La Escuela de Pesca de Lanzarote mira al futuro en su 75 aniversario. La pesca tradicional cada vez se ve menos como una salida laboral y, con el tiempo, la formación y las profesiones marítimas han ido evolucionando. Dentro de las nuevas salidas que han aparecido en el sector destacan la arqueología submarina, las regatas o los cultivos acuícolas.

En los últimos años, la Escuela de Pesca ha diversificado su oferta de enseñanza y ha formado a ilustres navegantes y técnicos que han pasado a formar parte de la élite náutica y que hoy día navegan por los cinco océanos: en atuneros de gran calado por el Índico y el Pacífico, en superyates en el Caribe o en las profundidades marinas. La especialización que ofrece el Instituto permite contar con profesionales de alto nivel. No en vano, el centro está posicionado entre los mejores de España gracias a los medios técnicos y la plantilla de profesores con los que cuenta, así como por el valor añadido de su residencia, el barco escuela y ser uno de los pocos, hoy en día, con acceso directo al litoral.

“La oferta de enseñanzas se ha diversificado y ya no está centrada en formar patrones y mecánicos para barcos pesqueros”, resalta el director del centro, Javier Francisco Fraile. El Instituto ofrece tres tipos de formación diferente. En primer lugar, la reglada o profesional con grados de ciclo medio y superior orientada a puente, a patrones y mecánicos de barcos civiles que se dediquen a la pesca o a la marina mercante. Además, se ha implantado un ciclo nuevo de buceo y de cultivos marinos, que para el próximo curso se ofertará en grado superior.

De otro lado, el Instituto oferta títulos orientados al sector náutico, pero que no forman parte de la enseñanza reglada y que permiten al estudiante convertirse en marinero, patrón o incluso capitán o profesional para la actividad de buceo. Y por último, imparte hasta 32 cursos de formación marítima. Este amplio catálogo permite ofrecer enseñanzas a alrededor de 1.000 alumnos a lo largo de todo el curso. En el centro se puede comprobar cómo la mujer ha ido subiendo en el escalafón y representa ahora un importante porcentaje del alumnado y profesorado.

Los títulos otorgados por la Escuela de Pesca están homologados a escala internacional y por ello es fácil encontrar profesionales formados en Lanzarote en mercados laborales del resto del mundo. De este modo, “disponemos de un centro muy especializado en un sector internacional”. La dotación de simuladores, de gran demanda y actualidad, permite al centro ofrecer las horas de entrenamiento necesario para sus alumnos, recreando, entre otros escenarios, la navegación por la bahía más transitada del mundo.

El manejo y montaje de barcos de fibra de carbono especializados para regatas sobresale también dentro de las nuevas acciones a las que se dirigen los técnicos formados en la Escuela de Pesca. Una vertiente novedosa y en la que el centro ha sido pionero, según resalta el profesor Alejandro Perdomo. “Una perspectiva surgida como un entretenimiento para ricos” y de la que Arrecife ha podido ver una buena muestra durante este pasado mes de noviembre tras recibir en su marina tres pruebas de repercusión internacional, convirtiendo a la capital lanzaroteña en epicentro náutico.

Alejandro Perdomo muestra la satisfacción por que la Escuela contribuya a dotar al sector marítimo de profesionales de alto nivel: “Nos estamos reencontrando con alumnos que han venido de participar en las regatas más importantes del mundo, o el caso de tres tripulantes de superyates que han coincidido en Miami”.

La Escuela de Pesca, que cumple 75 años, ha diversificado su oferta y ha formado a tripulantes de la élite náutica que hoy navegan por los cinco océanos

El submarinismo es otra de las vertientes de enseñanza reglada en la Escuela y también se han impartido cursos para el manejo de robots submarinos, para conocer la historia que atesoran los fondos marinos. El centro está dotado de cámara hiperbárica para las enseñanzas del ciclo formativo, lo que permite obtener la titulación de técnico en operaciones subacuáticas e hiperbáricas, y también ofrece el curso profesional de buceo básico, muy demandado.

Lo más relevante es que “nos encontramos ante un aula que es un trozo de mar”. El acceso directo al litoral del que goza la Escuela de Pesca es otro de sus baluartes. “El frente litoral es objeto de muchísima especulación y ya nadie tiene un trozo para la docencia”, señala el profesor Alejandro Perdomo. La Escuela de Pesca afronta un futuro poliédrico, “de muchos prismas con una realidad educativa insular poco habitual”. La navegación sigue siendo un reto, “una obsesión”, señala Perdomo.

Repasar la historia de los barcos que han pasado por la Isla forma parte del proyecto para la exposición de maquetas que se quiere poner en marcha con motivo de los actos del 75 aniversario. También se han puesto en contacto con Naviera Armas porque su trayectoria está muy ligada a la de la Escuela. Creadas en Lanzarote en fechas muy cercanas (la Escuela en 1943 y la empresa en 1941), ambas se han beneficiado mutuamente. No en vano, el Instituto lanzaroteño ha ofrecido a la compañía buena parte de su plantilla durante todo este tiempo.

Las futuras naos

Los alumnos de la Escuela de Pesca han podido también conocer de primera mano las nuevas embarcaciones RC44 de fibra de carbono, cómo se trasladan y se montan estos barcos y toda su tecnología con motivo de la celebración de la regata que acogió Arrecife y que ha congregado a lo más selecto de la élite mundial. Una mercado profesional también para explotar el potencial de estos navegantes formados en Lanzarote.

A pesar de los avances tecnológicos y de que hoy en día se dominen todas las navegaciones, si un alumno de la Escuela de Pesca quiere llegar a buen puerto ante un inesperado apagón electrónico debe saber navegar en situaciones extremas que le impidan contar con los mecanismos actuales y tomar rumbo gracias la sapiencia ancestral que proporcionan las estrellas. “Enseñamos a los jóvenes a navegar sin material electrónico, siguiendo los planetas”, comenta Alejandro Perdomo. Para ello cuentan con un planetario en el que curiosamente, “la primera luz, la más intensa, es Marte”, relata el profesor.