ENTREVISTA

“Toda persona debería gozar de la libertad de definirse como mejor considere”

Macarena Nieves Cáceres, artista multidisciplinar

Zebensuí Rodríguez 2 COMENTARIOS 03/12/2022 - 09:33

Macarena Nieves Cáceres nació en Lanzarote, y, aunque trabaja en Gran Canaria –atendiendo a mujeres en proceso de violencia de género–, sigue frecuentando la isla de su infancia y juventud para ver cómo esta “se queda/callada, arrebujada/adentro y no queda quieta”. Su obra –poética, fotográfica y visual– tampoco ha abandonado la isla, sino que se nutre de ella. Es más, podría llegar a decirse que Lanzarote se hace a sí misma con la conjunción de sus palabras e imágenes, como si el territorio fuese antes verbo que lava. Su último libro, Aquellas de la lluvia, publicado por Ediciones Remotas, se presenta el 14 de diciembre, a las 20.00 horas, en la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz.

-El Diccionario de Artistas del CAAM te incluye en sus páginas como creadora de poesía visual, acción fotográfica, escritora, editora y artista visual vinculada a la performance. Ahora bien, ¿no es la poesía una constante en todos tus trabajos?

-Sí, creo que podría verse así, que la poesía es la base de todo el trabajo que desarrollo a nivel de creación; de hecho, no es casual que algunos títulos de mis poemas se conviertan luego en piezas artísticas y/o viceversa, o que en una obra visual dialoguen, conjuntamente, la imagen y la palabra. Digamos que es la incógnita poética la que fundamenta mi manera de considerar el mundo. Es más, no imagino ningún proceso de creación sin la consistencia del “hueso poético” para poder guarecer, adecuadamente, cualquier disciplina artística.

-En breve verá la luz un nuevo poemario tuyo, ‘Aquellar de la lluvia’, con Ediciones Remotas. ¿Hay algo de diferente entre la poeta de este libro y la Macarena de ‘Me declaro difunta’, tu opera prima de 2002?

-Hay la friolera distancia de 20 años de diferencia, los que empiezan a parecer muchos años pero, por otro lado, me consuela verme aún en la brecha de la escritura. Esto, entonces, vendría a confirmar la teoría de que la poesía es lo que me sujeta al mundo. Me declaro difunta fue el libro que yo necesité, en su día, para nombrarme poeta. Un libro, por otra parte, que todavía da pistas del planteamiento literarioestético en el que sigo desenvolviéndome: la corporalidad del territorio, el origen, y/o lo socialhumano de la existencia, con todos sus afectos y desafectos, entre otras distintas apreciaciones que a mí, por ser parte implicada en la causa, se me escapan. De ahí la importancia de que te lean y el compartir criterios al respecto. Al fin y al cabo, si no hay profesionales del sector que nutran tu empeño y apuesten por alentar tu trabajo una no termina de verse como tal. Con Aquellar de la lluvia es otro el planteamiento, no es tu primer libro y ya no hay tanto “miedo escénico”, por lo que lo vives como una nueva etapa que queda recogida dentro de este título y en el cual, como dice el prólogo del escritor Ángel Sánchez, admirado maestro y amigo, “es la lluvia y su aquellar en la vida humana el fenómeno natural que hace de catalizador temático en esta lírica.” Una vez más me veo en juego con las palabras y sin renunciar a corporizar la naturaleza, como fuente originaria imprescindible para el desarrollo de la vida y, por tanto, de la creación. Por otro lado, estoy muy contenta de estrenar esta nueva colección de Ediciones Remotas, dedicada a la poesía. Con muchas ganas de que la misma se vaya incrementando y que sea Lanzarote la catapulta de estos distintos lenguajes poéticos.

-Por cierto, antes te denominé poeta. ¿Me equivoco si pienso que prefieres esa denominación a la de poetisa?

-Pues no, ha sido una apreciación certera. Prefiero la palabra poeta a la de poetisa, aún estando de acuerdo con la importancia del lenguaje inclusivo en nuestra sociedad. Poetisa me parece un concepto forzado por un sistema que no concibe el que las mujeres puedan desarrollar un pensamiento poético propio, sino “otra cosa”, como un artificio carente de subjetividad. Un término decimonónico e innecesario que podríamos solventar en cuestión de artículos: la poeta y/o el poeta, independientemente de quien quiera denominarse de un lado u otro, u otros... En el fondo toda persona debería gozar de la libertad de definirse como mejor considere, sin preocuparse tanto por la denominación que se le asigne como por escribir de la mejor de las maneras. Pero está claro que el lugar, o no lugar, desde dónde una habla siempre va a condicionar lo que decimos y que, cada vez más, ese posicionamiento conforma un momento relevante para el logro de una sociedad más igualitaria.

“La poesía es la base de todo el trabajo que desarrollo a nivel de creación”

 -Es evidente que el feminismo es una constante en tu obra, pero también lo es, al menos en muchos casos, Lanzarote. ¿Sigue la Isla careciendo de una “mitología conductora”, como dijo Agustín Espinosa? ¿O tu lugar como escritora es el de explorar nuevas aristas de ese “mundo poético” que es la isla en sí?

