“Nos enfrentamos a un escenario muy crítico, donde el abastecimiento de agua potable a la población no está garantizado. Las restricciones de suministro y cortes de suministro son un claro síntoma del deterioro del sistema. Hecho que se evidencia con la instalación de dos plantas desaladoras portátiles de apoyo, que siguen siendo totalmente insuficientes. El crecimiento de la población residente y el auge del turismo provocarán un incremento de la demanda que difícilmente será atendida, agravando la delicada situación en la que nos encontramos. Es por ello que urge actuar de manera inmediata para tomar las medidas oportunas que permitan revertir la situación, acometiendo un Plan de Inversiones para disponer de instalaciones adecuadas. Para ello es recomendable que la Administración haga uso de las herramientas necesarias para llevar a término el Plan de Inversiones a la mayor brevedad posible, con la colaboración de todos los actores implicados”.

Estas son las conclusiones del último informe de situación sobre el abastecimiento de agua elaborado por Canal Gestión Lanzarote, en marzo de este año, dirigido al Consorcio Insular del Agua. El informe está firmado solo unos días antes de que el Consorcio aprobara el inicio del procedimiento de rescisión del contrato.

Tanto este informe como otro anterior de 2023 y uno de 2022 describen la situación del ciclo integral del agua, al menos desde el punto de vista del concesionario, y están incluidos en las alegaciones de Canal Gestión realizadas ante el proceso de rescisión del contrato por parte del Consorcio. Canal considera que ha cumplido con las inversiones previstas desde 2013 y reclama una gran serie de inversiones al Consorcio, que no se han producido. En estos informes desgrana la mala situación en que se encuentra el servicio.  

Respecto a la capacidad de producción, Canal señala que la central Díaz Rijo ha visto mermada su capacidad de 78.000 metros cúbicos al día a 10.000 menos “por el mal estado de los bastidores de la planta Lanzarote III”. También señala que la capacidad de producción real es inferior a la nominal “debido principalmente a la progresiva reducción del rendimiento de las membranas”.

Sobre la planta de Janubio, tiene una capacidad que se elevó de 12.000 a 18.000, pero uno de los bastidores está formado por los tubos y membranas de la antigua desaladora y no cuenta con la autorización de vertido de salmuera “que permitiría funcionar con toda la planta a pleno rendimiento”. “Igualmente, por limitaciones técnicas en la tubería de transporte, no se podría trasvasar todo el volumen de agua necesaria para complementar la producción del centro de Díaz Rijo y abastecer la zona centro y/o norte”, dice el informe respecto a la producción.

También menciona una serie de detalles más concretos, como la necesidad de renovación del sistema eléctrico, ya que un problema en los equipos “puede llevar a la paralización parcial o total de la producción hasta que se proceda a la reparación de los mismos, que podría tardar meses”, la necesidad de duplicar los colectores de impulsión, que también puede derivar en una paralización de las plantas o el sistema de limpieza de las membranas.

“A pesar de las numerosas ocasiones en las que le hemos trasladado estas cuestiones y advertido de los problemas que se plantean, a día de hoy ni siquiera existe un proyecto redactado para licitarlo y poder acometer las obras”, lamenta el informe.

El problema más grave, en cualquier caso, está en la distribución. La red es muy antigua. Dos tercios de los 1.800 kilómetros (1.500 de consumo humano y unos 300 de agua regenerada) de la red de agua potable tienen más de 35 años de antigüedad. Un 20 por ciento tiene entre 10 y 35 años y solo se ha renovado recientemente el 13 por ciento de la red, una parte de Arrecife, Mácher, Las Breñas, Famara y Puerto del Carmen.

“Ante esta situación no es de extrañar el exagerado número de roturas que hay en la red de distribución, donde en los últimos seis años se han reparado más de 60.000 roturas”. Y Canal cree que si se pudieran sumar las roturas ocultas serían muchas más. Existen planes de detección de fugas que son “ineficaces” porque a los pocos meses de revisar una zona y reparar las roturas localizadas, vuelven a reproducirse en puntos cercanos. Las roturas de agua están íntimamente relacionadas con el porcentaje de pérdidas, y superan más de la mitad del agua que se produce. Se pierden cada año entre 16 y 17 millones de metros cúbicos, con el coste ambiental que conlleva esa pérdida.

