CULTURA

“No hay solidaridad, tolerancia ni ecologismo, solo modas”

Dévora Ventura, escritora y productora teatral, presenta en Tías ‘Palabras de Mujer’, que define como “una bofetada a la sociedad e inspirada en personajes reales”

Dévora Ventura customizada como Amelia Books, un personaje “misterioso e inaccesible” que recomienda libros en el perfil de Instagram @devora _ventura. Tocado de Azu Vilas.
L.B.D. 0 COMENTARIOS 22/11/2019 - 07:22

Los textos que componen la obra Palabras de mujer estaban destinados poco menos que “a vivir guardados en una gaveta y quizá publicarlos algún día”, pero el teatro se cruzó en el destino de Dévora Ventura y sus soliloquios se hicieron voz y tomaron cuerpo en un escenario.

“Hace dos años, por consejo de Germán Barrios (actor y director de Actúa), se me ocurrió llevarlos a escena, donde realmente crecieron y se convirtieron en los personajes que yo había imaginado, aunque multiplicados por cien, gracias a la emotividad actoral, algo de lo que, lógicamente, carece lo que hay escrito sobre un papel.

Sobre el escenario, se han ido perfeccionando por el trabajo de las actrices y el actor que los interpretan y, sobre todo, por la dirección, a cargo de Valery Tellechea, una profesional que ha resultado idónea para trasladar a la función lo que yo había ideado, ya que, si la dirección se aleja de la línea que sigue el autor, la obra termina distorsionándose”.

Palabras de mujer es un montaje teatral que enlaza varias historias sacadas de la realidad, “de lo que observo día a día, del funcionamiento de la sociedad. Los personajes tienen un punto filosófico, pero son totalmente reales”, explica Dévora.

La obra se estrenó en la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz el pasado mes de junio y está dando muchas alegrías a todo el equipo, que componen nueve personas entre intérpretes, dirección y técnicos. La próxima representación será el 23 de noviembre a las 20:30 horas en el teatro de Tías.

Las entradas están a la venta al precio de 10 euros. “Ha habido una acogida espectacular, casi todo el mundo se identifica con algún personaje, que al final, somos nosotros mismos”, dice Dévora.

“Perfilo los personajes sin juzgarlos, sin opinar, simplemente exponiendo escenas cotidianas que reflejan los altibajos del ser humano en su constante deseo de ser reconocido y de sentir amor. Sin embargo, para no ser rechazado hay que adaptarse al entorno y a veces para encajar hay que inventarse mil personalidades. Eso es lo que muestra Palabras de mujer”, dice su autora.

Entre el abanico de personajes, todos ellos mujeres “rotas”, está el que interpreta Tharais Armas y al que Dévora dice tener mucho cariño. “Está inspirado en una maestra que tuve a los seis años y que me llamaba la atención por el colorido de su vestimenta, que era como un arcoíris. Cuando se lo comenté a mi madre, me contó la tragedia que había sufrido aquella persona que parecía tan luminosa”, explica Dévora.

“Ahí descubrí que se puede vivir la vida siendo otra persona. Esta señora usaba los colores para escapar de una situación terrorífica”. El personaje, sin embargo, está dotado de “una dureza brutal en sus formas con sus alumnos. Los humilla para que sean partícipes de su dolor”.

La diva Marilyn Chacón, alter ego de Atchén Pounapal, es la encargada de dar paso al desfile de mujeres en situaciones extremas, en ocasiones, pérdidas o sobrepasadas por la vida. “Una prostituta que se pone una máscara de alegre desenfado, cuando solo quiere encajar en una familia; una anciana que ha dedicado su vida a escuchar a los demás y denota el egoísmo que nos invade; una mujer que lucha sin fuerzas ni herramientas por cumplir las expectativas de una superwoman... Emociona ver que al público le llegan estas historias, que siempre se identifica con ellas, aunque se trate de alcohólicos, dementes o esquizofrénicos”.

Dévora Ventura mantiene una ajetreada actividad en las redes sociales, donde en más de una ocasión ha sido objeto de críticas por sus polémicas opiniones respecto a temas actuales como los movimientos de cooperación o el propio feminismo, aspectos que, de forma inevitable, se cuelan, cuando no inspiran directamente los monólogos.

