Vidal Martín

Carta abierta al Director del Rancho Texas

Llevo treinta años investigando los cetáceos (ballenas y delfines) de las islas Canarias y el delfín mular en particular. Esta especie amenazada reside, se reproduce y alimenta en nuestras aguas. Hemos identificado más de 600 individuos y conocemos a algunos desde hace 15 años, así como a varias de sus crías que han ido creciendo ante nuestros ojos. Nos maravillamos con ellos y nos sentimos afortunados de dedicar nuestras vidas a su estudio y conservación. He oído que va a abrir un delfinario en sus instalaciones y tengo que decirle que para mí son malas noticias. Vaya por delante que detesto que los animales sean utilizados en espectáculos. No me gustan ni los zoos ni los acuarios y me deprimen los circos que los utilizan. Para mí es una cuestión de principios. Sólo justifico aquellos centros que mantienen en cautivad especies en peligro o en recuperación en el marco de un programa riguroso de conservación. Para mí un delfinario no es una oferta de ocio, ni una oportunidad educativa. Quiero llamar a las cosas por su nombre. Un delfinario es un negocio donde los delfines son reducidos a payasos que trabajan para divertir a un público que no suele ser consciente de su padecimiento. No son educativos por mucho que pretendan serlo y proyectan una imagen distorsionada de estos animales.

Los delfines que van a ser recluidos en sus instalaciones son de la misma especie que vengo estudiando desde hace años, sólo que los suyos han tenido la mala suerte de ser capturados o nacidos en cautividad para el negocio de unos pocos y el entretenimiento de muchos. Quiero abundar en el sufrimiento, porque no hace falta ser un experto para saber que estos animales sufren en cautividad, padeciendo problemas físicos y psicológicos por el simple hecho de mantenerlos confinados en espacios muy reducidos de por vida. No sé de donde provienen sus delfines. La captura de un sólo animal en libertad tiene consecuencias devastadoras para el resto de la manada. Durante las operaciones de captura son comunes las muertes de varios ejemplares por el shock y el estrés. También son frecuentes las separaciones entre madres y crías. Estas capturas se realizan en países con ninguna o una pobre legislación ambiental. Además, la tasa de mortalidad entre los individuos capturados es muy alta durante los primeros días, por lo que son necesarias más y más capturas. Una práctica habitual para burlar la legislación nacional es que los delfines capturados pasen por otros países de paso para certificar que no son salvajes.

Los cetáceos no se adaptan bien a la cautividad. Los delfines mulares son animales inteligentes, con una gran capacidad cognitiva y una estructura social compleja, se comunican entre ellos y establecen una relación única con su medio. La naturaleza los diseñó para moverse continuamente (incluso dormidos) y para realizar grandes movimientos. Mantienen elevados vínculos familiares y sociales y poseen una gran capacidad de aprendizaje para adaptarse y sacar el mejor provecho de su hábitat. Por este motivo unas poblaciones de delfines son tan diferentes de otras, habiendo desarrollado una cultura que se trasmite de una generación a otra como ocurre en los grandes primates y en los humanos. Existe un creciente número de investigadores que están demostrando que estos mamíferos marinos son mucho más complejos de lo que creíamos, representando una verdadera cultura en los océanos. Por este motivo algunas naciones los consideran “personas no humanas”.

En cautividad, los delfines están confinados en un espacio que siempre será minúsculo comparado con el mar, realizando movimientos que no representan ni la diezmilésima parte de los que realizan en un solo día en libertad, sin poder satisfacer sus necesidades sociales más básicas. Por ese motivo los defines llevan vidas miserables, con problemas psicológicos y de salud, lo que se traduce en índices de supervivencia bajos y esperanzas de vida que no llegan ni a la mitad que la de los animales salvajes, por mucho esfuerzo que hagan sus cuidadores. En ocasiones se pueden volver agresivos e incluso llegar a matar a sus entrenadores como ha ocurrido con algunas orcas. La mayoría de los científicos que se dedica al estudio de los cetáceos, especialmente de aquellos que realizan estudios en libertad -como en mi caso- estamos en contra de su cautiverio. Sé que hablo en nombre de ellos. La industria de los delfinarios califica despectivamente a los detractores de esta actividad -incluyendo a científicos reconocidos- como activistas y radicales.

