Esta enfermera del Hospital Doctor José Molina Orosa ha logrado calar en los corazones lanzaroteños con un relato nacido del dolor con el que ha intentado transmitir un mensaje de superación. La venta de su libro Donde estremece el viento tiene un objetivo nalista: “diabetes cero”.

-Enfermera de profesión, ¿escritora por afición? ¿Qué o quién le ha guiado la pluma?

-Bueno, enfermera sí, desde hace unos veinte años, lo de ser escritora era algo que nunca me había planteado. Siempre me gustó escribir algún relato corto para participar en concursos, cuentos para niños o adolescentes, pero nada de nivel como para plantearme acabar publicando. 'Donde estremece el viento' parte del dolor. Escribir ha sido la forma de curarme del más intenso dolor que nunca antes había sufrido. Pero no pretendía hacer un drama melancólico que provocase pena. Mi idea era plasmar una historia de vida real e intentar transmitir un mensaje de superación. Investigué un poco los antepasados familiares y, añadiendo un poco de fantasía, el resultado se convirtió en una potente y bella historia de amor.

-¿Cuál es el germen de 'Donde estremece el viento'?

-Hace unos tres años mi hija pequeña es diagnosticada de una enfermedad de nombre muy conocido como es la diabetes, y esto provocó que toda mi estructura familiar se tambalease y nos obligó a empezar de cero. No es fácil explicar este despropósito de enfermedad porque en mi opinión es bastante desconocida. Fácilmente reconocemos a la diabetes ‘tipo dos’ y los cuidados que necesita, pero la ‘tipo uno’ es, a mi entender, la eterna desconocida y digo esto desde la experiencia que me da veinte años de profesión. No supe a lo me enfrentaba hasta que la diabetes decidió instalarse en nuestro hogar, y fue cuando realmente fui consciente de la intensa dedicación que requiere su control.

-¿Qué cree que puede sentir el lector a lo largo de sus páginas?

-Los sentimientos que sienten quienes deciden leerla me están llegando en forma de mensajes, a través de Facebook, Instagram, WhatsApp... e incluso personalmente. Me dicen que se emocionan y que lloran. No era mi idea, yo partí del dolor pero intenté transformarlo en amor. En el libro hablo de superación, de agradecimiento, de lucha y de que es posible vivir feliz superando los obstáculos que la vida decida ponernos como prueba. La historia no habla de diabetes, tampoco de enfermedad.

-Está recibiendo muchas felicitaciones. ¿No se lo esperaba, verdad?

- ¿Quién puede esperarse algo así? Una novel, sin experiencia, sin editorial y sin distribuidora... Con el único apoyo de familiares, amigos y compañeros de trabajo que me animaban a publicar lo poco que habían leído porque creían que valía la pena. No, no lo esperaba, nunca soñé con algo parecido.

- El trasfondo de causa solidaria está convirtiendo el libro en el estandarte de la lucha contra la diabetes ¿Qué le une a la Fundación DiabetesCero para la que van destinada las ventas?

- La Fundación DiabetesCero es un movimiento de padres de niños con diabetes ‘tipo uno’ y adultos, cuyo objetivo es impulsar, informar y acelerar los avances en investigación. DiabetesCero cree en los científicos que trabajan para que en un futuro se pueda curar la diabetes. Nunca soñé con ser escritora, sin embargo cada noche sueño que el objetivo de la fundación es posible, puede que tarde años o décadas, pero necesito creer que algún día podremos celebrarlo.

-¿Ha trabajado con este tipo de pacientes?

- Nunca he trabajado de cerca con diabetes ‘tipo uno’, siempre con diabetes ‘tipo dos’ o diabetes del adulto. Pero me he formado, he estudiado y he aprendido por encima de todo a nunca juzgar a un paciente que batalla contra una enfermedad, da igual cuál sea.

-¿Cómo afecta a la vida diaria de un paciente la diabetes?

- La pregunta es de difícil respuesta. En general debes llevar un minucioso control de tu glucosa en sangre porque de bajar y no ser consciente, corres el riesgo de sufrir una hipoglucemia que, sin actuación rápida, podría ocasionar un desenlace fatal, y de subir de forma habitual o mantenida, corres el riesgo de intoxicar tu cuerpo, además de muchas complicaciones futuras. Mantenerse en niveles correctos durante las veinticuatro horas del día no es tarea fácil: ejercicio, agujas, contajes de hidratos, alimentos pesados según gramos, horarios, controles capilares diurnos, nocturnos, antes y después de comer...

-¿Conoce la incidencia de la enfermedad en la Isla?

-Soy consciente de que cada día nos enfrentamos a un mayor número de casos. Quiero dar las gracias al doctor Omar Guillén, responsable de endocrino-pediatría del Hospital Doctor José Molina Orosa por su labor e infinita paciencia con padres y pacientes, e igualmente a su equipo de educadoras.

-Como profesional del mundo de la sanidad, ¿qué podemos hacer para prevenirla?

-Desgraciadamente nada. No hay prevención en diabetes ‘tipo uno’. Únicamente puedo aconsejar un empoderamiento posterior al debut. Para la ‘tipo dos’ existe prevención que pasa por vida sana, alimentación equilibrada, además de ejercicio diario. Si alguien tiene dudas, puede consultar a los profesionales sanitarios de su centro de salud, los enfermeros y enfermeras cuentan con los conocimientos y las herramientas necesarias para solucionar posibles dudas.

-¿Cree que los lanzaroteños tienen a su alcance los medios adecuados para tratarla?

- Sin duda tenemos los medios, buenos profesionales y una calidad sanitaria que va en aumento. Además, el Gobierno de Canarias ha aprobado recientemente la financiación de sistemas de monitorización continua de glucosa en embarazadas y niños afectados de diabetes mellitus ‘tipo uno’. Una muy buena noticia, por lo que conlleva y por el interés del Gobierno en atender las necesidades reales de estos pacientes. Es indiscutible que un medidor continuo de glucosa es una herramienta imprescindible para estos enfermos, cuyo precio desorbitado hace que no todo el mundo pueda disponer de uno. La iniciativa del Gobierno de Canarias es plausible, espero que no tarde en llegar a los hogares canarios.