“El personaje de la anciana que vive en soledad es muy ilustrativo del egoísmo de nuestra época, no paramos de hablar de tolerancia, presumimos de solidaridad, creemos que ayudamos a los demás, que defendemos el planeta y que hacemos un montón de cosas, pero todo es mentira, una gran hipocresía. Todo es moda, es la moda lo que mueve el mundo. Si mañana en un mundo abocado al apocalipsis hubiera que respirar con máscaras de oxígeno, siempre habría alguien que marcaría tendencia con la suya, habría un modelo que se vendería más que el resto. Esa es la realidad del ser humano: siempre tiene que ser el centro de atención. Nadie empatiza porque te tienes que poner la chaqueta de la empatía y eso es muy incómodo, a veces está sudada y huele mal, por no hablar de la aporofobia existente” (rechazo al pobre o desamparado).

Palabras de mujer es, al final “una bofetada a la sociedad, con delicadeza y ternura y en base a personas reales, pero con el objetivo de hacer recapacitar”, resume su creadora. La autora tiene también una peculiar opinión respecto al movimiento feminista, al que califica de “arma de doble filo”.

“En la obra, hay un personaje que muestra lo que en ocasiones ha supuesto la evolución de la lucha por la igualdad: obsesionar a la mujer con ser perfecta, destruirla y tenerla ocupada y entretenida, mientras el mando sigue en manos de los hombres”, sentencia Dévora que, no obstante, prefiere “no ahondar” en este tema que levanta “tantas susceptibilidades”.

Aunque suele llevar con elegancia ser el centro de algunas dianas, lo cierto es que esta mujer predica con el ejemplo y no se limita a mostrar sus opiniones, sino a ponerlas en práctica, llevada por su carácter apasionado.

Así, con su ONG Letras Solidarias, lleva a cabo cada lunes (ahora alternos) en El Cribo, unas tertulias sobre los más variados temas, en los que participan personalidades de la sociedad isleña que proponen un poema sobre el que entablar el coloquio. Con esta misma asociación intentó poner en marcha una campaña de intercambio de libros, iniciativa de gran éxito en algunos países, en la que cada lector deja un café pagado y un libro en la barra de una cafetería.

“En Lanzarote solo aparecía el que se llevaba el libro, pero cortando la cadena”, explica Dévora. Como licenciada en Antropología y actual estudiante de Comunicación, también prepara un proyecto en el que defiende “el educacionismo, no el feminismo, ni el machismo, sino la conciencia del civismo: entrar en un lugar y saludar, dedicar unos minutos para ofrecer un café a una persona enferma mental, abandonada en la calle. No hay que responsabilizarse de él o ella, solo hay que preguntar si necesita algo, dedicarle unos segundos de conversación”.

El objetivo de este nuevo proyecto, que se realizará con charlas por los centros educativos es “la franja de los adolescentes, que me fascinan, aunque a veces querría matarlos, y sobre todo sus padres”.


Personajes de ‘Palabras de mujer'.

Producción

Dévora cuenta como autora con dos libros publicados, la novela Conversaciones con don Leandro (2014) y La peculiaridad que une nombre y oficio (2018), con una primera tirada agotada de cien ejemplares, que volverá a reeditarse como audiolibro con CD incluido.

Sin embargo, Palabras de mujer ha supuesto la llegada de la escritora al complicado mundo de la producción escénica, un ámbito en el que “hay que cacarear mucho y mantener una actitud en ciertos aspectos varonil”.

“He aprendido que, si bien la creatividad es una tema de hombres y mujeres, la producción es un mundo totalmente masculino y hay que defenderse de los prejuicios ya que existe cierta tendencia a tratar a las productoras como unas señoras que se aburren en casa y han descubierto esta actividad”, señala.

Aunque ciertamente consigue lo que se propone, Dévora también alude a la falta de apoyo institucional, “un mal endémico de la escena insular”, asegura, apuntando a las dificultades de promoción exterior de algunas producciones locales “dignas de salir fuera y no morir en un tour por los teatros de los municipios con el sambenito de amateurs”.

De forma vehemente, esta autora nacida en La Palma, “de padre electricista y madre costurera de alta costura” reivindica su lugar en el circuito cultural de la Isla. “Aunque me apellide Ventura”, puntualiza.

“Estamos haciendo una producción brutal, con actores que han hecho sus carreras de arte dramático, la dirección de Valery Tellechea, que es un regalo, y un producto profesional”, reitera la autora de Palabras de Mujer, que pide, entre otras cosas, “una línea homogénea en las contrataciones públicas, ya que la obra es gratis o no, dependiendo del municipio”.

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