Estado

En las alegaciones al Plan Hidrológico en marzo de 2022, Canal hace una descripción del estado de las redes de transporte y distribución. El cinco por ciento son de fibrocemento, el ocho por ciento de fundición dúctil y el 34 por ciento de polietileno, que suponen casi la mitad de la red y que, por su antigüedad, “por el tipo de terreno por el que discurren y la propia naturaleza de los materiales, no tienen una vida útil muy prolongada”. El resto de materiales de la red es de PVC (42 por ciento) y PVC-O (10 por ciento), que se encuentran en mejor estado, “si bien en muchos casos el calibre impide el correcto suministro de agua”.

La mayor parte de la red de agua potable tiene más de 35 años y múltiples roturas

Y hay otro problema añadido: “En general las redes no disponen de suficientes ventosas para eliminar el aire de las tuberías”. Esta insuficiencia produce en las redes reducciones de los caudales disponibles, así como roturas por sobrepresiones localizadas.

Hasta el año 2015 o 2016 no se pusieron en servicio las remineralizadoras de los centros de producción para generar un agua menos más agresiva para las redes, así que durante muchos años las tuberías, piezas especiales y contadores de las redes “han sufrido grandes ataques químicos que, sin lugar a dudas, han reducido la vida útil teórica de las mismas y por lo tanto, un deterioro prematuro y visible en la actualidad”.

“Por la antigüedad de la red, el tipo de material, la deficiente cantidad de ventosas, la excesiva agresividad del agua antes de la puesta en servicio de las remineralizadoras, el elevadísimo registro de roturas superior a 10.000 averías al año, la insuficiente dimensión de la red, así como las restricciones (...) se puede afirmar que las redes se encuentran, en general, en un estado malo o muy malo”, resumen las alegaciones.

Según señala Canal, se redujeron las pérdidas ente 2013 y 2018, del 58 al 52 por ciento al renovar 200 kilómetros de redes, pero desde entonces no se ha renovado nada y eso ha provocado que de nuevo suban las pérdidas. Canal augura que las pérdidas en red seguirán subiendo hasta alcanzar valores cercanos al 65 por ciento. Respecto al posible fraude, afirman que en los últimos tres años se han abierto 3.000 expedientes.

Según Canal Gestión, “conviene recordar que, a todos estos problemas, hay que añadir la carencia de elementos de maniobra y control, como válvulas de corte, desagües y ventosas, que impide realizar una adecuada explotación de su red de distribución”. “Canal Gestión Lanzarote ha solicitado en numerosas ocasiones la renovación de la red de distribución,  -dice el informe- incluso entregó varios proyectos como la renovación de la red de Arrecife Oeste o la renovación de las calles que más roturas presentaban, proyecto que estaba dividido en tres lotes (norte, centro y sur); sin embargo, el Consorcio del Agua no ha estimado su importancia para ejecutarlos”.

Depósitos

El segundo problema más grave está en los depósitos. Cuando asumió el servicio Canal Gestión había 53 depósitos disponibles, con una capacidad de almacenamiento de 133.000 metros cúbicos. Hoy solo están en servicio 47 con una capacidad de 89.000. En 2015 entró en servicio el depósito de Zonzamas de 30.000 metros cuadrados, pero por contra quedaron fuera de servicio los de Maneje, de 60.000, con “graves problemas estructurales”. La capacidad total ha descendido en un tercio.

La capacidad teórica de los depósitos insulares no coincide con la capacidad útil práctica de los mismos, por dos razones: la altura de los conductos de salida sobre el nivel cero de la solera y los niveles de explotación. La garantía de suministro medio del sistema está por debajo de un día (0,83 días), “un valor insuficiente y a toda luz preocupante” si fallan los sistemas de producción ya que el Plan Hidrológico coloca esa garantía en siete días.

Planta desaladora Díaz Rijo. Fotos: Adriel Perdomo.

