ENTREVISTA

“Para perseguir a los delincuentes informáticos hay que ser muy rápidos”

Joaquín Bobillo Martínez, fiscal especialista en criminalidad informática de Lanzarote y Fuerteventura

El fiscal impartió el curso de extensión universitaria ‘Delitos informáticos y Seguridad en Internet’ en la Uned de Lanzarote, junto con Moisés Vilches Rubio (agente de la Guardia Civil de Costa Teguise, especialista en delitos telemáticos). Foto: Manolo
M. Riveiro 0 COMENTARIOS 11/03/2019 - 05:42

La Fiscalía resalta en su última memoria “la extraordinaria incidencia que los avances tecnológicos están teniendo en el ámbito de la delincuencia”. En la provincia de Las Palmas se inician más de 400 procedimientos judiciales al año. El fiscal Joaquín Bobillo Martínez forma parte de la sección de criminalidad informática y se ocupa de este tipo de delitos en las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Anima a las víctimas a que denuncien: “No es una tarea perdida”.

-Con las nuevas tecnologías, buena parte de nuestro tiempo lo pasamos en un espacio virtual, a través de una pantalla de ordenador o de un teléfono móvil. Ese espacio virtual también está siendo un escenario delictivo. ¿Cómo se puede perseguir a los delincuentes informáticos?

-Hay que ser muy rápidos a la hora de perseguir estos delincuentes virtuales porque las pruebas que podamos obtener también pueden desaparecer muy rápido. Tenemos las pautas y los medios necesarios para perseguir estos delitos. En esta clase de delitos es muy importante que los perjudicados o víctimas se animen a denunciar, aportando en tales denuncias el mayor número de datos posibles de que dispongan para que la persecución de los delitos llegue a sus últimos términos; pudiendo presentar las denuncias directamente en el Juzgado de Guardia, Fiscalía o, como es habitual, a través de las miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

-La Fiscalía tiene asignado a un fiscal especializado en criminalidad informática para Lanzarote y Fuerteventura. ¿Cuáles son los casos más habituales a los que se enfrenta?

-Los casos más habituales en criminalidad informática son con diferencia las estafas informáticas. También observamos con mayor frecuencia, por desgracia, supuestos de pornografía infantil y casos de grooming. En este último delito, una persona mayor de edad contacta a través de internet, teléfono o de las tecnologías de la información y comunicación con un menor de 16 años con la finalidad de que le facilite material pornográfico o le muestre imágenes pornográficas en las que se represente o aparezca un menor, o en el peor de los casos, organizar un encuentro donde establecer contacto físico con el menor.

-¿Se pueden prevenir de algún modo?

-Creo que es bueno concienciar a la sociedad. Es muy importante la labor educativa de los profesores y de los padres. Las nuevas tecnologías no se les pueden prohibir a los menores, porque son una realidad, pero sí se les tiene que prevenir. No se trata de asustar, pero sí dar pautas para utilizar con cabeza las nuevas tecnologías. En muchas ocasiones, en las redes sociales se acepta a personas sin ser conscientes de quién está detrás. El pedófilo utiliza imágenes de otras personas para hacerse pasar un menor y provocar el engaño.

-¿Está el Código Penal adaptado plenamente a los delitos informáticos?

-Creo que nuestro Código Penal está adaptado a los delitos informáticos. Muchos de estos delitos han sido modificados como consecuencia de la transposición de Directivas Comunitarias y se ha legislado de manera muy fina. ¿Puede haber mejoras? Sin lugar a dudas. Tenemos que saber que en esta clase de delitos los medios para cometerlos cambian o evolucionan con mucha rapidez (por ejemplo, daños o ataques a programas o sistemas informáticos) y es muy difícil legislar al mismo tiempo o con la misma celeridad con que evolucionan las nuevas tecnologías.

“Lo más importante es que los perjudicados por estos delitos denuncien cuanto antes”

-Las estafas informáticas son cada vez más comunes y suelen salir a relucir cuando hay denuncias, por ejemplo, de engaños en el alquiler de viviendas, al aprovecharse de la buena fe o de la necesidad de las personas. ¿Cómo se pueden perseguir estos delitos?

-Lo más importante es que los perjudicados por esta clase de delitos denuncien cuanto antes y que aporten en sus correspondientes denuncias el mayor número de datos posibles; que no tarden en denunciar estos hechos varias semanas o varios meses.

-¿Existen dificultades para perseguir las estafas informáticas en las que el estafador virtual puede estar situado fuera del país?

-Aunque el estafador no esté en España se le puede perseguir. Lo más importante es tener un rastro, y ese rastro lo puede dar la víctima. Cuanto más concreta es la víctima a la hora de denunciar, más beneficios vamos a obtener de cara a la agilidad de la investigación. Por ejemplo, si la víctima ha sufrido una serie de cobros y denuncia que le han estafado, es preciso que aporte los máximos detalles: de la cuenta corriente, de las tarjetas, del concepto o beneficiario de la operación, de los importes de los cargos... Parece una tontería, pero no lo es porque obviamente cuanto más rápido eres antes se pueden conseguir los datos necesarios para identificar al supuesto autor de la estafa.

-¿Cuál es el perfil del delincuente informático?

-No hay un patrón único. Te puedes encontrar perfiles que llaman la atención: muchas personas que no tienen antecedentes penales, que tienen estudios y que cometen delitos informáticos para conseguir más dinero o para otros fines mucho peores. No es el delincuente al que estamos acostumbrados. A diferencia de otros delitos, como el del tráfico de drogas, donde hay un patrón más definido, de gente sin recursos que utiliza esa última vía de escape, aquí nos encontramos con casos de gente nada desestructurada socialmente, muchos de ellos con carrera universitaria y con buenos puestos de trabajo.

Más claves

Las penas. Las estafas informáticas están penadas con un máximo de tres años de prisión, sin perjuicio de que haya estafas agravadas en las que la pena se puede disparar hasta los seis años. Los delitos de pornografía infantil tienen un tipo básico, castigado con hasta cinco años de prisión y un tipo agravado de hasta nueve años de prisión.

Internet. La Red se ha convertido en un ecosistema propicio para proferir injurias, calumnias y atentar contra la imagen de las personas. También para propagar falsedades. Un terreno en el que el derecho al honor “colinda” con la libertad de expresión. El fiscal Bobillo Martínez subraya que, aunque las expresiones que pueden dañar el honor o la intimidad de las personas a las que se hace referencia no sean constitutivas de delito, eso “no significa que no haya nada que hacer, porque siempre queda la vía civil”. “No nos podemos olvidar de eso”, señala. “Parece que como no son delito está todo perdido y no es así”.

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