaciones municipales e implantado protocolos para la entrada y salida de los animales. Pero no ha habido mano dura para aplicar las sanciones y “las instalaciones precisan de mejoras continuas para garantizar la salud de los animales”, concluye.

Comentarios

Mi propuesta es que los propietarios pague un canon por cada perro que tenga en casa y que ese dinero se dedique integramente a mantener a esos mismos perros cuando son abandonados. Que ese dinero se reparta entre las distintas asociaciones que recogen perros en razón del número que tengan.
Gente con trabajo, donen algo, que yo estoy en bancarrota.
Si no recuerdo mal es el Cabildo el que prácticamente sustenta a SARA, ahora falta que Teguise, Tinajo, Haría y sobretodo San Bartolomé y Arrecife (porque son municipios con gran población) cumplan.
Sara y huella son muy diferentes . En una hay trabajadores que cobran por cuidar a los animales y en otra son solo voluntarios. Por eso la subvencion de sara debe ser mayor.

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