Inversiones

Canal dice que, ante esta situación ha solicitado inversiones “que por diversas circunstancias nunca se ejecutaron”. Hizo un Plan director entre 2018 y 2023 que no se llevó a cabo. “Ninguna de las obras contenidas en el Plan están actualmente en servicio”, afirma en su informe. No se han hecho ni las obras contempladas en el segundo ciclo del Plan Hidrológico ni las del tercero, que contemplaban ampliaciones en la capacidad de producción de las plantas desaladoras, mejoras en la capacidad de almacenamiento y renovaciones de la red de distribución.

“Pero lo que es preocupante y debe de sufrir un giro radical es la evolución de la implantación del Programa de Medidas, ya que de las 124 medidas recogidas en el segundo ciclo del Plan Hidrológico, tan sólo 19 se materializaron y 105 se trasladaron al tercero”, señala la empresa.

Canal estima que las pérdidas en red aumentarán hasta valores cercanos al 65%

En ese Programa de Medidas se detallan muchas inversiones. De ellas, 24 actuaciones serían para las redes, con un valor de unos 32 millones de euros, otros 18 millones en depósitos, 35 actuaciones en agua regenerada, depuración y saneamiento, con otros 40 millones y 3,5 millones en desalación. La suma ronda los 100 millones de euros.

Como consecuencia de esta “acuciante falta de inversión”, “se ha deteriorado de manera significativa la garantía de suministro de un servicio básico y esencial para la población”. De ahí que haya cortes de servicio crónicos en San Bartolomé, Tinajo, La Graciosa y para el agua agrícola, donde no se se están dando nuevos puntos de enganche, además de cortes muy habituales en otras zonas.

“Ante la imposibilidad de ofrecer un servicio adecuado a los agricultores que disponen de contratos en vigor, resulta evidente que no estamos en condiciones de aprobar nuevos puntos de enganches o conexiones a la red, ya que provocaría que atendiéramos en peores condiciones a los agricultores actuales (que tienen unas restricciones muy elevadas) y tampoco podríamos atender adecuadamente a las personas que solicitan las nuevas contrataciones”, dice Canal, que añade que “algunos de los principales clientes del sector turísticos que disponen de complejos hoteleros han tenido que reforzar sus reservas de agua con servicios complementarios de cubas”.

También nombra al Parque Nacional del Timanfaya, que “se ve afectado por esta situación dado que el consumo que realizan en el centro de visitantes no es satisfecho con el volumen de agua que se les entrega” y en varias ocasiones “han presentado escritos advirtiendo que van a proceder al cierre del Parque por la falta de agua y los riesgos sanitarios que conlleva”.

Preocupación

En abril de 2023 se trasladó otra carta al Consorcio dibujando una situación parecida en la que se afirmaba la “máxima preocupación por el estado de las infraestructuras hidráulicas del ciclo integral del agua”.

En ese escrito, Canal reconocía que la mala situación de Inalsa, antes de que ellos llegaran, se había visto agravada en los cuatro años que duró la administración concursal ya que “no se acometieron las inversiones y mejoras tan necesarias para el funcionamiento del servicio”. También decían que a pesar de que ofrecieron 54,4 millones de euros en inversiones, ese importe “estaba muy distante de las necesidades reales de inversión que habría que acometer para mejorar cada una de las instalaciones”.

Además de las carencias anteriores, también nombran falta de inversiones en la mayoría de las estaciones de bombeo y en los 400 kilómetros de la red de alcantarillado, mientras que en depuración sólo se realizó una mejora parcial en una de las ocho depuradoras. “No hubo actuaciones ni en la red de distribución, ni en los depósitos ni en las estaciones de bombeo de la red de agua reutilizada”. Afirmaban que desde 2018 el Consorcio solo ha hecho una obra “significativa”, que es la renovación de la Línea de transporte Norte I, que lleva cinco años ejecutándose. 

Un operario comprueba el estado de la red. 

