SANTIAGO ALEMÁN, PINTOR Y DOCENTE

“Se ha creado la idea de que uno no debe ser muy libre, ni desmadrarse, ni criticar mucho”

M.J. Tabar 4 COMENTARIOS 11/09/2014 - 07:42

Después de 38 años trabajando como profesor en la Escuela Pancho Lasso, el pintor Santiago Alemán (Arrecife, 1952) se indigna con pasión efervescente y argumentada: “La administración es como un elefante grandísimo, que ni siente ni padece; por mucho que diga, le importa un carajo la educación”. Más de la mitad del patrimonio que dibujó en sus fundamentales 'Tesoros de la isla' está derruido.

- ¿Cómo se encuentra y en qué proyecto está trabajando?

- La salud parece que me ha vuelto un poco la esquina, pero me encuentro bien. He retomado un proyecto de hace años: la elaboración de un libro sobre arquitectura indigenista, etnográfica y tradicional. Estoy concentrado en el archipiélago canario, estudiando elementos de molienda, norias para extraer agua, viviendas, etc. La idea es demostrar a través del dibujo lo respetuosas que eran aquellas personas con el medio. Es curioso cómo siendo gente sin conocimientos técnicos dotaban a su hábitat de un encanto y de una personalidad muy propia. Liberado el individuo de prejuicios y normas urbanísticas, es consciente de lo que tiene a su alrededor y lo respeta, porque en ello le va su futuro. Esto se manifiesta en los distintos continentes del planeta y para mí es una idea apasionante: ya tengo más de 400 dibujos.

- La mitad del patrimonio que recogió en ‘Tesoros de la isla’ está derruido o en peor estado de conservación. El patrimonio arquitectónico se pierde, también el paisaje agrario, ¿en qué estado está la cultura?

- Cuando llegó el boom turístico y el de la construcción, había que llenar de cuadros las paredes de los apartamentos y los jardines de los hoteles. Parecía que había un movimiento artístico que incluso atrajo aquí a gente de fuera. Cuando aquello empezó a fallar, se acabó todo. En 1993, la isla se declaró Reserva de la Biosfera y toda la información que se podía obtener sobre el título -concedido por la Unesco, que lucha a nivel mundial por la cultura, la educación y la investigación-, sólo podía conseguirse en Centros Turísticos, en recepciones o en un ‘rent a car'. No llegaba a los escolares ni por asomo. Debería ser una asignatura para cursar, pero se ha quedado en un imagotipo para las guaguas. Todo esto demuestra que la cultura, entendida como los hábitos propios que nos permitan mejorar y ser más libres, brilla por su ausencia.

- Dice usted que tenemos miedo a la libertad.

- Sí. No sé si es con mala idea o por penuria económica, pero no se apoya la investigación, ni la cultura, ni el arte, ni todos los aspectos que dotan al individuo de conocimientos para que pueda ser libre. Evidentemente se ha ido creando la idea de que uno no debe desmadrarse, ni ser muy libre, ni criticar mucho. Y tienen la caradura de subir las matrículas de la universidad, cuando tras cinco o diez años estudiando te vas a la calle, sin posibilidad de empleo. Ha habido muchas campañas intentando desprestigiar al profesorado y la gente no es consciente de lo caro que sería no tener educación ni cultura. Golfos, gandules, maleantes y arribistas hay en todas las profesiones, pero no se reconoce el trabajo de muchos héroes que han estado dando clase en almacenes. No he visto medallas Viera y Clavijo para ellos.

- ¿Qué es el pesebrismo cultural?

- Cuando los artistas entran en el juego del consumismo y quieren, por encima de todo, mantener un cierto nivel de popularidad y de trabajo con galerías ligadas a las inmobiliarias turísticas, al poder empresarial. Cuando hay que adaptarse a eso y pintar lo que sea. Este ha sido uno de los grandes males. Otro: los Centros de Arte, Cultura y Turismo, que son Centros de Turismo. El único que intenta aproximarse es el Castillo de San José y es un cementerio. No imagino que en Ávila adosen un restaurante a sus murallas. Cuando existe un desprecio total por la historia y las raíces, y lo único que interesa es el aspecto productivo, se pierden todos los valores. Una de las condiciones que puse en el proyecto 'Tesoros de la isla' fue la obligatoriedad de distribuirlo en los colegios. No se cumplió. Otra cosa: ¿qué pasa con los centros socioculturales? Aparte de una mesa para jugar a la baraja, ¿qué otra actividad hacen? Las bibliotecas están vacías y no contratan a profesionales para que programen actividades.

- Hay muchas infraestructuras cerradas o deficientes, pero el verdadero problema parece ser la falta de proyecto cultural, de recursos humanos, de contenidos...

- Por supuesto. En 2005, nos reunimos gente del mundo de la cultura y decidimos llegar a unos acuerdos para hacer propuestas a la clase política. Pero en el momento que intentas proponerle algo lógico (coordinación entre los distintos agentes culturales, una cultura que conecte con la tradición y tenga proyección al futuro) la respuesta es negativa. La Fundación César Manrique, que yo veo como un establecimiento comercial, no quiso participar. Nos dijeron que tenían su propia línea de trabajo. Puede ser que crean que tienen la exclusividad de la cultura, porque sus líneas de trabajo son ampulosas y exclusivas. A pesar de todo, se presentó un decálogo y la primera reacción de los políticos fue ponerse a la defensiva. Pensaron que íbamos en su contra. No es así: queremos que los cimientos de la sociedad, los niños, puedan tener unos hábitos de creatividad, respeto y cariño por la calle de su barrio, por su historia; que existan unos compromisos serios entre las corporaciones y los centros educativos.

“En lugar de tanto asesor sin idea, en los departamentos de cultura deberían trabajar individuos con formación”

- “A pesar de las instituciones, hay mucha gente haciendo cosas en Lanzarote”. Lo comentaba hace poco una pintora establecida en Teguise. ¿Lo ve así?

- Efectivamente, hay iniciativas personales que intentan sustentar valores que deberían estar totalmente respaldados por las instituciones; gente agrupada, artesanos, pintores y gran abundancia de jóvenes grupos musicales. ¿Pero qué no se hace? Un consejo insular de la cultura, algo que obligue a todas los instituciones a cumplir objetivos y compromisos.

- ¿Falta profesionalización en los departamentos de cultura de las administraciones?

- Por supuesto. En lugar de tanto asesor que no tiene ni idea, en los departamentos deberían trabajar individuos con conocimiento y formación.

- ¿Suele ir a exposiciones o a otras actividades culturales?

- A alguna exposición de pintura o fotografía, pero cada vez menos. Me quedé muy desencantado cuando formamos aquel colectivo en 2005: sacamos propuestas, incluso recogimos firmas y salimos en manifestación; pero a la segunda reunión, ya no había respaldo, a la gente le importaba un pimiento. Esa apatía ante estas cosas tendría que hacer reflexionar a los dirigentes de que algo se está haciendo mal.

Comentarios

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Un buen profesor, tengo buenos recuerdos de sus explicaciones.
Muy bien dicho. Creo que hay que aportar soluciones como las que sugiere Santiago.
Estimado Maestro, es un placer leer sus comentarios que demuestran que usted "NO TIENE PELOS EN LA LENGUA", además que evidencian la realidad del sector cultural en la isla; de igual manera es necesaria una estructuración educativa y social que promueva el desarrollo de proyectos vinculados al territorio, en esta nueva realidad intercultural presente en Canarias. Un fuerte abrazo. ARMANDO RUIZ YEPES

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