Miedito
El presi está preocupado por la manifestación del próximo día veinte de abril que, según todos los indicios, será masiva. Esta inquietud se nota, en la clase gobernante y empresarial, por los exaltados comentarios que han derrochado estos días. Se les ve nerviosos. Y no será porque no han recibido señales continuas de descontento por parte de la clase trabajadora de este sector y de la población que lo padece.
Gobierno y empresarios parecen tener cierto miedito de la deriva y el alcance de la misma, pues saben que no estamos hablando de un grupo de desmelenados activistas y de ecologistas sino de un sentir general de la ciudadanía que ha visto como el mantra, tantas veces repetido, de que “vivimos del turismo” se ha convertido en “malvivimos gracias al turismo”.
El presi, preocupado ha llamado a la solidaridad de los empresarios para que suban el sueldo en este sector, a lo que raudos los empresarios han respondido, desmarcándose de esta propuesta, que cada uno gana lo que se merece. En fin, esta es la clase empresarial que tenemos.
Mientras, las estadísticas señalan el éxito general de la campaña turística de Semana Santa y el aumento de visitantes, llegando a cifras de pre pandemia, el empresario se queja de que no hay mano de obra en este sector. De ahí, que la alarma haya saltado por la falta de personal, existiendo como existen, las enormes cifras de paro en esta comunidad. Trabajadores hay, solo que no les compensa los sueldos que reciben, el tiempo que le consagran en el traslado o las horas incontables que le dedican. No es cuestión de productividad, sino de recibir un salario apropiado y unas condiciones dignas.
Esta manifestación que se avecina es el reflejo de un malestar que no es nuevo, sino que viene de muy atrás, y que ahora, con esta concentración, muestra su hartazgo. La población canaria lleva tiempo sufriendo el hecho de que la vivienda se haya convertido en un problema irresoluble, las consecuencias de la masificación y explotación del territorio, el daño medioambiental o la falta de respeto de muchos turistas que atentan contra nuestro patrimonio sin que reciban por ello más que multas irrisorias o apenas represalias. A esto, se suma el claro déficit de vivienda pública, Visocan ni está ni se le espera. Las casas que se venden van a aparar, mayoritariamente, a manos de extranjeros quienes se pueden permitir el lujo de pagarlas.
Estas son solo algunas de las razones que ha ido generando una creciente ola de desafección hacia este modelo de turismo masivo y barato. No hemos sabido repartir equitativamente las ganancias, ni siquiera con una “ecotasa” o” tasa turística” como ocurre en otras comunidades como Cataluña. Nada supondría para el turista pagar dos o tres euros por noche y hotel, que redundaría en la sociedad canaria.
Hemos tratado a este sector monopolizado como la “vaca gorda” que da leche condensada, pero para unos pocos, los mismos y los de siempre, y que, sin embargo, no repercute en la clase trabajadora, esta es al menos la percepción general que se tiene.
Ahora por mucho que políticos y empresarios se empeñen en sostener que el turismo es la única industria y soporte de nuestra economía, una gran parte de la población parece haber despertado y comprendido que, es mejor dejarse morir de hambre dignamente que morir poco a poco.
Comentarios
1 Caperucita verde Lun, 08/04/2024 - 14:36
2 Lagunero Vie, 12/04/2024 - 18:59
3 Anónimo Sáb, 13/04/2024 - 15:42
4 al 2 Dom, 14/04/2024 - 04:20
5 Al 3 Lun, 15/04/2024 - 14:38
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