Proyectos

El Consorcio anunció hace tres años que había cuatro proyectos en tramitación: la mejora de las redes de la periferia del oeste de Arrecife por 4,8 millones; la recuperación del depósito de Tinajo y la mejora del abastecimiento de Mancha Blanca por 1,1 millones; la primera fase de la renovación de la red de San Bartolomé, también por 1,1 millones y la renovación de la tubería entre Zonzamas y Puerto del Carmen por 3,6 millones. No se han culminado. En el anterior mandato se adjudicó la ampliación de las estaciones depuradoras de Arrecife y Tías por 37,5 millones.

Posteriormente, de los 90 millones de euros que anunció en agosto de 2024 el presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort, de momento solo se ha invertido en las dos desaladoras móviles que estaban en La Palma  y se acaba de firmar un contrato con tres empresas para la renovación y mejora de las redes por cinco millones. El resto está en proyecto o en licitación, como la depuradora de La Santa y el saneamiento de El Golfo o una nueva tubería que se acaba de anunciar para la zona centro por seis millones, en fase inicial. Desde el anuncio de ese Plan de urgencia hasta la declaración de la emergencia hídrica pasaron 15 meses.

Cambios

“Durante estos años, con el paso del tiempo, las instalaciones han ido envejeciendo, los equipos van quedando obsoletos, incluso hay cambios tecnológicos. A su vez la población residente ha crecido, el número de agricultores aumenta, al igual que los turistas, y no se puede pretender dar respuesta a estas demandas con las mismas instalaciones, que llevan años mostrando que es necesario renovarlas para atender las necesidades de los ciudadanos”, dice Canal en ese informe de 2023.

Apenas se ha renovado un 13% de las tuberías y en seis años se registraron 60.000 roturas

Según señala Canal, “el Consorcio del Agua dispone de capacidad financiera para afrontar las obras solicitadas” y cita más de ocho millones de fondos europeos Fdcan desde el año 2016. “Incomprensiblemente, no se ejecutó ninguna obra”, añade.

Canal dice que ha querido colaborar con el Consorcio mediante cinco modelos diferentes. El primero sería la elaboración de proyectos por parte de la empresa madrileña, hasta 10 en total, y el segundo con la asignación de obras a Canal Gestión compensando los importes de las obras con los cánones que tiene que pagar al Consorcio. También cita una fórmula que llama Ayuntamiento-Consorcio-Canal Gestión, que dice que la incumplió el Consorcio y ha acabado en los tribunales, el Plan de recuperación, transformación y resiliencia (PERTE) de digitalización del ciclo del agua, del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, que podría transformar el sistema de gestión con la incorporación de contadores inteligentes y, finalmente los Fondos Next-Generation, en los que el Gobierno de Canarias publicó una convocatoria para financiar mejoras en redes de alcantarillado y depuración y otra subvención para el Plan de mejora del abastecimiento y reducción de pérdidas, que ascendía a 5,7 millones y a la que el Consorcio no se presentó.

Queja

“En los últimos cinco años, donde no se ha puesto en servicio ni una sola obra nueva, esto ha provocado que las instalaciones que gestionamos no sean capaces de responder a las demandas de la población. Canal Gestión Lanzarote ha solicitado al Consorcio del Agua la ejecución de más de 100 obras, muchas de ellas reiteradas en varias ocasiones, se ha tratado este tema en muchas reuniones, incluso en la Comisión de Seguimiento y Control. Se han elaborado informes, memorias, el propio Plan Director, sin embargo ninguna petición ha llegado a materializarse”, se queja la empresa madrileña.

La empresa afirma que Timanfaya ha advertido de que puede cerrar por falta de agua

“El Consorcio del Agua ha obviado todas nuestras advertencias. La pasividad e inacción durante tantos años ha propiciado la decadencia del sistema. Será inevitable que acontezcan consecuencias no deseables para la población, al poner en grave riesgo el suministro de agua potable para consumo humano y de agua para riego agrícola. Somos conscientes que el Consorcio del Agua es el propietario de las instalaciones y toma sus decisiones en función de sus intereses, hecho que respetamos, pero que no compartimos en absoluto. Canal Gestión Lanzarote no se responsabiliza de las consecuencias derivadas de desdeñar continuamente todas nuestras propuestas, que nos impide prestar el servicio de calidad que el ciudadano merece”, concluye.