ENTREVISTA

“Nuestro proyecto de residencia artística cuenta con las ventajas de ser un hotel y estar en Lanzarote”

Ana Piñel, responsable de la sala de arte y del proyecto de residencias artísticas del complejo Nautilus Lanzarote

Lourdes Bermejo 0 COMENTARIOS 01/12/2019 - 08:03

La familia Piñel, propietaria del hotel Nautilus Lanzarote y coleccionista de arte contemporáneo, ha terminado convirtiendo su pasión en una actividad de mecenazgo de primera línea en el circuito internacional. El complejo acaba de abrir una sala de exposiciones con programación anual y cada vez asume más peso en el apoyo a creadores jóvenes y consolidados, en su proyecto de residencia artística que cumple 15 años.

–¿Por qué eligieron la obra de Barbara Stammel para inaugurar la nueva sala de exposiciones en la planta sótano de Nautilus?

-Aunque esta no es, ni mucho menos, la primera exposición que hacemos, sí lo es en este espacio transformado. A Barbara la conocemos desde hace tiempo, ya que nos ha visitado en numerosas ocasiones y contamos con obra suya porque nos gusta mucho su trabajo. Yo diría, además, que le tenemos especial cariño, así que nos hacía ilusión empezar esta nueva etapa con ella. La idea, a priori, es dedicar esta sala perfectamente acondicionada a exposiciones de un único artista y de, más o menos, un año de duración. Hemos pensado ya en varios nombres, en un plazo de dos años, entre quienes han estado aquí en la residencia. Después, se verá por qué criterio nos decantamos, pero seguro que serán artistas que nos ilusiona que expongan aquí.

-Nautilus mantiene su programa de residencias desde hace 15 años, lo que ha hecho posible la llegada a Lanzarote de 70 artistas de 20 nacionalidades diferentes, todo ello con financiación exclusivamente privada. ¿En qué momento un hotel decide invertir en arte?

-Lo cierto es que surgió de manera natural, pero la iniciativa se ha ido transformando, cambiando, creciendo. Pertenecemos a la red de programas de residencias artísticas ResArtis, que representa los intereses de más de 600 centros, organizaciones y profesionales en más de 70 países en todo el mundo. Y cada vez nos llegan más solicitudes, mejores candidaturas, aunque, como digo, no ha sido algo premeditado. Debo admitir, sin embargo, que tener un hotel, como es nuestro caso, da muchísimas facilidades. Te puedes permitir el lujo de invitar a un artista y correr con todos los gastos. Además, está la implicación absoluta de la directora de Nautilus, Leda Giordano, que acogió la idea con mucho cariño desde el principio. Los tres primeros años, los artistas se alojaban en uno de los apartamentos, pero aprovechamos la residencia que hizo el pintor y arquitecto Alejandro Velasco para proponer que proyectara un apartamento especial para artistas, con más ventanas, un espacio de trabajo más amplio, que finalmente se convirtió en un estudio, aunque sencillo, bien acondicionado, con luz exterior.

-Habla de la naturalidad con la que se ha armado este proyecto, pero seguramente mantenerlo y llevarlo adelante supone un esfuerzo extra, ya que ustedes son hoteleros. Y las cifras son exponenciales. Se ha pasado de 47 peticiones en 2018 a 108 en 2019.

-Bueno, es verdad, hay un gran esfuerzo detrás. Y desde que estoy implicada personalmente con la residencia sé el tiempo que conlleva. Lo que voy a decir va a quedar fatal, pero es que tratamos muy bien a los artistas. Nadie se ha ido descontento de aquí. Quieras o no, la presencia de artistas involucra también a la cocina, la recepción y a mí misma, que soy la interlocutora, bien personalmente o, si no me encuentro en la Isla, a través de mail o por teléfono. La verdad es que es un concepto poco habitual en un hotel. Hay establecimientos que han adquirido colecciones para decorar las dependencias, pero no llegan a tener programas como residencias o mecenazgo, como Nautilus. Y, luego, está el hecho de estar radicados físicamente en Lanzarote, que es ya un plus por sí solo. Suena muy bien decir “me voy un mes a Lanzarote a una residencia artística”, además en un espacio tan cómodo y con un equipo que facilita cualquier necesidad, ya sea comida o un tipo de pincel. Hay que tener en cuenta que en otros lugares hay que pagar o compartir espacio en albergues... Aquí están a pensión completa y sin distracciones. Veo a muchos artistas que pasan tres días situándose, visitando la Isla, pero a mitad de estancia se han transformado, se han centrado totalmente en su actividad porque son apasionados del arte y normalmente no viven de su trabajo. Esa es una satisfacción enorme para nosotros.

-¿Cree que la importancia de las candidaturas que les llegan se debe un poco al boca a boca?

