EL PASEO
Por Saúl García
Se pensaba que en la Luna no había agua, como en Lanzarote y ahora que se sabe que hay, dicen que es importante para su posible colonización. No sé si les suena
El ser humano es excepcional. Se adapta regular a La Tierra pero se entrena para ir a La Luna o a Marte. Y, cómo no, lo hace en Lanzarote, el laboratorio de los laboratorios, donde todo se ensaya. El Cabildo da la bienvenida cada año a la Agencia Especial Europea y a la NASA: “La singularidad de nuestros paisajes volcánicos y su gran parecido al territorio lunar han convertido a Lanzarote en uno de los mejores campos de entrenamiento del mundo para astronautas, geólogos y científicos”, dice la presidenta.
Pero se queda corta en las comparaciones. En La Luna todo pesa menos y la gente visita Lanzarote para quitarse el peso de lo cotidiano. En La Luna y en Lanzarote, ahora, hay una actividad sísmica leve. También hay olivina en los dos sitios y, por supuesto, ambos destinos comparten la existencia de una cara oculta. Otra cosa en común: para los próximos años se prevé aumentar los viajes, la frecuencia y la presencia humana.
Se pensaba que en la Luna no había agua, como en Lanzarote y ahora que se sabe que hay, dicen que es importante para su posible colonización. No sé si les suena. “Si algún día se hace realidad una base en la Luna como pretende el programa Artemis de la NASA, en lo posible, tendrán que ser capaces de aprovechar cada recurso que se encuentren allí”, dice este artículo.
Una cosa más. El regolito es a La Luna lo que la calima a Lanzarote: el polvo del camino. Resulta que se acaba de fabricar un simulante de regolito con basaltos de Lanzarote. Se llama LZS-1 (el nombre es mejorable). Dicen que es solo “un primer paso para ensayar en Lanzarote los muchos desafíos de hacer habitables otros planetas”. Lo van a poner en órbita para ver como se comporta, pero creen que puede servir, entre otras cosas, “para construir en la Luna pistas de despegue y aterrizaje, caminos, carreteras y escudos frente a la radiación... Lo de los escudos no, pero el resto se ajusta como un guante a la idiosincrasia local. Por si la cosa sale bien, habrá que ir registrando ya las marcas Hormiluna o Lunagrava.
Y, por último, hasta en las fases se parecen La Luna y Lanzarote: nueva, creciente y llena. Solo falta la menguante y lo bordamos.
Comentarios
1 Anónimo Lun, 14/11/2022 - 10:30
2 GENIAL Lun, 14/11/2022 - 13:03
3 Pilar Dom, 20/11/2022 - 20:36
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