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Club del Rey: más de 300 personas en infraviviendas en Costa Teguise

Esta urbanización es el síntoma más claro de la situación de la vivienda en Lanzarote: “No hay día que no llegue alguien preguntando si hay casas vacías”

Saúl García 6 COMENTARIOS 15/04/2025 - 06:55

Son 95 casas, toda numeradas y todas ocupadas. Unas más acabadas que otras. La urbanización Club del Rey se ha convertido en el único reducto al que pueden aspirar más de 300 personas para encontrar una vivienda en la Isla. No es el único pero sí el más grande. Estuvieron los apartamentos Senator, la urbanización en el plan parcial Playa Blanca y sigue habitada aún otra junto al Faro de Pechiguera. Son los síntomas de un problema: el de la falta y la carestía de la vivienda. Y Club del Rey es el ejemplo más claro.

Hay personas, pocas, que llevan más de 15 años ahí, pero la mayoría llegó a partir de 2022. Las casas se han acondicionado, han puesto puertas, ventanas, rejas, suelos, fosas sépticas, placas o paneles solares y depósitos de agua... La gran mayoría de sus habitantes son trabajadores. Por la mañana apenas se ve a nadie. Y hay muchos menores. Algunos calculan que cerca de 50 y otros dicen que unos 80. Esas familias no quieren hablar. Entre ellos hay seis bebés de menos de un año.

La hija de Miguel Gil nació el 8 de febrero. Gil preside la ONG Esperanza y Vida y vive en una de esas casas. “No me lo esperaba, claro”, dice, pero no le ha quedado otra opción. Miguel vendió su coche en la pandemia para comprar alimentos para familias necesitadas y dice que ha pagado billetes de avión a personas para que vuelvan a sus países. Trabaja en un hotel y aporta parte de su sueldo a la ONG, con la que recoge alimentos de los hoteles para su reparto. Y ahora él mismo está en esta situación. Dice que “estaría bien que vinieran los servicios sociales y vieran la situación que hay aquí”. Hay incluso varias familias compartiendo una misma casa.

Recientemente, la propiedad de la urbanización, abandonada hace 25 años, ha presentado un escrito para tomar posesión de los inmuebles. A algunos moradores de esas casas se les ha citado en el Juzgado de Paz de Teguise para que contesten. Señala Miguel que el abogado les ha aconsejado que no comenten nada sobre este procedimiento, pero todo indica que va para largo porque el Ayuntamiento tendrá que elaborar un informe de vulnerabilidad y el Juzgado correspondiente deberá identificar a cada uno de los ocupantes de las casas.

Miguel asegura que hace unos meses la urbanización estaba en peor estado, que llegaban camiones a dejar escombros y que se han marchado de allí personas conflictivas. Dice que hay que dejar las zonas limpias “por higiene y por imagen”. Señala que hay trabajadores de la construcción, del sector turístico, autónomos y hasta “unos ingleses”, además de otras personas de muchas nacionalidades distintas.

En Costa Teguise, ante la falta de vivienda, también ha crecido la modalidad de residencia en caravanas o en furgonetas. Muchas de ellas aparcan junto al Colegio Internacional o en el aparcamiento del Aquapark. “La situación está cada vez más complicada”, asegura Gil, que dice conocer, a través de la ONG, hasta cinco familias buscando casa porque les quieren echar para ponerlas como vacacionales “siempre con la excusa de que es para un familiar”. También asegura que hay personas viviendo en Arrecife en un garaje en una calle céntrica y una madre con dos niños pequeños a la que le alquilan solo una habitación en una casa compartida para todos por 600 euros.

Miguel Gil.

“Estaría bien que vinieran los servicios sociales y vieran la situación que hay”

“No es que no queramos pagar, es que no se puede pagar 600, 700 y hasta 1.000 por habitaciones, se están pasando y esto hay que regularlo”, apunta. Miguel cree que llegar a Club del Rey “es la última solución” porque “nadie quiere estar aquí”. “Aquí estamos por necesidad, ni por gusto ni por negocio”.

Cree que la situación se va a complicar aún más porque cada día llega gente a la urbanización preguntando si hay sitio, buscando casa. Gil dice que hay que tomar varias medidas: proteger a los propietarios para que alquilen con garantías, limitar la vivienda vacacional, que el Estado negocie con los bancos para poner sus casas en el mercado y aplicar un bono social.

