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Zonzamas: desidia y abandono en un yacimiento arqueológico ‘maldito’

El Museo de Sitio se vuelve a paralizar y se liquida el contrato sin apenas ejecutarse, mientras se encuentran restos en el cribado de unas obras de hace dos décadas

Rubén Montelongo 3 COMENTARIOS 12/08/2025 - 07:31

El yacimiento arqueológico de Zonzamas, situado en el municipio de Teguise, es el más importante de Lanzarote junto al de Fiquinineo y los Pozos del Rubicón. Se trata de un espacio con al menos 58.000 metros cuadrados de una historia aún por conocer sobre los primeros pobladores de la Isla y que, con el paso de los años y la desidia de los políticos, sumado al abandono y el expolio del lugar, provocó su inclusión en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra en 2021. Ahora, 28 años después de que se iniciaran las obras del Museo Arqueológico de Zonzamas, los trabajos se vuelven a paralizar debido a una modificación inviable de más de medio millón de euros en el último contrato adjudicado, al tiempo que los especialistas encuentran huesos, cerámica y material arqueológico en la tierra removida de las obras de hace más de dos décadas.

Los primeros trabajos realizados en el yacimiento de Zonzamas fueron realizados por Inés Dug, hija adoptiva de Lanzarote, entre los años 1971 y 1985. Desarrolló un total de 17 campañas arqueológicas, que sirvieron para descubrir varias arquitecturas aborígenes. Posteriormente, en 1995, las dos universidades Canarias realizaron trabajos de campo en el lugar y cubrieron el yacimiento con invernaderos para protegerlo. Sin embargo, estos invernaderos fueron abandonados y se convirtieron en un lugar frecuentado para todo tipo de actividades que dañaban al yacimiento. Pocos años después, se decidió enterrar con rofe las estructuras arqueológicas.

En 1997 arrancó el proyecto del que pretendía ser el Museo Arqueológico de Zonzamas de la mano de AMP Arquitectos. Las obras comenzaron en el año 2003, pero se difuminó con el paso de los años y tanto el edificio como el yacimiento quedaron en el olvido. No fue hasta el año 2015 cuando se recuperaron los trabajos en el lugar, de la mano de la empresa canaria Tibicena Arqueología y Patrimonio, que continúa con los trabajos de investigación y divulgación en la actualidad.

A su vez, el interés en defender y difundir los vestigios históricos se incrementó y comenzaron los movimientos para recuperar el Museo de Sitio. En el pasado mandato se anunció que se retomaban las obras, con presupuesto de 2,7 millones de euros y 28 meses de trabajo. “Estará finalizado en 2024”, aseguraba la entonces presidenta del Cabildo, Dolores Corujo, ahora diputada en el Congreso. Sin embargo, la realidad ha sido bien diferente.

Modificación

El contrato de dirección de obra se firma a finales de 2022 con el despacho GPY Arquitectos, mientras que el acta de replanteo de la obra se firma el 9 de febrero de 2023 y los trabajos se adjudicaron a Tragsa, una empresa pública a la que suelen recurrir las instituciones como medio propio y del que el Cabildo lanzaroteño es accionista desde 2018.

El coste de ejecución del edificio pasó de 2,7 a 3,3 millones, un cambio vetado por Intervención

Una vez empezada la obra, tal y como recoge la documentación a la que ha tenido acceso Diario de Lanzarote, la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo “informó de la redacción de un nuevo proyecto museológico y museográfico”. Una modificación del proyecto primigenio motivada por “nuevas necesidades y consideraciones” técnicas “no previstas”. Por este mismo motivo, las obras se suspenden por completo el 1 de noviembre de 2023.

El 22 de abril de 2024 se autorizó la redacción de la modificación del proyecto, que fue entregada por el citado despacho de arquitectura al Cabildo un mes después. Sin embargo, el departamento de Intervención del Cabildo, en mayo de este año, emite un reparo de legalidad en el que concluye que no se puede realizar la modificación del contrato. En el informe se explica que para poder realizar un modificado del proyecto original bajo el mismo procedimiento solo se pueden introducir “variaciones estrictamente indispensables”.

Una modificación se considerará sustancial, prosigue Intervención, “cuando tenga como resultado un contrato de naturaleza materialmente diferente al celebrado en un principio”, y para ello recoge que esto sucede cuando introduce condiciones que, de haber figurado al principio del procedimiento, hubiera permitido la selección de candidatos distintos o la aceptación de una oferta distinta o haber atraído más participantes. En segundo lugar, la modificación se entiende sustancial cuando “altere el equilibrio económico del contrato en beneficio del contratista” de una manera no prevista y, por último, cuando amplía “de forma importante el ámbito del contrato”.

