Tres investigadores publican un artículo en una revista científica en el que piden detener con urgencia la extracción de áridos en la zona por su amenaza a la biodiversidad

“El ecosistema único de El Jable está muy amenazado por la extracción de arena”
Tres investigadores publican un artículo en una revista científica en el que piden detener con urgencia la extracción de áridos en la zona por su amenaza a la biodiversidad
“El semidesierto de El Jable en Lanzarote está formado principalmente por arenas carbonatadas marinas que los vientos alisios del nordeste han transportado durante muchos milenios hasta la actualidad formando capas de metros de espesor, por lo que tiene un gran valor para su biología, geología y paleontología. Muchas de las especies vegetales y animales que viven aquí son endémicas de Lanzarote y Fuerteventura o sólo se encuentran en Lanzarote. Están adaptadas a la aridez y al constante desplazamiento de la arena por el viento. El número de especies es bajo, pero el número de individuos suele ser elevado. Las aves características son el corredor sahariano (Cursorius cursor) y las subespecies endémicas del alcaraván (Burhinus oedicnemus insularum), el camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus amantum) y la avutarda canaria (Chlamydotis undulata fuertaventurae). A pesar de su protección como lugar Natura 2000, el ecosistema único de El Jable está muy amenazado, sobre todo debido a la extracción de arena. Esto está destruyendo uno de los hábitats principales de la avutarda canaria en Lanzarote, poniendo a la subespecie en peligro de extinción. Según la legislación de la UE, deben preservarse y mejorarse los hábitats de todas estas especies raras. La extracción de arena es contraria a esta normativa, por lo que debe detenerse inmediatamente”.
Este es el resumen del artículo científico titulado El semidesierto de El Jable en Lanzarote (Islas Canarias): Aspiraciones y realidad de la conservación de la naturaleza europea, que se ha publicado recientemente en la revista Natur und Landschaft en español y en alemán. Sus autores son Horst Wilkens, Pedro Oromí y Ulrike Strecker.
En la introducción se pone en valor la vida en islas volcánicas que tienen especies endémicas, mencionando las Islas Galápagos como el ejemplo más conocido. “Muchas de estas especies animales raras se han extinguido debido a la persecución humana o a la introducción, intencionada o no, de especies competidoras o depredadoras”. “Debido al tamaño generalmente reducido de los ecosistemas insulares y a la consiguiente baja densidad de población de las especies que viven en ellos, éstas se ven especialmente amenazadas por la pérdida de diversidad genética y la endogamia”, señala el artículo.
“Esto también se aplica a Lanzarote, donde se han extinguido varias especies de aves”. La primera fue la pardela de las dunas (Puffinus holeae), que se reproducía en el suelo, desaparecida tras la primera colonización humana de Canarias hace dos mil años, seguida de la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae), que ahora sólo se encuentra en Fuerteventura, ausente desde principios del siglo XX, y el ostrero canario (Haematopus meadewaldoi) completamente negro y nunca más observado desde mediados del siglo XX.
Los investigadores temen que le llegue el turno a la avutarda canaria (Chlamydotis undulata fuertaventurae) que sólo se encuentra en Lanzarote, La Graciosa y Fuerteventura, y que está ahora amenazada de extinción, calificada “en peligro” en la Lista Roja Europea de Aves y en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Esta es una subespecie distinta de la hubara africana, que sí está muy extendida por el norte de África.
Ecosistema
El artículo habla de la gran importancia que tiene El Jable para la biodiversidad de Lanzarote, donde hay un gran número de especies animales y vegetales en peligro de extinción, muchas de ellas endémicas. “El valor de este ecosistema en términos de biología, geología y conservación de la naturaleza es tan grande como la importancia que tiene en Lanzarote el Parque Nacional de Timanfaya para la geología”, dicen los autores. Es un espacio sujeto a varias figuras de protección en alguna zonas, o a ninguna en otras zonas y que “a pesar de su estatus de protección vinculante en virtud de la legislación europea como lugar Natura2000, El Jable está muy amenazado, principalmente debido a la destrucción a gran escala causada por la explotación de sus depósitos de arena”.
Una cosa es la situación normativa y otra la real. Veinte años después de que El Jable fuera designado santuario de aves de la UE, las disposiciones europeas de protección no se han incorporadas a los planes nacionales de aprovechamiento y gestión. “Por tanto, son ineficaces”, señala el artículo, cuyo objetivo declarado es “en primer lugar, presentar el valor biológico, paleoclimatológico y paleontológico del semidesierto de El Jable como tal y como hábitat de una serie de especies endémicas, entre ellas aves esteparias como la amenazada avutarda canaria”.
