El Cabildo de Lanzarote ha iniciado el expediente para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) la ermita de San Antonio de Tías, a instancias del Servicio de Patrimonio Histórico, con la categoría de monumento.

No es la primera vez que se intenta que la ermita goce de la protección y el reconocimiento que otorga la declaración como BIC. El Cabildo ya inició en abril de 1999 los trámites, que no llegaron a culminar y el expediente resultó caducado al año siguiente. Desde 1994, el Ayuntamiento de Tías pidió que se declarase bien de interés cultural.

El pasado mes de marzo, la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias declaró la caducidad de los expedientes de declaración de bienes de interés cultural que no habían sido finalizados, al aplicar una sentencia del Tribunal Constitucional en ese sentido.

El Constitucional anuló de forma parcial la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias, en lo relativo a la suspensión de determinados plazos en los expedientes de protección, lo que podía demorar durante años la tramitación cuando el tiempo fijado para resolver es, como máximo, de doce meses desde la incoación.

La ermita de San Antonio ya está incluida en el catálogo de patrimonio arquitectónico y monumental del Plan Insular de Ordenación (PIO), con el máximo grado de protección y con un área de influencia que afecta a las zonas libres frente a las fachadas de los inmuebles cercanos.

Además, está en el catálogo de patrimonio histórico del Plan General de Ordenación de Tías, con un área de influencia que engloba todo el espacio público colindante y los antiguos almacenes de Víctor Díaz.

Con la declaración como BIC, en la ermita se podría intervenir para tareas de investigación, para elaborar un diagnóstico y “caracterizar los materiales y los riesgos que afectan” al inmueble. También se podrían llevar a cabo tareas de mantenimiento, conservación y consolidación o restauración.

Almacén de tomates y cuartel

El actual edificio de la Iglesia de San Antonio adquiere el carácter eclesiástico a raíz de la decisión del párroco de Tías, Sinforiano Suárez, quien en 1907 decide utilizar dos naves como Iglesia.

Antes, esta dependencias se utilizaban como cilla eclesiástica (lugar donde se depositan los diezmos y las primicias de la población en Tías), almacén de empaquetado de tomates y como acuartelamiento de las tropas de soldados que participaron en la Guerra de la Independencia de Cuba.

El edificio de la Cilla o antiguo pósito de Tías es un inmueble del siglo XVII construido como depósito para albergar el grano procedente de los diezmos, siendo uno de los pocos ejemplos conocidos de este tipo de construcciones que se conservan en Canarias.

La utilización de la cilla como iglesia es la respuesta a la demanda de la población del núcleo más poblado de Tías, El Pavón, que se viene mostrando disconforme desde la edificación de la iglesia de la Candelaria en el lugar de arriba. La vecindad solicita de forma reiterada que se levante una ermita en este núcleo más poblado.

Se trata de un edificio que forma parte de la arquitectura religiosa de Lanzarote, y que nace de la reiteración por parte del obispo Pozuelo en 1881 de la edificación del templo en medio de la población y no que éste permanezca en un lugar alejado como lo estaba la iglesia de la Candelaria.

En el informe del inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo, Ricardo Cabrera, se resalta que “a la fachada principal se le añade una espadaña con dos huecos y sendas campanas, fechada una de ellas en 1455”.

Restauración en los años 90

La ermita de San Antonio dejó de tener uso religioso en los años 70 del pasado siglo. En 1999 se acometen obras de restauración por el Cabildo, amparadas por un proyecto realizado en octubre de 1996 por el arquitecto técnico Esteban Armas Matallana. El director de las obras fue el arquitecto técnico Francisco Marco.

En aquel momento, se realiza una estructura y cubierta nueva, se cubren con mortero todas las piedras y cantos existentes, excepto la embocadura de la puerta a la que se dejará una franja vista. El pavimento interior se realizó con baldosas de barro cocido y se eliminó el cableado, luminarias e instalaciones en las fachadas de la ermita.