Este último apartado es el que ha impedido que el Museo de Sitio de Zonzamas se finalice y abra, al final, sus puertas a la población de Lanzarote. Así, se considera una ampliación sustancial del contrato siempre y cuando la alteración del proyecto suponga un 15 por ciento del precio inicial del mismo. En el caso de Zonzamas, la modificación planteada, con nuevas tarifas aplicadas también por Tragsa, supondría un 19,10 por ciento de incremento del coste. Si bien el presupuesto inicial ascendía a 2.777.033 euros, el nuevo alcanzaría los 3.307.304 euros, una diferencia de 530.341 euros.

Cambios en el museo

¿Qué se quería cambiar? “Completar el acondicionamiento específico como zona expositiva del conjunto de locales ubicados en la planta semisótano del edificio” y la “supresión” de obras en la cubierta de los espacios exteriores de la planta baja del recinto, “cuya funcionalidad resulta poco útil en el desarrollo del nuevo proyecto” de museo.

Aparecen huesos y cerámica en el cribado de las tierras que se movieron por las obras de 2003

A estos cambios que no estaban previstos se añade que la empresa que tenía que construir el Museo Arqueológico comunicó, casi dos años después de pasar el presupuesto, en abril de 2024, “diversos errores materiales” en las tarifas. En los movimientos de tierras trasladaron la necesidad de gastar 21.753 euros más de los 68.018 presupuestados; la partida de estructura y contención aumentó 210.101 euros, hasta superar los 492.000 euros; y en albañilería se pasó de 249.928 a 516.788 euros, casi 267.000 euros. La instalación eléctrica aumentó hasta los 574.121 euros (unos 322.000 euros más). Otras partidas económicas descendían, pero el sobrecoste global se volvió insalvable, según Intervención del Cabildo.

En su propuesta de liquidación, el equipo GPY Arquitectos recopila los gastos en el seguimiento arqueológico, la excavación realizada y el transporte del material excavado. También la demolición de tabiques, el vertido de hormigón y los medios auxiliares destinados a asegurar las condiciones de seguridad y salud. En total, certifican 156.897 euros de las obras y otros 22.499 euros de los honorarios técnicos y el gasto en seguros.

En definitiva, Lanzarote continúa en pleno 2025 sin poder conocer en detalle su historia mediante un Museo Arqueológico, obligatorio por ley, y sin contar con un espacio en el yacimiento de Zonzamas para mostrar los hallazgos en un entorno próximo, tras décadas de avances y retrocesos. El colmo es que aunque fue declarado Monumento Histórico en 1979, la iniciativa de 2001 para su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica no prosperó y caducó, tal y como ha recordado recientemente el consejero Óscar Noda, quien ha propuesto cambiar el nombre al vertedero, por respeto al yacimiento.

Huesos humanos y cerámica en los cribados

Si el yacimiento arqueológico de Zonzamas no tenía suficiente con la gestión del proyecto del Museo de Sitio, la gota que ha colmado el vaso es el hallazgo de restos humanos y de fauna, o vestigios de cerámica y utensilios de piedra, entre otros. El consejero Óscar Noda ha señalado que en el cribado de la tierra que se movió para llevar a cabo las obras del edificio están hallando, sobre todo, “huesos” y “cerámicas”. El comentario no es inocuo, puesto que podrían haberse producido responsabilidades en la ejecución inicial del Museo de Sitio por supuestos daños al patrimonio.

Desde el año pasado, el yacimiento de Zonzamas se puede visitar de la mano de Tibicena, con cuatro recorridos gratuitos al mes. Según se explica en la visita, se están cribando 1.200 metros cuadrados de superficie, donde han constatado que “no ha habido” un “trabajo arqueológico previo” a las obras del Museo de Sitio que empezaron en 2003. Zonzamas es “el libro con más páginas en la historia de Lanzarote”, pues data posiblemente del siglo II o III después de Cristo, “aunque de momento, con las pruebas de carbono 14 de dos neonatos hallados en 2017 tenemos que hablar de un marco temporal desde el VI o VII hasta principios del siglo XX”.

Los arqueólogos indican durante la visita que se han recuperado cerámicas de tamaños “que no se habían visto por aquí”, algunas de hasta 15 centímetros de grosor. En cuanto a los restos humanos, señalan que se ha encontrado a un niño o una niña preadolescente, “de unos 10 o 12 años”, y resaltan un dato: “Todavía no se ha encontrado una necrópolis, podría haber varias”. Concluyen la visita, tras apreciar las casas hondas destapadas hace ya medio siglo por Dug, que comparten esta información con los visitantes “no por venganza”, sino “por no cometer el mismo error” pues por esa falta de seguimiento “se ha perdido información que nos permite aprender”.

Comentarios

Que vergüenza!
Porque llaman al yacimiento arqueológico maldito ? que culpa tiene el yacimiento , podrían ser presuntamente malditos los encargados de manejar este pedazo de nuestra historia? Lanzarote siempre diferente para lo buenos y lo malo más malo que bueno , cualquier con amigos o poder se atreven hacer los que le salga del bolsillo, en el litoral, en la Geria en el patrimonio y donde les plasca .
Este es el nivel de la política de Lanzarote

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