Responsabilidad compartida entre Vanessa, la grafitera, y las administraciones
Lo cierto es que no sé por dónde empezar. Por el principio, me dirá alguien. Pues lo hago, y no hay mejor manera que denunciando públicamente que el Cabildo y algunos ayuntamientos de la isla han sido los primeros en promover, autorizar, o ejecutar pinturas en las fachadas de inmuebles de cuya existencia puede dar fe cualquier vecino. También es verdad que el gesto de la tal Miss Van, o Vanessa Alice, la grafitera, resulta poco presentable, todo sea dicho, por pintar en la fachada de una vivienda en Los Valles. Casa que tiene dueño, sea lo antiguo que sea el inmueble. Y, además, tiene arrestos el que se haya puesto a publicitar semejante acción sobre tan notable construcción. No solo demuestra mal gusto, sino pocas aptitudes para la pintura y muchas menos para lo cívico.
Hay quien pretende establecer una falsa disquisición entre si se trata de una obra de arte o de vandalismo, pero una obra de arte lo será o no, con independencia del soporte. Podría haberse hecho una obra con importantes valores estéticos o plásticos y el hecho habría estado igual de mal. La realidad es que además de una salvajada, es una más que cuestionable obra.
Una cosa es realizar ese tipo de acciones en una pared medianera de un emplazamiento urbano, en una tapia, o en el interior de una parcela donde exista un muro sin valores que va a ser demolido, hacerlo en el interior de un hotel o de un centro de convenciones, y otra bien distinta utilizar ese recurso plástico para ocupar una fachada cualquiera, dando igual su estado. Las administraciones han abierto la veda con una pintura en la Ciudad Deportiva, de mano del Cabildo en tanto titular de la propiedad; han ejecutado un grafiti en el Centro Cívico y en la Casa de la Juventud, promovidos por el Ayuntamiento de Arrecife. Se han ejecutado obras similares por parte de los Ayuntamientos de Tías o de San Bartolomé.
Cuando creíamos que estábamos por encima de otras comunidades porque en nuestra apreciación del medio estábamos un poquito por encima, y pensábamos que nuestros representantes públicos tenían cabeza, llegan al poder los que llegan, y creen que todo vale, sin considerar las consecuencias de sus actos y lo que supone como ejemplo. Son los mismos que dicen no sé qué del ideario de César Manrique. Lo cierto es que quienes deben cumplir con unos mínimos, ordenanza incluida, son los que abren la caja de los truenos, pero luego se lamentan de que un particular haga lo mismo que ellos. No hago la más mínima mención a la existencia de valores artísticos en las obras "oficiales", sino al hecho de que es desde las propias instituciones desde donde se ha establecido que las fachadas pueden ser pintadas y pintarrajeadas, y el pueblo, sabio, ha entendido el mensaje y hace lo mismo que el Cabildo y los ayuntamientos. No hemos hecho más que empezar, y lo que se puede avecinar nos va a romper el alma.
Cuando unos dementes talaron aquella palmera inclinada, hicieron lo que hicieron con nocturnidad y alevosía, pero lo que no hemos dicho es que siguieron, aunque de manera salvaje y rápida, el ejemplo de las administraciones públicas. Estas han dejado morir cientos de palmeras durante décadas sin que les haya importado lo más mínimo, y las que siguen dejando morir, porque no quieren destinar recursos para su tratamiento. Languidecen y siguen muriendo en absolutamente todos los municipios sin excepción, y lo hacen con nuestros representantes políticos aquí y con los mismos allá, en FITUR, a donde fueron a vender las excelencias insulares, naturaleza incluida, sin que les cause el más mínimo rubor.
Donde esté un buen concierto y mucha fiesta para distraer al pueblo, así cueste tal entretenimiento algunos cientos de miles de euros, que se quite lo demás, que lo que luce es lo que da votos. En este contexto de palmericidio, no sé qué diferencia hay entre matar a un viejo por abandono consentido o tirarlo por un barranco, pongo por caso.
Hay cotizados grafiteros y así es el mundo del arte. Quizás por ello todo el/la que se considere artista aspira a su momento de gloria, como la tal Vanessa. El que invite a tales actos la propia administración sí parece de locos.
El Cabildo que pinta muros es como Vanessa Alice, y los ayuntamientos que pintan fachadas son como Vanessa Alice: una suerte de reducto de impresentables.
A todo esto, dicen que al presidente Oswaldo Betancort, lo que se le ocurre es afirmar que "en Lanzarote nos gusta el arte pero también el respeto por nuestro patrimonio y nuestra tierra". Dicho lo cual debería haber entonado dos mea culpa, por lo que le toca como presidente: el haber sido una de las instituciones promotoras en pintar fachadas, y el de consentir este desatino desarrollista en una tierra que dice respetar tanto.
Si me equivoco, espero que me corrijan, pero algo tienen en común esas pinturas sobre fachadas fruto de la iniciativa pública, y es que se han realizado casi todos bajo gobiernos municipales o insular del PSOE, con excepción de uno con el PP. Justo son los primeros los que más aparentan empeño en defender la labor de Manrique en el territorio. Con defensores como esos, más vale salir corriendo a meterse en un agujero.
Así de bajito está el nivel en nuestras administraciones. Por mi calle deambula un gato que tiene mejores costumbres, más capacidad de reflexión, y más talento que la grafitera irresponsable y que esos políticos tan deficientemente instruidos en lo público. Y viceversa.
Comentarios
1 Anarosa Vie, 26/01/2024 - 15:15
2 De tal palo Sáb, 27/01/2024 - 19:48
3 Anónimo Lun, 29/01/2024 - 11:51
4 Canarias Libre Lun, 29/01/2024 - 13:22
5 De tal palo Mié, 31/01/2024 - 09:18
6 Anónimo Mié, 31/01/2024 - 20:02
7 De tal palo Jue, 01/02/2024 - 09:04
8 Anónimo Vie, 02/02/2024 - 14:57
9 Lagunero Vie, 02/02/2024 - 15:49
10 De tal palo Vie, 02/02/2024 - 18:55
11 De tal palo Vie, 02/02/2024 - 19:02
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