Son solo siete segundos pero las imágenes hablan por sí solas. En un vídeo difundido este miércoles se aprecia el hacinamiento y las condiciones infrahumanas en las que se encuentran centenares de migrantes llegados a Lanzarote.

“A veces no hay hoteles de cinco estrellas. A veces no llegan y se mueren. A veces les hacinamos y deshumanizamos. Y ellos y ellas no se quejan”, afirma la abogada Loueila Mint, activista por los Derechos Humanos.

La abogada especializada en migraciones destaca que “tanto las personas migrantes” como los trabajadores que los atienden y custodian “no aguantan más”. “Esto es insostenible e insalubre”, denuncia.

Las imágenes difundidas se corresponden al interior de una nave alquilada por el Gobierno central en las afueras de Arrecife, en las inmediaciones de la planta depuradora de la capital lanzaroteña.

En las mismas se aprecia a una gran cantidad de personas en el interior de una nave, en colchones sobre el suelo. En las instalaciones apenas hay unos baños portátiles pero la edificación carece de duchas y de agua corriente.

Este pasado fin de semana se instalaron unas carpas en el exterior de la nave, en el margen de la carretera de Arrecife a San Bartolomé, ante la llegada de unos 500 inmigrantes en apenas tres días.

A priori, si algún migrante da positivo en las pruebas de Covid que se efectúan al llegar a tierra es trasladado a un complejo de apartamentos en Puerto del Carmen para hacer una cuarentena de unos 10 días. Este dispositivo está gestionado por la Consejería de Sanidad y Cruz Roja, de forma conjunta. Los contactos estrechos se ubican en otro complejo.

Los migrantes que no dan positivo se trasladan a la nave alquilada por el Ministerio de Interior en la carretera de Arrecife a San Bartolomé, que tiene una capacidad teórica para unas 250 personas, pero que carece de servicios básicos.

En un informe del Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, titulado ‘La migración en Canarias’, ya se alertaba que las instalaciones de la nave son muy precarias y no están en buen estado de conservación. Además, los migrantes “no reciben asistencia social, jurídica o psicológica, lo que impide la detección y derivación a recursos adecuados de los perfiles vulnerables”, alertaba el informe.

El Defensor del Pueblo decía sobre la nave que “el espacio es diáfano, sin apenas separación entre las zonas destinadas para permanecer durante el día, comer, dormir y asearse”, así como que “la dotación es insuficiente para las 200 personas que pueden llegar a permanecer allí”.

“Las personas pasan calor durante el día y frío por la noche, debido al mal aislamiento de las instalaciones”, resaltaba sobre la nave.