Condiciones
Aunque las condiciones de vida en El Jable son extremas, las plantas y animales se adaptan a la sequía y a los constantes vientos alisios, que arrastran el rocío nocturno hacia el interior del espacio, y esa peculiar humidificación le confiere a este espacio “una posición excepcional frente a otros tipos de hábitats terrestres de Lanzarote, que dependen casi exclusivamente de la lluvia”.
El Jable es pobre en especies, pero su suelo arenoso también contiene restos orgánicos triturados de algas y animales marinos, que es muy rico en nutrientes. Esta combinación con esa humedad “permite que varias especies formen poblaciones ricas en individuos, e incluso es posible utilizarlo con fines agrícolas mediante el cultivo tradicional en la arena de las dunas”.
Los científicos temen que le llegue el turno a la avutarda canaria
El artículo científico hace un repaso por las especies vegetales y animales que habitan El Jable, varias de ellas endémicas, como el caracol de arena, el isópodo del desierto, el saltamontes de alas amarillas o el escarabajo de arena endémico..., y otras como el escarabeido Pachydema menieri, la mariposa arlequín, el perenquén majorero nocturno o la lagartija canaria oriental.
Las aves, en este espacio, tienen gran importancia y muchas de ellas forman subespecies endémicas. La calandria, el alcaraván, el alcaudón, el camachuelo trompetero o el corredor sahariano, que tiene su principal presencia en Lanzarote, con entre 15 y 17 parejas. Y, por supuesto, la avutarda canaria, cuyos ejemplares no han sido alterados ni genética ni conductualmente por la liberación de avutardas criadas bajo cuidado humano como ocurre con la otra subespecie, la avutarda hubara sahariana (Chlamydotis undulata undulata) en el norte de África, donde sus poblaciones han disminuido drásticamente debido a la caza con halcones.
Esta especie, que una vez fue muy común en Lanzarote, estuvo a punto de extinguirse a finales de los años 70 debido a la caza y a la recolección de huevos, llegando a quedar sólo entre 15 y 20 ejemplares. La población no volvió a aumentar hasta que se prohibió la caza, y Lanzarote es ahora la principal área de distribución de la avutarda canaria. El censo de 2018 recoge una población estimada de entre 440 y 452 individuos, de los que el 85 por ciento se encontrarían en El Jable.
“La importancia especial e insustituible de El Jable radica en que representa una especie de seguro de vida para las avutardas canarias de Lanzarote en épocas de sequía. La vegetación no se seca completamente debido al especial aporte de humedad del rocío nocturno, de modo que muchos invertebrados como los caracoles siguen activos, lo que también favorece a los animales de mayor tamaño como muchas aves que se alimentan de plantas y/o invertebrados (...) Otro papel importante de El Jable para la avutarda resulta de su intercambio genético con las otras zonas de Lanzarote, así como con Fuerteventura y la vecina isla de La Graciosa. Si la población más grande se reduce demasiado, las otras poblaciones también se verán en peligro debido al riesgo de empobrecimiento genético por endogamia y deriva genética. Como resultado, la avutarda canaria podría desaparecer de toda la Isla”, dice el artículo.
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Medidas
En el apartado de medidas necesarias para preservar el ecosistema de El Jable, los autores proponen tres: detener inmediatamente la extracción de arena, iniciar un plan de mantenimiento y desarrollo y la ampliación y designación de nuevas zonas protegidas.
Los autores consideran que “una de las mayores amenazas para El Jable es la extracción de arena” ya que hasta ahora se han extraído al menos 12 millones de metros cúbicos de arena para la construcción de carreteras y edificaciones de un área de tres kilómetros cuadrados, pero que “además hay otros lugares de extracción diseminados por todo El Jable, lo que significa que la destrucción es mucho mayor”.
El Jable debería ser designado Paisaje Protegido o Parque Rural, apunta el estudio
“Especialmente grave es que las extracciones de arena se concentran en la zona de relativa altitud, que es de especial importancia para plantas y animales como la avutarda canaria debido a las condiciones de humedad así como para el uso agrícola, del que también se beneficia la avutarda”, dicen los científicos, que destacan que la extracción de arena se justifica con el argumento “biológicamente insostenible de que sólo tiene lugar fuera de la época de cría de las especies de aves protegidas que allí habitan”.
