2 COMENTARIOS 28/07/2025 - 08:31

Amenazar con emprender acciones penales contra tu propio socio de gobierno no parece la mejor manera de mantener un pacto sano. Y más aún, si a lo que se aspira ni siquiera es a poder aprobar una moción, sino solo a tener la opción de debatirla.

En política, cuando un movimiento no encaja, cuando es inexplicable o desproporcionado, es que su motivación es otra. La única explicación en la que coincide todo el mundo es que la presidenta del PP pretende boicotear a algunos miembros de su propio partido aunque eso suponga, en la práctica, boicotear a su propio partido.

A lo mejor resulta que es más sencillo: que necesita meter ruido con la política nacional al margen de los intereses locales. O quizá es que sigue una estrategia magistral para obtener mayoría absoluta en las próximas elecciones mediante una fórmula que solo ella conoce. O puede que consista en que prefiere un partido en la oposición que ella controle a un partido que gobierne y que no lo controla.        

El caso es que es difícil de entender este tipo de movimientos cuando parece que tienes todas las de perder si se fuerza la situación. Tanto en el Cabildo como en Arrecife existe otra alternativa a la mayoría actual que puede resultar improbable. Pero en la política lanzaroteña, lo que es posible aritméticamente, es posible políticamente.  

Por eso es aún más difícil de entender la actitud del presidente del Cabildo, que después de solicitar un informe que le avala su decisión, ante una amenaza de su socio decide tomar la decisión contraria y aludir a que se ha visto obligado a hacerlo. No hay obligación. Es una muestra de debilidad totalmente innecesaria.

Comentarios

Saúl, en baloncesto existe de siempre la jugada maestra de los entrenadores: piensan que forzando una técnica los árbitros te pitarán con benevolencia el resto del partido por un rollito de mala conciencia. El problema es que vivimos ahora malos tiempos para la conciencia y se lleva con desmesura el “malismo trumpiano” que hace que el árbitro termine machacándote a personales, pasos y canastas ilegales. Eso sí, pensando que Astrid tiene, por razones obvias, más interés por el asiático ajedrez que por el gringo baloncesto, deberíamos acudir a la típica jugada de sacrificar una torre para ahogar la dama, o lo que es lo mismo, y dado el nivel de las piezas en juego en el tablero, creo que ambos jugadores utilizan la más sofisticada proclama de la clase política tradicional: para lo que me queda en el convento, me cago dentro.
Creo que la estrategia de Astrid es sustituir a Dominguez para convertirse en la jefa del PP a nivel autonómico. Para eso tiene que ser la opción que más le guste a la cúpula del PP. De ahí la teatralidad. Quiere que hablemos de ella porque eso polariza a la gente y ella, al ser más bocachancla, parece más honesta (por eso votantes de Trump también votaron a AOC). EL PSOE esta teniendo mucho cuidado de no vilificarla como hizo la izquierda con Trump o con Ayuso. Una vez sea la jefa autonómica, sacará a Jacobo de la bodega y lo tirará por la borda. Con Yonathan, esperar a que actúe la plataforma contra el ruido o que Echedey haga lo que mejor sabe hacer Echedey, que recientemente conocíamos que es cristiano practicante.

Añadir nuevo comentario