Pienso en esos requisitos que el Cabildo de Lanzarote ha hecho público como eslogan que llevar a una feria turística, y se me ocurre que si yo los utilizara para una actividad propia que fuera a promocionar, tendría que tener claro que, efectivamente, esta cumple con todos ellos. Es segura porque tengo la vigilancia que garantiza tal aspecto si de lo que estuviéramos hablando es de que no se produzcan delitos en los que mis clientes pudieran verse involucrados. Porque otra cosa es decirles que la seguridad pasa por afirmar que nadie se va a contagiar de virus alguno, cosa en la que no parece que nadie pueda comprometer su palabra, y al número de contagiados en la isla me remito.

Si para la limpieza de mi negocio tengo el equipo humano que pueda tenerlo impecable y sé que ni mis trabajadores ni mis clientes tiran la basura, los escombros y las neveras viejas allí donde no llegan habitualmente las tareas de limpieza, pues me daré por satisfecho para vender un producto con estas garantías.

Garantizaría que para el funcionamiento de mi empresa utilizo energías limpias y que la fuente de esas energías se encuentre discretamente ubicada y no comprometa los valores estéticos de mis instalaciones. Pondría los medios para un eficaz tratamiento de los residuos que se generan, y los alimentos que sobraran no irían al cubo de la basura, sino que los distribuiría entre las personas necesitadas por un mero ejercicio de responsabilidad. Si cumplo con todo ello, casi podré concluir que tengo una empresa en la línea de la sostenibilidad. Puedo, también, tener a mis trabajadores estimulados, estando atento a sus demandas, pagándoles bien, reconociendo su trabajo y tratándolos mucho mejor, mostrándoles que soy honesto en las decisiones que afectan a mi empresa y haciéndoles partícipes de los beneficios de tal modo de gestión.

Si, como un plus, tengo una oferta cuidada para que mis clientes no agoten sus energías en colas interminables para acceder a los lugares que les propongo. Si apuesto por tener una oferta esmerada de actividades exclusivas en un marco en que se pone en valor la naturaleza, el medio y las personas, y las actividades humanas son cuidadosas y respetuosas, concluiré en que tengo todas las condiciones que un cliente exclusivo demanda para que su estancia en aquello que pretendo publicitar sea única, y que pueda denominar como “experiencia”, porque lo que no se graba de una manera profunda en nuestro espíritu será sólo algo que pueda denominarse como “hacer turismo”, o “pasar unos días fuera de casa”. Si todas esas expectativas se cumplen, estaré en condiciones de acceder a cualquier foro en los que vender mi producto como el mejor y el más competitivo.

Si la empresa que concurre a vender ese producto con las claves que hemos enunciado se llama Lanzarote, sólo deseo que aquello que cuentan quienes la representan se corresponda fielmente con lo que realmente es. Y pudiendo ser FITUR el foro donde hacer marca y visibilizar el destino, no sé si es el lugar para decir que queremos pocos turistas, ricos y concienciados. Nadie que cumpla con aquel perfil que se busca permitirá que se le diga que algo es lo que no es. Ahí nos va el prestigio y la supervivencia. O números o calidad. Pienso en los hoteles sin terminar, en las extracciones de material incontroladas, en la pésima imagen que vendemos con arquitectura vulgar, en la iluminación de los entornos rurales, en la escombrera de Montaña Mina. Veo cada día la situación del rofero del Lomo de San Andrés generando un extraordinario impacto visual sin visos de restauración de las zonas explotadas, y miro, impotente, las rodaderas que dejan en el territorio las hileras de vehículos que circulan en excursiones descontroladas… Pienso también en Arrecife como destino turístico. Con esas imágenes en mi cabeza intento poner en esos escenarios a un perfil de personas que se mueven entre Bora Bora, los safaris de Kenia, la Toscana o Sveti Stefan y lo cierto es que no sé cómo hacer para decirles que vengan y ponerlos de espaldas a todo eso.

Puede que hasta la última convocatoria, la forma de vender la isla en las ferias no haya respondido a la exclusividad sino al sol y playa, de lo que, por cierto, hay más y mejores en todo el orbe. Puede que todos se hayan montado una película para acudir a FITUR, vendiendo lo que, por no echar leña al fuego, sólo era parcialmente real, y puede que a partir de ahora será diferente. Esperemos que si cuentan que somos un destino limpio y sostenible la realidad no se imponga con hechos que demuestren lo contrario, y si no conviene ir con tal eslogan para no quedar como embusteros, mejor que no vayan y nos ahorramos el dispendio de pagar a tanto vividor por tales niveles de irresponsabilidad.