Lanzarote respira salitre y viento Alisio, pero sobre todo respira surf. A los pies del risco de Famara, donde las mareas dibujan un escenario único para deslizarse sobre la espuma, Calima Surf School se ha ganado un lugar de honor. No lo dicen ellos: lo confirman más de 1.000 reseñas en Google con una puntuación media de 4,9 y una constelación de valoraciones sobresalientes en TripAdvisor. Cifras que hablan de confianza, pero sobre todo de una experiencia que deja huella en locales y viajeros que llegan a la isla buscando algo más que sol.

Un sello de calidad forjado en la arena

Calima Surf School nació como un proyecto familiar y, dos décadas después, encarna lo mejor de las Islas Canarias: cercanía, profesionalidad y respeto por el entorno. Sus instalaciones, a escasos pasos de la playa de Famara, conservan ese ambiente acogedor de las casetas de pescadores, pero suman equipamiento de última generación. Tablas, neoprenos y material técnico se renuevan cada temporada; detrás hay un equipo titulado por la Federación Canaria y la ISA que garantiza seguridad desde la primera ola.

Metodología para todos: principiantes y avanzados

La playa de Famara, incluida en el Parque Natural del Archipiélago Chinijo, es un enclave ecológico que exige una presencia respetuosa. Consciente de ello, Calima Surf School limita sus grupos a un máximo de ocho alumnos por monitor, lo que reduce la huella sobre la arena y permite una atención completamente personalizada dentro y fuera del agua. Aquí no existen los grupos multitudinarios ni las lecciones genéricas. Cada clase arranca con una charla personalizada donde el monitor analiza nivel, objetivos y condiciones del día. Así, el alumno —sea principiante, intermedio o rider avanzado— sale al agua con un plan concreto.

• Principiantes: ejercicios en seco, lectura del mar y primeras puestas en pie.
• Avanzados: maniobras progresivas, corrección de estilo en vídeo y sesiones “dawn patrol” al amanecer.

¿Quieres vivirlo de primera mano? Descubre todos los programas de esta escuela de surf Famara, punto de partida de cursos intensivos de fin de semana, semanas completas y surf camps que combinan técnica, meteorología y buen ambiente.

Más que una escuela: una comunidad

Uno de los grandes secretos de Calima Surf School es la tribu que se ha tejido en torno a su nombre. En esta escuela de surf la experiencia trasciende la técnica: su surf house, a apenas cien metros de la orilla, dispone de cocina compartida, terraza y una zona de barbacoa donde alumnos y monitores comparten cenas informales y buen ambiente. Además, la escuela ofrece Surf & Yoga Camps con sesiones de yoga programadas al atardecer, aprovechando la luz dorada que tiñe Famara para estirar cuerpo y mente tras cada jornada de olas. 

Para quienes desean explorar la isla más allá del agua, Calima Surf School facilita el alquiler de bicicletas y anima a recorrer las rutas volcánicas que surcan Lanzarote. De este modo, aprender a surfear se convierte en una inmersión total en la cultura local y en un punto de encuentro para surfistas de todo el mundo.

Sello de confianza digital

En un sector donde sobran promesas huecas, los datos cantan. Calima Surf School  responde casi en tiempo real a cada comentario, agradece sugerencias y exhibe transparencia total en redes. Esa proactividad ha disparado no solo el índice de satisfacción, sino la visibilidad de la marca dentro y fuera de España. Y es que el algoritmo de Google puntúa la reputación online, pero los futuros alumnos puntúan la autenticidad. De ahí que muchos lleguen recomendados por amigos que ya pasaron por la escuela y repiten año tras año.

Surfear el futuro desde Lanzarote

La isla cuenta con vuelos directos durante todo el año desde numerosas ciudades europeas, de modo que Famara permanece en el radar de surfistas internacionales. Con esa puerta abierta al Atlántico, Calima Surf School refuerza su oferta con programas específicos para colegios y actividades extraescolares, y respalda su trayectoria con una valoración media de 4,9/5 en Google basada en cientos de reseñas verificadas. 

Si el sonido del Atlántico te llama, da igual si buscas tu primera espuma o perfeccionar giros radicales: en la costa noroeste de Lanzarote espera una ola para ti y un equipo dispuesto a acompañarte. Calima Surf School no vende sueños imposibles; ofrece conocimiento, pasión y un pedacito de esa energía volcánica que solo se entiende cuando las quillas cortan la cresta y el sol se refleja en la arena dorada de Famara. Recuerda: el surf, más que un deporte, es una escuela de vida.