-¿Se ha encontrado alguna sorpresa más como la que se anunció del retraso del búnker de radioterapia?

-La Gerencia está un poco peor que antes, en comparación con la otra vez que fui gerente. Pero no porque haya nada oculto, sino porque todo es más complicado: la ley, la burocracia… Todo se dilata mucho por la burocracia, y reducirla es uno de los caballos de batalla de la Consejería. 

-Para mejorar el servicio habrá que subir el presupuesto para sanidad. ¿Ya sabe si va a aumentar el dinero que se destina a la sanidad de Lanzarote?

-Hay un informe de la Federación de asociaciones por la defensa de la sanidad pública que es apolítico y muestra por comunidades de la mejor a la peor. La mejor es el País Vasco y la peor Canarias. Desde 2010 estamos luchando con Valencia por ser los peores, valga la ironía. ¿A qué se debe? A la financiación. Canarias tiene per cápita 1.268 euros y País Vasco tiene 400 euros más. ¿Es mucho dinero para esa diferencia de calidad? Por ejemplo, si elegimos Baleares, que está en la mitad de la tabla, tiene 108 euros más que nosotros, que si lo multiplicamos por 2,2 millones de habitantes son 237 millones de euros al año. O lo que es lo mismo: 237 centros de salud, 2.337 médicos, casi toda la plantilla de Lanzarote… Es mucho dinero. La Consejería tiene como objetivo mejorar la financiación este año, el crecimiento global, no solo de Lanzarote, será un cuatro por ciento porque no se puede subir todo de golpe. En realidad estamos gestionando lo mismo que otros lugares, pero lo que es superior es la lista de espera, porque el aparataje es el mismo, solo que lo gestionamos con menos dinero. Estamos gestionando la miseria. El objetivo de la Consejería es llegar a ser de las comunidades de la mitad para arriba aunque deberíamos estar en el tope por arriba, por la insularidad.

-¿Cuándo van a estar listas la unidad de hemodinámica o el búnker de radioterapia?

-Ya tenemos la unidad de hemodinámica, que estará el año que viene en servicio o al menos muy avanzada. Está el proyecto y falta la licitación, que es aproximadamente de un millón de euros. Estos días se incorporan dos cirujanos vasculares que ya llevarán a pacientes que se enviaban al Hospital Doctor Negrín hasta ahora. El búnker de radioterapia podría estar a finales de 2020 en servicio, está muy avanzado en fase de licitación y la obra empezará en breve. 

-¿Cómo se va solucionar la escasez de especialistas?

-Radioterapia y hemodinámica se van a desarrollar en principio como unidades satélites. Van a traer su personal y garantizan que 24 horas al día todos los días del año habrá personal aquí. El servicio estará cubierto y así estaremos varios años hasta que veamos que el personal se vaya formando y podamos tener un servicio propio con calidad.

-¿Y para otras especialidades se va a buscar la misma solución?

-Como experiencia piloto, vamos a compartir profesionales, a traer profesionales de fuera que pasen consulta. Ya se está haciendo con algunas especialidades, como neurocirugía, vascular y torácica, pero ahora vamos a intentar algo diferente, que es compartir con Fuerteventura. ¿Qué vamos a hacer? Comparar con Fuerteventura la lista de espera en cada especialidad. Ellos pueden operar diez de esta especialidad y nosotros, estos tantos de esta otra… Vamos a ofertar eso, que no es obligatorio. Se puede optar si se quiere uno operar allí o esperar, sin que nadie salga perjudicado, claro.

-Traumatología es la especialidad con más personas en lista de espera. ¿El problema es solo la falta de especialistas?

-Ese es el más importante. La Sociedad española de traumatología considera que el número óptimo de traumatólogos es de 7,7 por cada 100.00 habitantes. Aquí tenemos, entre la población de hecho y la de derecho, unas 200.000 personas. Nos tocaría tener más de 14 y tenemos ocho, y no es un problema de dinero. Hay carencia de estos especialistas en todas partes.

“Baleares destina 108 euros más que nosotros, que si lo multiplicamos por 2,2 millones de habitantes son 237 millones de euros al año. O lo que es lo mismo: 237 centros de salud o 2.337 médicos”

-¿Va a reivindicar el dinero que le corresponde a la Isla por la facturación a terceros?

-Es un gasto que ejecutamos y no está compensado con ingresos o no nos llegan, pero el problema también es que muchos de esos pacientes son operados de urgencia por fracturas y hay semanas que ocupan todo el espacio de trauma. Por la población flotante, con esas urgencias no se puede rebajar la lista de espera.

-¿Qué nuevas infraestructuras sanitarias esperan poner en marcha?

-Las tres grandes son hemodinámica, el búnker de radioterapia y el centro de salud de Argana Alta. Para las dos primeras solo hay que licitar y construir y en Argana hay un problema de suelo, pero tenemos un gran interés en que esa obra salga. Nos vamos a reunir con el Ayuntamiento a ver qué solar nos puede venir bien. Pero también hay una lista larga de infraestructuras, hay cuarenta obras previstas más pequeñas de todo tipo, de climatización de centros de salud, de terminar la UVI pediátrica, mejorar las urgencias en Playa Blanca, etcétera.

-Se acaba de presentar una asociación de pacientes. ¿Cómo lo valora?

-Sí. Se pusieron en contacto con nosotros antes de nacer formalmente. Son asociaciones amigas, en principio, aunque te tiren de las orejas. Es una relación cordial y sirven para mejorar. Hace poco reunimos a todas las asociaciones y a otros agentes para hacer una lluvia de ideas, para renovar el plan estratégico y las asociaciones ocuparon un lugar importante y surgieron cuestiones interesantes.

-¿En qué consiste el registro de últimas voluntades que van a poner en marcha?

-Ya lo tienen otros hospitales, no somos pioneros, pero sí en las islas no capitalinas. Es un registro que antes se tenía que hacer ante notario y ahora se registra en el hospital. El sistema informático registra las voluntades anticipadas de forma sencilla y queda en el historial del paciente.