-Estoy segura, porque tampoco es que hagamos publicidad de la residencia. Nuestro negocio es el hotel, que es del que facturamos aunque, claro, tenemos perfiles en las redes y una web con la actividad artística. Sin embargo, vamos a más. Suelo apuntar en cada candidatura que nos llega la vía por la que se ha accedido a nuestra información y en un altísimo porcentaje ha sido por comentarios de alguien del circuito.

“Cada vez nos llegan propuestas más interesantes. El próximo año vendrán Sarah Fox, Juan Zamora o Kepa Garraza”

-¿Puede adelantarnos los nombres de los seleccionados para la residencia en 2020?

-He de decir que cada vez hay propuestas más interesantes. Vendrá Sarah Fox (Texas, Estados Unidos), una pintora que va a hacer un proyecto que nos gusta mucho. Ella ha sabido de la existencia del cangrejo ciego de Los Jameos y resulta que en Texas hay una salamandra ciega, así que plantea un trabajo, probablemente de dibujos animados, dentro de su estilo, que es muy onírico, estableciendo algún tipo de relación entre los dos animales. Otro de los artistas seleccionados es Juan Zamora, que va a tripitir. Es de nacionalidad española y ha sido becado en la Academia de España en Roma. Y también hemos cerrado residencia con Kepa Garraza, que cuenta con más de cien exposiciones internacionales y nos ha llegado a través del curador de arte Adonay Bemúdez, que, por cierto, nos ha abierto canales muy interesantes en otras facetas del arte.

-Por ejemplo, su participación en la próxima edición de JustMad, la feria internacional de arte emergente de Madrid.

-Hace años que colaboramos con la galería Lumbreras de Bilbao, que lleva a cabo el proyecto Joven llama a joven, para apoyar a nuevos talentos y ayudar a atraerlos al mundo de las galerías de arte, de manera que recibimos aquí a dos artistas seleccionados por esa galería cada año. Cuando Adonay nos sugirió esta colaboración con JustMad, ¿cómo íbamos a decir que no? De hecho, no es algo que nos descoloque porque ya estamos invitando a artistas y esta feria supone una nueva vía de captación. Estamos encantados y nos gusta abrirnos a otras posibilidades. Nuestra colaboración será patrocinar el Premio Beca de Residencia Artística en la décima edición de JustMad, lo que seguramente nos ayudará a posicionarnos, dará visibilidad al programa de residencias y llegará a nuevos artistas.

-La presencia de mujeres en su programación es cada vez mayor. ¿Es esto casualidad o percibe un cambio en un sector tradicionalmente masculino?

-Diría que hay una tendencia de cambio. De hecho este año solo hemos tenido dos hombres en la residencia. Cada artista que llega es de su padre y de su madre, creativamente hablando, aunque al final son gente muy normal, lejos de la idea mitificada que se tiene del artista, pero, en el caso de las mujeres, es verdad que hay un matiz feminista, reivindicativo, ya sea en el tipo de obra que hacen, el tipo de proyectos que proponen... Y luego, estoy pensando en artistas hombres que han venido con sus hijos. Me viene alguno a la cabeza porque al final son muchos artistas, pero, por ejemplo, Sarah Fox tendrá que traer a su bebé, viene también con su marido o su madre, en un pack, y es bienvenida por supuesto porque, si no das facilidades... Sin embargo, ningún hombre ha venido con un bebé.

-¿Cuál es el perfil de residente? Como mecenas, ¿se centran en artistas emergentes o les interesan los ya consolidados?

-En estos años hemos pasado por diferentes momentos y fases. Ha habido un cambio en la edad del artista que se nos dirige. Ahora es un poquito más joven que hace cinco o diez años. Sin embargo, no es un criterio que usemos a la hora de seleccionar. No nos mueve el curriculum, solo que nos guste la obra. Por ejemplo, el próximo año viene un chico chino de 23 años, que acaba de terminar la carrera de Bellas Artes, porque tenemos la sensación de que tiene un potencial enorme. Por otra parte, también viene gente que lleva en el mundo del arte 20 o 25 años. Nos gusta esa mezcla, algo que propicia también la red ResArtis, que da acceso a gente de fuera de India o de Japón, de México o Argentina.

-¿Cuál es el impacto de la Isla en los artistas residentes?

-Resulta muy curioso que todos sepan a dónde vienen, que se hayan molestado en documentarse sobre Lanzarote y que algunos la elijan expresamente por sus paisajes. Todos quedan fascinados por la Isla, quizá por la sensibilidad del artista ante estos paisajes extremos, esta luz tan fuerte, la famosa energía, que muchos mencionan. Aunque cada uno la percibe de forma distinta, sí es común en todos esta especie de emoción estética trascendente.

Añadir nuevo comentario