Las cifras no engañan. Arrecife ha perdido en los últimos cinco años más de 8.300 metros cuadrados de superficie de venta. El peso de la capital de la Isla ha menguado y, de forma específica, ha disminuido la relevancia del casco urbano, la cuna del comercio tradicional. En cambio, todos los diagnósticos coinciden en el enorme potencial de Arrecife y en la necesidad de que el comercio sea la columna vertebral del centro urbano.

“Una ciudad sin comercio se convierte en una ciudad muerta y Arrecife corre el serio riesgo de perder su identidad”, destaca Ginés Guadalupe, presidente de la asociación Zona comercial abierta Calle Real. El nuevo colectivo agrupa ya a más de una treintena de empresarios, que han pasado de la preocupación a la acción: están ultimando una planificación de eventos para los próximos meses y medidas para “dinamizar” el casco urbano.

“Para revitalizar Arrecife es muy importante la unión empresarial, que funcionemos como un centro comercial pero abierto, aprovechando todo lo que nos ofrece un entorno urbano que cuenta con atractivos como la marina, su avenida, y emblemas como la Iglesia de San Ginés, el puente de La Bolas y el Castillo de San Gabriel, que ya quisieran otras Islas”, apunta Guadalupe.

Para ello, consideran básico establecer una marca propia para el centro de Arrecife, utilizando una denominación histórica como la de la Calle Real, “arraigada en el vocabulario” insular. “El nombre es aglutinador y abarca muchas más calles de su entorno, en las que queremos recuperar el comercio”, añade.

En la asociación son conscientes de los puntos débiles de la capital: consideran que hay que mejorar la limpieza, recuperar fachadas de edificios antiguos y, de manera prioritaria, mejorar las formas de llegar al casco urbano. “Hay que conseguir que el ciudadano no tenga el centro de la ciudad, mentalmente, demasiado lejos, como sucede ahora”, señala Guadalupe.

La ecuación para revitalizar el centro de Arrecife es sencilla: cuantos más ciudadanos lo visiten y pasen por sus calles mayores posibilidades hay de que efectúen sus compras en los establecimientos de la zona, mantengan los puestos de trabajo y conviertan un entorno, que en la actualidad sobrevive con muchas dificultades, en un espacio urbano que atraiga a nuevos emprendedores.

Pero para comprar en el centro de Arrecife, primero hay que llegar. En la asociación reclaman una mejora decidida de los accesos y arbitrar fórmulas para compensar la pérdida de plazas de estacionamiento de vehículos en las vías públicas. “En el centro se han eliminado más de mil plazas de aparcamiento que no se han creado en otros lugares y eso es un gran hándicap para Arrecife”, destaca Guadalupe. Fórmulas posibles hay, como la creación de aparcamientos en superficie o llegar a acuerdos con los parkings privados con descuentos para facilitar las compras.

La planificación, clave

Desde el colectivo plantean a las instituciones mayor “coordinación” y que se tenga en cuenta la necesidad de fijar una ‘hoja de ruta’ conjunta, con una planificación de eventos definidos para los próximos meses, para potenciar el “comercio tradicional”. Con una premisa: “Todos los eventos de dinamización”, desde un concierto, un taller para niños, una promoción de descuentos y saldos, o una feria de la tapa, “se tienen que hacer en las calles donde está el entramado comercial, porque lo que interesa es que los potenciales clientes visiten la zona comercial de la ciudad”.

Guadalupe señala que ya han mantenido contactos con la Consejería regional de Comercio, con el Cabildo y con el Ayuntamiento. También con otros empresarios, y asegura que las puertas del colectivo están abiertas. “Percibimos la conciencia de que hay que revertir la actual situación y, aunque la gente es escéptica y está algo desencantada, también notamos ilusión y creemos que el centro de Arrecife tiene una oportunidad para cambiar”, concluye.