“Esto ignora el hecho de que la extracción destruye por completo los hábitats de las aves y otras especies, debido a que la arena se excava hasta alcanzar el paleosuelo fosilizado subyacente, compacto y duro como una roca. Las plantas no pueden arraigar en él y las zonas quedan prácticamente desprovistas de vida tras la extracción. La renaturalización no tiene lugar, pues la cantidad de arena que todavía hoy arrastra el viento desde la costa tampoco puede sustituir a las masas que se han acumulado en las paleodunas durante cientos de miles de años”, añaden. Todas estas circunstancias, señala el artículo, contradicen claramente la legislación de la Unión Europea que prohíbe el deterioro de los hábitats incluidos en su Directiva.
Los autores critican la pasividad del Cabildo de Lanzarote, que “aún no ha modificado las disposiciones legales para desclasificar El Jable como zona minera” y del Gobierno canario, que “tampoco está aplicando las Directivas sobre aves y hábitats y aún no ha prohibido la extracción de arena en El Jable”. “Ambas autoridades incumplen, por tanto, la normativa europea sobre protección de especies amenazadas”.
Indican que las condiciones para la extracción facilitan la actividad minera, tanto la gratuidad de la licencia para la empresa minera como la baja fiscalidad (uno por ciento del valor del producto final). “En consecuencia, la industria de la construcción de Lanzarote quiere mantener el statu quo”. También relatan los esfuerzos de organizaciones ecologistas por denunciar la situación.
Los autores piden que en el próximo PRUG del Archipiélago chinijo se contemple el cese de las extracciones de arena y otras medidas correctoras, como la renaturalización de las zonas de extracción mediante la roturación mecánica de los duros suelos, no construir nuevas carreteras o caminos ni ampliar las pistas existentes, evitar el tráfico recreativo de todoterrenos, quads y motocross, los paseos de perros o reducir la población de gatos asilvestrados, además de soterrar los tendidos eléctricos aéreos y las líneas telefónicas, reducir el pastoreo de cabras y fomentar el uso agrícola tradicional. También solicitan la ampliación de las zonas protegidas, que incluya las áreas de distribución de la avutarda canaria, el alcaraván y el corredor. Debería extenderse al oeste por la zona al norte de Muñique hasta el Pico del Cuchillo, al este por las zonas desde Las Laderas hasta la carretera LZ-30 y al sur por el Llano de Zonzamas hasta la extensión de la zona IBA Llanura arenosa de Famara.
Los autores critican la pasividad del Cabildo y del Gobierno canario
“Para este hábitat de gran importancia para la conservación de la biodiversidad, la mera designación como santuario de aves de la UE (ZEPA) no es suficiente. Por lo tanto, toda la zona aquí propuesta debería recibir también el estatus de ZEC. Además, El Jable debería ser designado Paisaje Protegido o Parque Rural con arreglo a la legislación española, debido a su importancia geológica, biológica, etnográfica y arqueológica y a su importancia para la agricultura tradicional en las arenas dunares”, añaden.
La conclusión del artículo se reproduce aquí de forma íntegra: “Amplias zonas de El Jable, que también tienen importancia geológica y paleontológica, forman parte de la red europea de zonas protegidas Natura 2000. Muchas de las plantas y animales que se encuentran aquí son especies endémicas amenazadas que no sólo necesitan protección según la Lista Roja de las Islas Canarias, sino para las que también deberían tomarse medidas especiales de protección de acuerdo con el Anexo I de la Directiva de Aves de la UE y el Anexo II de la Directiva de Hábitats. A pesar de la destacada importancia de El Jable para la conservación de la biodiversidad en Lanzarote y de las diversas medidas de protección, esta zona se encuentra muy amenazada. Una de las mayores amenazas es la extracción de arena, que ha destruido completamente y sigue destruyendo grandes áreas de este ecosistema. Esto afecta especialmente a la avutarda canaria, que ya está amenazada de extinción. La extracción masiva de arena en un lugar Natura 2000 contradice claramente los requisitos legales de las Directivas de Hábitats y Aves de la UE. La extracción de arena debe detenerse inmediatamente. Además, deben renaturalizarse y mantenerse los hábitats de muchas especies endémicas protegidas”.
















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1 Felones Lun, 25/08/2025 - 08:54
2 El Chacho Lun, 25/08/2025 - 16:11
3 Volcar el crucero Lun, 25/08/2025 - 16:45
4 El siroco aclarará Mar, 26/08/2025 - 15:16
5 Al 4 Mar, 26/08/2025 - 17:01
6 El siroco aclar... Jue, 28/08/2025 - 14:59
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