Resistiré es el himno oficial del confinamiento y “esto lo superamos todos juntos” el lema oficioso. El Banco Santander lo ha adoptado y ha abierto una web con ese nombre como espacio de encuentro para encontrar iniciativas y actividades para ayudar a pasar el encierro. Y si el Santander adopta un lema, lo que quiere decir es que es un lema lo suficientemente bien intencionado pero a la vez vacío de contenido para que podamos aceptarlo todos los demás. Y porque, además, lo contrario de ese lema es “sálvese quien pueda”, que se va a acercar más a la realidad, pero que está feo decirlo en público.

Sin embargo, inaugurada ya la temporada de sugerencias u ocurrencias y abierto ya el apartado de “qué hay de lo mío”, siempre hay alguien más intrépido. El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta, ha solicitado al Gobierno central que sea obligatorio contar con un certificado médico libre de Covid-19 para hacer turismo en España y que (y aquí está lo importante), en su defecto se aplique la medida al menos en Fuerteventura.

Resulta que el llamado pasaporte serológico no es del agrado de los expertos, por varias razones. En primer lugar, para que tenga sentido no se trataría de identificar a personas libres del virus, sino a personas inmunes que ya lo hayan pasado. Las pruebas actuales, de PCR, no aclaran si la persona no se ha contagiado o es que ya ha pasado el virus, solo aclaran si en el momento de la prueba la persona está o no contagiada. También se desconoce cuánto duraría la inmunidad de los recuperados.

Pero Acosta no está solo. El presidente de la patronal turística de Las Palmas, José María Mañaricúa, primero dice que “un destino sin seguridad sanitaria no tiene razón de ser y en eso estamos todos de acuerdo, está por encima de cualquier sector económico", y después propone que para garantizar esa seguridad “antes de montar en un avión, todos los pasajeros se sometan a un test de Covid-19, tal y como ha empezado a hacer la compañía aérea Emirates, para que quien vuele lo haga libre de coronavirus”.

Poco importa que la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene se haya posicionado en contra de cualquier forma de pasaporte serológico que identifique a quien ha pasado la infección por el coronavirus. “Hay varios criterios de salud pública y legales, pero uno de los más importantes es que este tipo de pasaportes incentivan a la gente para que se infecte”, aseguran.

Además, si se exige esa garantía sanitaria para los turistas, se debería exigir a los trabajadores del sector turístico. Y “exigir un pasaporte de inmunidad frente al Covid-19 sería lo mismo que a uno le preguntaran durante la entrevista por su condición sexual, su adscripción política, sus creencias o su estado de salud. Todo ello es ilegal”, según este artículo de Expansión.

Lo que nos queda por ver. Esto lo superamos todos juntos, sí, pero como decía el chiste, unos más juntos que otros.

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