Han denunciado a 25 hoteles en la Isla

Un año de las kellys: se ha perdido el miedo pero se mantienen las condiciones abusivas

Fotos: Felipe de la Cruz.
Saúl García 1 COMENTARIOS 06/03/2017 - 06:47

La última concentración fue en el Hotel HL Paradise Island de Playa Blanca la pasada semana. Se llevó a cabo para protestar por la situación de sus compañeras. Denuncian que el hotel hace contratos parciales a las camareras de piso, de seis horas al día, pero que en la práctica el horario lo marca la carga de trabajo.

Las camareras tienen que limpiar 23 apartamentos con cocina en una jornada laboral de seis horas, lo que se traduce en que acaban haciendo muchas más horas u ocupando uno de los dos días libres que tienen y que no les pagan. “Y en la nómina o en la liquidación ponen un sello donde dicen que no han hecho horas extras”, señala Myriam Barros, portavoz del colectivo de las kellys, que se presentó en la Isla hace algo menos de un año, a finales de marzo de 2016, y que desde entonces ha estado denunciando de forma continua las condiciones de trabajo de este colectivo laboral.

Las kellys ya han logrado algunas cosas en este tiempo. “Lo más positivo es que las camareras están empezando a perder el miedo a denunciar, saben que tienen derechos y los hacen valer”, dice Barros. Otro avance que destacan es que la Inspección de Trabajo se va agilizando y va solucionando algunas de las irregularidades que denuncian.

Ya ha logrado en algunos hoteles o complejos de apartamentos que las empresas conviertan contratos temporales en indefinidos y que hayan iniciado reformas para mejorar la calidad del trabajo en los centros. Junto a otros colectivos de toda España han hecho una petición al Congreso para que se dirija al Parlamento europeo para que reconozca las enfermedades propias de la profesión y para que se rebaje la edad de jubilación en un trabajo tan duro.

“Si pasa eso mismo con profesiones en las que casi todos son hombres, también tiene que contemplarse para esta profesión en las que casi todas somos mujeres”, dicen las kellys. “Este es un trabajo penoso y hay que reducir la edad de jubilación, porque hay muchas compañeras que ya no pueden más”.

En este último año han detectado que funciona la denuncia pública y las concentraciones en la puerta de los hoteles. Algunos, de hecho, han admitido las reivindicaciones para evitar la concentración que ya había sido convocada. Las kellys piden más colaboración de los comités de empresa de cada centro para que denuncien todas las situaciones que conocen. “Son los comités, más que los sindicatos, los que en muchas ocasiones no cumplen su obligación de denunciar”, dice Barros, que asegura que el 95 de los hoteles de la Isla incumplen en alguna parte el convenio colectivo del sector: “Si no es una cosa es otra”.

El colectivo de camareras de piso ha denunciado a 25 hoteles y complejos de apartamentos de la Isla por cesión de trabajadoras, contratos en fraude de ley o acoso laboral

En la Isla sigue la precariedad en este sector a pesar de que la ocupación turística y los precios han subido. “Pero ese dinero no se ve, ni lo recibimos nosotras ni se queda en la Isla, ¿dónde está ese dinero?”, se pregunta la portavoz de las kellys. Esta asociación ha denunciado, bien en la Inspección de trabajo o en los Juzgados de lo Social, a 25 hoteles y complejos de apartamentos.

Las denuncias, básicamente, se ponen por tres conceptos: por cesión ilegal de trabajadores, por contratos en fraude de ley y por la ausencia de un estudio ergonómico. En el primer caso, se trata de que las empresas hoteleras contratan a sus trabajadoras a través de empresas de servicios. Todos los trámites, las órdenes, los horarios o el material lo aporta el hotel pero la contratadora es otra empresa que aplica un convenio de empresa que puede llegar a rebajar el salario hasta en 500 euros al mes con respecto al convenio en vigor. Ese es el caso del Hotel Barceló Teguise Beach, donde una empresa de servicios, Alterna, pagaba 850 euros a las trabajadoras. El caso se denunció en los tribunales y ya hay sentencia.

Respecto a la obligación de contar con un estudio ergonómico, el convenio colectivo obliga a los hoteles a contar con un estudio que determine las posturas que usan las trabajadoras para adecentar las habitaciones, los pesos de los muebles que tienen que desplazar o levantar y, con esos datos, medir el tiempo que hace falta para terminar una habitación.

En la práctica, señala Barros, estos estudios o no se hacen “o sólo se hacen para evitar la multa” porque el tiempo no se calcula en base a los datos sino en base a la productividad que necesita la empresa. Se hace la cuenta al revés. “Estas cosas son las que tiene que denunciar el comité de empresa”, destaca Myriam.

Trabajadoras vulnerables

Las kellys denuncian que en algunos hoteles, en los que pagan muy por debajo del convenio y no respetan las mínimas condiciones laborales, se aseguran de elegir un perfil de trabajadoras vulnerables, que necesiten mucho el trabajo, que sean extranjeras, que no conozcan sus derechos o incluso que sea el único ingreso que entra en la unidad familiar. “Son personas que necesitan tanto el trabajo que van a aceptar las condiciones”.

También han detectado un aumento de los casos de acoso laboral, y muchos de ellos están relacionados con los embarazos o con la petición de una reducción de jornada para cuidar a niños recién nacidos. Hay hoteles que conceden la reducción de jornada pero a turnos partidos, y así no se logra conciliar la vida familiar con la laboral.

Barros denuncia que con algunas trabajadoras que piden esa reducción de jornada “comienza un acoso y se les da los peores trabajos, se les hace la vida imposible para que se cansen y se vayan sin pagarles indemnización”, así que el colectivo ha tenido que denunciar varios casos. En uno de ellos, la gobernanta de un hotel de Playa Blanca ordenó a dos trabajadoras que limpiaran su casa particular en horario laboral, y como se negaron, empezó el acoso.

Se ha dado otro caso de una trabajadora de baja por depresión por acoso en un hotel de Arrecife “ejercido o consentido por la dirección del hotel”. “No se entiende -dice Barros -por qué tienen esta fijación por la reducción de jornada cuando también se reduce el sueldo”.

Comentarios

Hasta q no sancionen a las empresas tal y como hacen con los trabajadores, esto seguirá igual..

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