Huyendo

Pedro (nombre ficticio) es colombiano, tiene 38 años y vive en otra de esas casas desde hace ocho meses, con su mujer y dos hijos menores de edad. Llegó a Lanzarote hace un año huyendo de la violencia en Colombia. Era técnico electricista y ahora ejerce, de forma esporádica, como ayudante de obra pero, no tiene permiso de trabajo.

Conocía a varias personas en la Isla pero no ha habido manera de encontrar casa. Ha estado buscando una habitación, ni siquiera una casa, para compartir, en la que poder meterse los cuatro. Dice que no le dejaron empadronarse en esta urbanización y ha tenido que hacerlo en casa de un amigo. Dice que a él no le han notificado nada. “Aquí hay gente de bien, gracias a Dios, viene uno huyendo de la violencia y se encuentra aquí en estas condiciones que dan lugar a que a uno lo juzguen mal y cada familia es un caso distinto”, apunta.

Señala que no se está mal del todo pero que “las casas no son dignas para vivir”. Pertenece a un grupo de mensajería donde la gente busca y ofrece casa pero dice que hay muchos intentos de estafa. “Lo único que queremos es trabajar y salir adelante”.

Wolfgang Amadeo, en la cocina de su casa.

“La situación de la vivienda está cada vez más complicada”, asegura Miguel

Como él, Wolfgang Amadeo huyó de los paramilitares. En Colombia tenía una finca de 240 hectáreas y soñaba con tener cerdos y vacas, pero no fue posible. “Por un día no conocí la peseta”, señala, sobre la fecha en que llegó a Lanzarote, hace 24 años. No para de hablar. Permite la entrada en su casa, donde ha plantado malva, café, tomates, yuca y aloe. Llegó a la urbanización en agosto de 2022, “de los primeros”, dice.

Tiene 78 años, una ayuda de 480 euros y unos ahorros, pero vio cómo estaba el mercado de la vivienda y que las casas estaban vacías y se presentó en el Ayuntamiento: “Vengo a convertirme en okupa”, dijo. Le contestaron que para eso no hacía falta avisar, pero dejó recado de su vivienda y le empadronaron.

Ha puesto una verja, puso cristales en los muros para que no entre nadie, tiene un camión que le regalaron y ha acondicionado toda la casa con cosas que tiran los hoteles o las obras: azulejos, muebles, etc. Hasta frigorífico.

“Esto lo he puesto yo habitable con mis manos porque al principio estaba horroroso, pero ahora ya no”. También coincide en que no hay día que no llegue alguien preguntando si hay casas vacías “y los que no vienen por vergüenza”. Tiene una hija en Madrid y dos en Estados Unidos que le dicen que se vaya para allá, pero cree que ya es tarde para eso y no sabe hablar inglés. Se pregunta dónde se van a meter 300 personas si les echan. “Si es que no hay casas ni pagando”. “Lo que hay es mucha incertidumbre y la gente está rezando para que no nos echen”, señala.

Coches

A la salida de la urbanización aparca un hombre que también vive ahí desde hace dos años. Dice que algunos alegan que hay gente en esas casas que tiene coches buenos. “Claro, porque vivían en una casa de alquiler, les han echado y no encuentran nada, son trabajadores como cualquiera”. “No se puede pagar 800 euros por una casa, no te queda más remedio que este”, señala, y hace una reflexión: “Yo veo a los pájaros que hacen su nido y a las hormigas que hacen su casa, y nosotros que se supone que somos más evolucionados no tenemos casa. ¿Cómo es posible?”.

Comentarios

Gran reflexión: “Yo veo a los pájaros que hacen su nido y a las hormigas que hacen su casa, y nosotros que se supone que somos más evolucionados no tenemos casa. ¿Cómo es posible?"
Sisisis mucha pena, pena me dan esos niños que han traído al mundo en esa situacion, para que no les echen de ahi. Sinverguenzas.
Claro, y si mañana vuelves a ofrecer "viviendas gratis" también se llena de gente. Nadie quiere pagar alquiler, ni pagar nada. Todo lo que sea gratis es bienvenido.
"No se puede pagar 800 euros por una casa". A ver una pregunta... a que precio quieren conseguir los alquileres???
Muchas personas que viven ahí tienen pisos alquilados en otro sitio de la isla deberían investigar más a esas personas que piensan que les van a regalar un chalet así por la cara.
Lo justo o cuando menos la costumbre es crear tu nido o casa con el esfuerzo de tu trabajo, tal como lo hacen los pájaros o las hormigas. Otra cosa es conseguirlo gratuitamente gracias a la evolución de la especie.

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