Laia Castellá es la artista que da vida a Fardatxeta Joies, basada en la confección de piezas de joyería artesanal inspiradas en la naturaleza. Así da forma a exclusivas piezas de plata evocando el mar, los volcanes y el paisaje de Lanzarote, donde reside desde hace siete años.

Fardatxeta Joies hace alusión a la denominación que en el sur de Cataluña reciben los lagartos ‘fardatxo’: “Me encantan las lagartijas y, como a ellas, el sol de Lanzarote”, comenta la artista. Apasionada de las formas y las texturas, en su obra expresa la belleza natural que la rodea.

Desde su taller, ubicado en su lugar de residencia, se contempla un paisaje inspirador y fiel reflejo de una Isla conformada por las erupciones volcánicas y las emisiones de lava que mantiene la esencia agreste de su creación.

Estudió joyería en Barcelona y con la titulación bajo el brazo instaló en la Isla su taller. Obtiene el carné de artesana tras comprobar que la participación en los mercados artesanos son su principal mercado para la exposición y venta de su obra.

Participa desde entonces en los mercados de La Villa de Teguise, Costa Teguise y Haría. Al igual que en las ferias de artesanía de Los Dolores, Fuerteventura y la regional de Canarias. Asimismo, ha participado en algunas muestras de artesanía fuera del Archipiélago como la feria de diseño independiente Nómada Market de Madrid, pero más bien como plataforma comercial porque asegura que “entre el viaje y la inscripción no compensa económicamente los gastos con las ventas”.

Desde que obtuviera la titulación en joyería no ha dejado de formarse, le atraen todas las nuevas técnicas y gusta de instruirse para incorporar nuevos integrantes a su artesanía. Aunque no dispone de página web, su obra está presente en las redes sociales. Uno de los hándicap a los que se enfrenta esta artesana es poder exportar su trabajo. Los trámites burocráticos o los problemas con los envíos le dificultan en ocasiones que sus clientes foráneos puedan disponer de sus pedidos en tiempo y forma.

Foto: Manolo de la Hoz.

Las formas y las texturas de la naturaleza son el leitmotiv de su obra artística. Muestra orgullosa su colección ‘Mar de Lava’ que conforman distintos paisajes de la Isla confeccionados con la técnica de cera para moldear y que más tarde con un proceso de fundición la convierte en plata. También se muestra orgullosa de la colección ‘Olas’ de pendientes y pulseras. Las lapas son características de su obra, de la tierra extrae la arena con la que “juega” para realizar también anillos y colgantes, como una de sus joyas compuesta por tres tipos distintos de arena: blanca, teñida con cochinilla y volcánica.

Para sus creaciones aprovecha también las conchas y corales de sus excursiones por la Isla. “Me gusta más una piedra con su belleza natural que un rubí”, comenta mientras simula un colgante con un coral encontrado bajo el risco de Famara. También dispone de una peculiar oreja de mar que le ha servido para moldear una singular pieza de joyería.

Junto a los mercados y redes sociales, también pueden adquirirse sus piezas en las tiendas de la Fundación César Manrique donde expone una colección inspirada en los móviles del artista lanzaroteño, Khinoa en Puerto del Carmen y en el nuevo establecimiento de Arrecife Algo +, especializado en productos gourmets y artesanía. Hasta Málaga y Galicia ha llegado también la obra de Laia.

Unión de artesanos

Junto a un nutrido grupo de artistas fundó la Asociación Intercultural de Artesanías de Lanzarote (Aical), compuesta por alrededor de sesenta artesanos. Han editado una guía a modo de catálogo de los oficios artesanos de la Isla, como herramienta para dar a conocer a los artistas y su obra. Comenta Laia que la edición de esta guía era algo que se echaba en falta.

Apasionada de las formas y las texturas, en su obra expresa la belleza natural que la rodea. Desde su taller, ubicado en su lugar de residencia, se contempla un paisaje inspirador, fiel reflejo de la Isla

Otra carencia es la ausencia de una tienda de artesanía exclusiva con acceso libre y “al final cada uno nos tenemos que buscar la vida, cuando en otras islas cuentan como mínimo con dos tiendas”. Mientras que las de los Centros Turísticos de Lanzarote están conformadas más por souvenirs que por piezas artesanas “y el problema es que el turista no acaba de saber la diferencia”, se lamenta.

No en vano, para Aical, que nace como una plataforma para ofrecer visibilidad a la artesanía de la Isla, una de sus principales reivindicaciones es la “apertura de espacios culturales donde se potencie los productos artesanos”.