Mantener delfines en cautividad no es ético, es moralmente cuestionable y no tiene ningún valor educativo o científico

Tampoco es casualidad que los mayores opositores al confinamientos de delfines sean precisamente ex-entrenadores que conocen bien las tripas de este negocio. Su delfinario no tiene razón de ser y me atrevo a decir que ni siquiera es bueno para esta isla. Un delfinario en Lanzarote no es bienvenido, se lo aseguro. Mantener delfines en cautivad no es ético, es moralmente cuestionable y no tiene ningún valor educativo o científico. Proyecta una pobre imagen para una isla que es Reserva de la Biosfera y que ha librado recientemente una batalla contra la actividad petrolera, entre otros argumentos por la amenaza que suponía para las poblaciones de cetáceos. De abrirse, el suyo sería el cuarto delfinario de Canarias, donde ya existen otros tres: dos en Tenerife (Aqualand y Loro Parque) y uno en Gran Canaria (Palmitos Park). En el Reino Unido están prohibidos y otros países de la Unión Europea trabajan para seguir este ejemplo. Resulta paradójico que mientras en Europa se están cerrando delfinarios, en las islas se promuevan. Resulta ridículo que en un archipiélago con más de treinta especies de cetáceos (casi un tercio de las especies que se conocen en el Planeta) existan delfinarios y resulta indignante e incomprensible que las administraciones competentes lo permitan.

Le agradecería que reconsiderase su posición y que no siga adelante con este proyecto. Es más, le pediría que sea imaginativo y emplee esas instalaciones para la recuperación de animales marinos heridos. La oposición a estos espectáculos está creciendo conforme aumenta el grado de conciencia y el respeto por los animales. Nuestra actitud personal hacia esa forma de maltrato marca la diferencia. Por esta razón animo al lector a que se informe y no visite este tipo de instalaciones. Enseñe a sus hijos con el ejemplo a que existen maneras respetuosas y dignas para observar, conocer y conservar a estas magníficas criaturas. Tenemos la suerte (y la responsabilidad) de vivir en un paraíso para los cetáceos. Hay que educar en valores, en el respeto y en el cuidado a los animales y el medio ambiente en un mundo en crisis. Ese es nuestro mejor legado para las generaciones venideras en este pequeño planeta azul.

 

*Presidente de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario

Comentarios

Encerremos al dueño del rancho Texas en una casa y enseñémosle acrobacias para que se ponga en la piel de cualquier animal que tenga en su cárcel...
Todo animal siente y padece...ningun circo...zoo o parque acuaticos tendria quebtener animales encerrados para disfrute humano.No hace muncho en algunos zoo europeos se mostraban seres humanos en jaulas de origen africano.
Muy bien dicho. Los animales no son atracciones, merecen estar en libertad.
Bravo. Tu carta es una leccion magistral.
Gracias Sr. Vidal Martin por su carta que efectivamente refleja la opinión de la gran mayoría de los científicos y de los amantes del mar. No queremos delfines en cautividad para el lucro de unos pocos empresarios. Los dueños de Rancho Texas deberían plantearse su propuesta, ya que somos muchos los que estamos dispuestos a protestar pacíficamente (pero sin descanso) frente a sus instalaciones. Esto tal vez les traiga más pérdidas que beneficios.
Cuando todo el mundo estan en protesta contra los delfinarios aqui estan poniendo uno...una desgracia. Supongo que van a decir que los cuidan mejor que en su habitad natural...que es el mar....y vamos a escuchar muchos tonterias del dueño de conservacion etc. Solo es una manera de engrosar los arcos de su negocio.
Bravo por tu carta Vidal, una opinion que muchas aqui en la isla comparto. Enhorabuena.
MUY BIEN!!!... Para mí todo lo que expresa el Presidente de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario es el CAMINO PARA una verdadera EVOLUCIÓN HUMANA!!!... HAY QUE EDUCAR EN LA EMPATÍA y el NO ESPECISMO!!! Un Abrazo fuerte
Muy bien dicho, estoy totalmente de acuerdo
totalmente de acuerdo basta ver the cove para ilustrar todo lo dicho Vidal hracias por tu valentia Y si hacemos un escrito o recogemos firmas o nos manifestamos?? No a la esclavitud animal
totalmente de acuerdo basta ver the cove para ilustrar todo lo dicho Vidal hracias por tu valentia Y si hacemos un escrito o recogemos firmas o nos manifestamos?? No a la esclavitud animal
Para qué encerrarlos si podemos observarlos en libertad en nuestras aguas de Canarias? No tiene sentido ninguno. Rectifiquen YA!!!
Apoyo total al movimiento, SI AL DERECHO DE LOS DELFINES A VIVIR EN LIBERTAD, también tenemos que pensar en la alta contaminación que sufren los océanos, el petroleo presente en todo el plástico que vertimos al mar, y luego los vertidos tóxicos de las centrales nucleares (Japón por ejemplo), a la humanidad solo le queda cambiar de actitud...
Muy bien dicho. Muchimisimas gracias
Pues vaya bobería!! Si al delfinario!!
Todos los ecolojetas aparecieron aquí para quitarse el mono de su envidia porque jamás han dado palo al agua. Libera tu perrito y tu gatito y luego hablamos. Pónganse a trabajar en algo que dé provecho a Canarias y España, vagos.

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