Mariluz Fajardo

Arrecife: dos imágenes

Antes de la batalla.

Suponer que la administración local, el ayuntamiento de Arrecife, ha dispuesto sacos de arena para la población, es mucho suponer. La realidad es que los comerciantes de La Plazuela hacen acopio de los sacos aparecidos en la calle para construir sus particulares barricadas contra una imaginaria guerra entre el ayuntamiento y la población. Aquel manda sus ejércitos en forma de agua y excrementos, pero antes nos brinda la posibilidad de defendernos.  ¿De qué guerra? De la que surge entre los gobernantes y la población por la ineficaz gestión de lo público. De aquella que enfrenta a los ciudadanos con los recursos malgastados.

Sacos de arena y una explicación.

No la ha habido. No ha salido una sola palabra de representante municipal alguno, ni del Gobierno de Canarias,  que explique a la población nada, porque con un poco de suerte, estos imbéciles, o sea, nosotros, habremos olvidado la inversión (el gasto) que la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias, realizó pocos años atrás en La Plazuela, para que nunca más se inundara. Ni el aburrimiento, ni la decepción permanente, ni, por suerte, una  enfermedad senil, nos borran la memoria como para no recordar aquella obra inútil, absurda, y vergonzante que encargó la Dirección General, entonces gobernada por CC,  que realizó LANZAGRAVA, y que recepcionó el ayuntamiento. Ya he olvidado quien mandaba…

Una plaza cara y absurda para antes de unas elecciones.

No podían esperar a finalizar el proceso de expropiación de la casa de Carmen, la de los perros, Tenían que hacer un cuarto de plaza ahora, para poder inaugurar pronto, y gastar más de sesenta mil euros que costará, pero que no los vale.

Aparcamiento del Almacén en Arrecife, allí donde cinco días al año, estos se van de borrachera y arrastran el chanco por un mar de orín chueco. Justo ahí,  hacen una obra compatible con la orgía anual, lo que significa que ni plaza ni nada, un llano al raso, duro, abrupto e insolidario ¿Como ellos?

Si las obras se realizan en un mes, comenzaron el lunes, día 24 de noviembre y el viernes siguiente tienen la demolición del firme antiguo, los bordillos echados, y la grava prácticamente colocada para recibir el cemento y el enlosado, ¿Qué me estoy perdiendo? Mis cuentas no salen. Saldrán mucho menos si eso se gasta en un cuarto de plaza. Cuando continúen con el resto,  va a costar no sé muy bien cuánto, y será igual de insolidaria, absurda y vergonzante, para que cinco días al año continúen arrastrando la incapacidad de gestionar sabiamente el espacio público. Definitivamente, no hay manera de avanzar.

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