Una mujer que tiene muy presente a su amiga de la infancia (y sus éxitos), un invitado a una boda medio perdido, otro en una situación parecida, que va a una fiesta casi por inercia, otro más que se mueve entre la precariedad laboral y la esperanza en medio de protestas sociales, el mayordomo de un matrimonio que es testigo mudo del transcurso de ese viaje, una mujer preocupada por la salud de su jefe, un ejecutivo a punto de hablar en público con la cabeza en otra parte, los asistentes a una fiesta de carnaval o un carnicero enamorado. Todos ellos tienen algo en común: habitan en las páginas de los relatos que componen Me voy de aquí, el primer libro de Carlos Battaglini (Lanzarote, 1976), “diez relatos sobre gente que quiere cambiar de vida”, de la Editoral Nazarí.

Después de unos cuantos años en el extranjero trabajando en el servicio exterior de la Unión Europea en países como Liberia o Papúa Nueva Guinea, Battaglini volvió a su isla natal para dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. El resultado más palpable de ese viaje personal es este libro, cuya escritura, la de algunos relatos, se inició hace más de quince años. “El libro surge a raíz de mi primer intento serio o proyecto sólido en el mundo de la literatura”, dice Battaglini.

Me voy de aquí tiene una unidad temática que el propio autor no había tenido en cuenta al escribir algunos de esos relatos, pero después fue recopilando y reescribiendo un material que configura este libro. “Una vez que están juntos, los relatos son como compañeros de piso, que al principio no tienen nada que ver y al final se hacen amigos”, señala.

“El nexo entre todos es el deseo de querer salir de la situación en la que se encuentran”

Los protagonistas de esas páginas, probablemente, querrían estar en otras. El nexo entre todos es el deseo de querer salir de la situación en la que se encuentran. Los relatos son universales: hay alguna excepción, pero no aparecen referencias geográficas ni temporales, Incluso, por sus nombres, podrían habitar en latitudes muy diferentes.

Los títulos tiene una sola palabra: Amigas, Boda, Fiesta, Trabajo, Matrimonio... “Es una mezcla de vivencias, de cosas vistas y de cosas contadas”, señala Battaglini, y por tanto también aparecen de manera consciente o inconsciente amigos y conocidos y el propio autor. “Incluso hay alguien que se ha ofendido porque se reconoce, pero ni son ellos ni tampoco soy yo, hay que intentar meterse en la mente de los personajes”.

Por otra parte, el autor reconoce influencias de sus lecturas, de Carver, Cortázar, Sallinger, Miller o Capote. Cuando empezó a escribir, hace años, pensó que iba a ser algo asequible, algo sencillo, pero después se fue dando cuenta de que el proceso de escritura tiene poco de romántico y mucho de trabajo, “como estar en una mina, en galeras, en las alcantarillas”.

“Es más duro de lo que yo pensaba y la parte interesante, el show, es el tres por ciento del proceso, el resto es soledad, sudor y trabajo”, señala Battaglini. Dice que lo más complicado es conseguir una voz propia y también que a este libro le seguirán otros.

Me voy de aquí se presentó en la Feria del libro de Las Palmas de Gran Canaria y la semana pasada, junto al fotógrafo Leandro Betancor, en el Casino Club Náutico de Arrecife.