-En la terminología isla confluye el mito por excelencia y por lo tanto, como todo buen mito, se vuelve inabarcable e infinito al igual que transmutable. Que Lanzarote encauce mi imaginario poético, como la Isla por antonomasia, quizá no tenga mayor apreciación que la de haber nacido en ella y haber tenido una primera infancia nómada ya que, por motivos de trabajo, mi familia se desplazó, algunos años, del sur de la isla al norte; lo que entonces llamábamos “la Vuelta abajo y la Vuelta arriba”. Y entre ese “ajetreo” de traslados, el cual me agasaja con un mayor conocimiento del territorio, y el haber desarrollado mi vida adulta fuera de Lanzarote, creo que es lo que activa, sobremanera, mi figuración insular. No creo que se trate tanto de desnudarse del “tipismo”, ni de inventar una Lanzarote nueva que escape al encorsetamiento de la propia realidad, según alentaba Espinosa, como de engrandecer el mito a través del vínculo afectivo.

-Hasta junio de este año pudimos ver en el CIC El Almacén tu exposición ‘Detonaciones identitarias’. En ella, parecía como si intentaras metaforizar la falta de identidad de la persona actual con respecto a sus orígenes antropológicos. ¿Tanto nos hemos alejado de nuestros orígenes?

-Pues sí, parece que ya no mantenemos una conexión directa con nuestro pasado que no sea la antropológica y/o arqueológica, desde un punto de vista historicista. Pero también cabe la lectura de “desaparecer en su propia huella”, según sentencia la escritora Menchu Gutiérrez sobre el sueño de la poesía. De hecho esa instalación formó parte, anteriormente, de un proyecto denominado Corpus de Ausencia y tiene mucho que ver, como bien dices, con el origen, no solo de la procedencia de mi entorno familiar, (que tanto mis abuelas y abuelos fueron personas vinculadas al pastoreo y a la mar), sino también con un pasado prehispánico respecto a nuestros ancestros más primitivos, de acuerdo a una sociedad anterior a la nuestra. Descontextualizar un elemento cotidiano, como es el zurrón, ya casi en desuso, y desubicarlo de su función habitual también puede hablarnos de restos o símbolos de los orígenes de la humanidad, en general, a través de exponer la piel curtida de unos zurrones como metáfora.

 

“Mi curiosidad por el feminismo viene antes de trabajar en casos de violencia”

-En diciembre inauguras una nueva exposición en Sevilla. Ya que nos queda un poco lejos, cuéntanos: ¿qué nos perdemos?

-Sí, en la Galería Weber-Lutgen, en Sevilla, la exposición denominada Cartografías de lo sagrado, donde presento tanto obras fotográficas, como dos video-acciones y una instalación que recoge, precisamente, una frase que siempre ha rondado, con sentido del humor, entre los recuerdos familiares, dicha por mi bisabuelo Julián, padre de mi abuelo materno, quien al parecer fue a comprar incienso y, al olvidar el nombre de lo que iba a buscar, pidió: eso que va, que viene, que huele y que jiede... Alguna vez he comentado que de esta “disfunción” lingüística debe proceder mi vocación literaria, por tener una memoria muy frágil y porque me parece una forma muy particular de jugar con las palabras en pro de alcanzar un concepto. La contextualización que le doy a esta pieza, una vez más, dentro de esta propuesta expositiva, es la de ver reflejada en ella a la propia humanidad. Las distintas frases como puntos cardinales para una referencia orientativa.

-Permíteme una pregunta para acabar. Tú trabajas en el 112 atendiendo a mujeres víctimas de violencia de género. Yo no quiero entrar ahora a discutir sobre la vieja y poco satisfactoria dicotomía entre el arte por el arte frente al arte comprometido, pero... ¿tiene algo que ver esa militancia feminista de tu obra con tus vivencias al otro lado del teléfono?

-Mi curiosidad por el feminismo viene mucho antes de estar en una central de emergencias, en la atención a mujeres con procesos de violencia de género. Surge ya desde mi educación de Secundaria, estando aún en el instituto, pero digamos que mi mayor interés se desarrolla estando en la universidad y claro, con el tiempo, terminas trabajando en aquello en lo que te has formado, con suerte… tal como están ahora las cosas en cuanto al empleo. Pero sí, ahí desarrollo buena parte de mi trabajo profesional e, indudablemente, ese trabajo cala también tanto en mi profesión artística como en mi propia vida.

Comentarios

Eso pasa desde que la humanidad existe, uno puede considerarse como le salga del orto, otra cosa es obligar al resto a considerarlo contra natura.
Te puedes considerar lo que quieras, pero cuando tengas un problema sólo podrás elegir ua de estas dos cosas... Urólogo o ginecólogo... Resultado: chorradas

Añadir nuevo comentario